Un proyecto de ley presentado este 1.° de mayo propone impulsar el derecho de los enfermos terminales a una muerte digna, a la eutanasia, y prohibir el llamado encarnizamiento terapéutico con el cual se retrasa infructuosamente la muerte de estas personas.
La diputada oficialista Paola Vega Rodríguez se atrevió a plantearlo a pesar de que, según dice, está consciente de que es un tema que a la gente le cuesta discutir.
La iniciativa se tramita en el expediente. 21.383: proyecto de Ley sobre muerte digna y eutanasia.
"Es un asunto de derechos humanos, del cual la gente no quiere hablar. También es considerado un tema tabú. Con el proyecto, lo que se quiere garantizar es que un paciente en estado terminal tenga la posibilidad de decidir, que es la garantía elemental que más se nos niega.
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“Se trata de garantizar el derecho a una muerte digna y a la eutanasia, para que una persona en estado terminal pueda optar no permanecer conectada a un soporte vital. Las personas, de manera anticipada (a la enfermedad), también pueden dejar patente esa voluntad en un testamento vital”, explicó la legisladora.
Este proyecto de ley rescata una propuesta del 2014, presentada por los entonces diputados liberacionistas Antonio Álvarez Desanti y Carlos Manuel Arguedas Ramírez. La iniciativa fue archivada en el 2016 sin mayor debate, recordó Vega.
“En mi caso, voy a procurar una discusión de alto nivel. Entenderé si no se logra aprobar en estos cuatro años, pero me daría por satisfecha si se hace un debate de altura en donde la comisión que lleve el proyecto lidere un debate científico”, agregó la diputada.
Según el proyecto de ley, el objetivo principal es “el respeto al principio constitucional de autonomía de la voluntad, el derecho a una muerte digna sin dolor y el derecho a la eutanasia de las personas con enfermedad en fase terminal e irreversible de alto impacto en la calidad de vida y con pronóstico de vida igual o menor a seis meses”.
A estas personas, señala el texto, se les debe garantizar, entre otros, el derecho a recibir toda la información sobre su diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad.
También propone garantizar el derecho de cualquier ser humano a rechazar voluntariamente aquellos tratamientos que les prolonguen innecesariamente la vida.
La eutanasia (muerte sin dolor) la puede pedir el enfermo o sus familiares (en caso de que la persona ya no pueda responder por sí misma) a los médicos.
También crea la figura del testamento vital para que las personas, antes de estar enfermas, hagan constar ante un notario el deseo de tener una muerte digna en caso de que llegara a padecer una enfermedad terminal.
El llamado encarnizamiento terapéutico también quedaría prohibido, y el personal de salud que lo practique se expondría a sanciones de su colegio profesional y a procesos administrativos del lugar en el cual trabaja.