Esta es la única copa menstrual con aval del Ministerio de Salud para su venta en Costa Rica

Con la autorización, la empresaria que registró el producto puede iniciar la comercialización y venta en cualquier establecimiento del país

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Bajo el nombre comercial de Me Luna, quedó registrada la primera copa menstrual aprobada por el Ministerio de Salud para su venta en el país.

La responsable del registro es la empresaria Ligia Ávila Bolaños, quien quedó autorizada para la distribución y comercialización, informaron este lunes las autoridades sanitarias.

Este dispositivo es uno de los tres que las mujeres pueden usar para recoger la sangre que se produce durante la menstruación. Los más utilizados son las toallas sanitarias y los tampones.

La copa menstrual puede ser utilizada por cualquier mujer, solo debe practicar y seguir las instrucciones, no tiene contraindicaciones específicas y se debe encontrar el tamaño adecuado. Debe vaciarse cada 8 horas y tienen que extremarse las medidas de higiene al ponerla y al limpiar la copa.

Cualquier empresa que desee registrar algún producto con estas características, debe cumplir con los requisitos establecidos en el Reglamento para el registro, clasificación, importación y control de equipo y material biomédico publicado bajo el Decreto Nº 34482-S.

Por “error de digitalización” este producto se incluyó, en marzo anterior, en la lista de 14 nuevos productos incluidos en la canasta básica de los consumidores, junto a la lactocrema, la harina de soya y el banano verde.

Sin embargo, se sacó de la lista, ya que, en ese entonces, no había ninguna marca que tuviera registro sanitario del producto. De hecho, las interesadas en adquirirlas lo hacían por redes sociales, donde los precios del producto oscilan entre los ¢5.500 y ¢18.500, dependiendo del tamaño y el material.

Los propulsores del uso de la copa menstrual destacan su bajo impacto ambiental, pues llegan a tener una vida útil de hasta diez años, mientras una toalla sanitaria o un tampón se deben desechar inmediatamente después de su uso.

Un reportaje de la Revista Dominical de La Nación, del 2014, cuenta que los primeros registros de copas menstruales o vaginales datan de la década de 1930. Sin embargo, fue hasta 1987 cuando se fabricaron las primeras hechas de látex, con un modelo similar al actual.