Caminando por el área de Cirugía y Ortopedia, en la consulta externa del Hospital México, hay un pabellón que rompe con todo.
En su interior, flores, helechos y una tenue llovizna artificial ayudan a simular el ambiente del bosque tropical lluvioso. Es el mariposario. Se llama Alas.
En una esquina, 50 pupas esperan. De ahí saldrán pronto las primeras mariposas que volarán por este bosque artificial, para convertirse en alivio de cientos de enfermos que visitan ese hospital.
El México es uno de los tres hospitales generales de tercer nivel, y el que tiene la red de servicios más grande del país, con más de dos millones de habitantes bajo su responsabilidad.
La iniciativa de este centro de salud, apoyada por la fundación Funcavida (Fundación Calidad de Vida para Personas con Cáncer), verá la luz pronto.
Es un intento por hacer del rato que pasan los enfermos ahí un momento menos tenso, más agradable.
El México desarrolla varias iniciativas en esa dirección: musicoterapia para pacientes hospitalizados, videos que regalan a las familias que recién acaban de tener un hijo ahí, y helados para las mujeres que están a punto de dar a luz.
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Aunque todos podrán disfrutar del espacio, la iniciativa pretende beneficiar principalmente a los enfermos de cáncer y a sus familias, población a la cual se dirigen las acciones de Funcavida.
Según informó el hospital en un boletín de prensa, la terapia con mariposas es usada en escuelas de educación especial y en hospitales como fuente de relajación.
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Otros hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con mariposarios son el Carlos Luis Valverde Vega, en San Ramón (Alajuela), y el Nacional Psiquiátrico, en Pavas, San José.