Los cambios en las jefaturas del Centro Nacional de Rehabilitacioń (Cenare), incluida la renuncia del subdirector, redujeron la tensión que se respiraba dos meses atrás y permitieron que, este martes, autoridades del hospital y de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) inauguraran la nueva unidad de cuidados intermedios.
El director médico del Cenare, Roberto Aguilar Tassara, confirmó los movimientos de personal y la intervención del departamento de Bienestar Laboral de la CCSS en el Centro a partir de octubre, como él había solicitado hace más de un mes.
“La gente está mucho más tranquila”, aseguró minutos después de informar sobre el nuevo servicio y anunciar que el Cenare tendrá un edificio de rehabilitación cardíaca en el 2023.
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A finales de agosto, tres exdirectores del Cenare revelaron la renuncia de cinco jefaturas de ese hospital especializado: dirección y subdirección de Enfermería, Nutrición, Consulta Externa y Clínica (Fisiatría). Los exdirectores pidieron a la Caja aclarar los motivos de las dimisiones, realizar una auditoría independiente o nombrar una comisión para investigar las causas.
Además, la Asociación Nacional de Profesionales en Enfermería (ANPE) advirtió el riesgo de que la CCSS incumpliera la promesa de reforzar el Cenare luego de que este centro cediera sus instalaciones para lo que fue el Centro de Atención Especializada para Pacientes de Covid-19 (Ceaco), entre marzo del 2020 y finales del 2021.
La nueva presidenta ejecutiva de la CCSS, Marta Esquivel Rodríguez, reiteró que los nuevos servicios responden al reforzamiento del Cenare. “Es un verdadero fortalecimiento de este centro de salud especializado”, enfatizó.
Según Aguilar Tassara, al final, “se quedaron las jefaturas que se tenían que quedar, y cambió la subdirección médica”.
“Tenemos una nueva jefatura de Enfermería que apoya estos proyectos. La de Consulta Externa decidió continuar en su puesto. Tampoco se fue el jefe de Fisiatría. El subdirector decidió renunciar por proyectos personales. Ahora, el jefe de Fisiatría es el nuevo subdidrector del hospital. La única que no va a volver es la jefa de Nutrición, porque por razones personales (vive en Cartago) le sirve más trabajar en otro hospital”, explicó Aguilar.
Sobre la renuncia del subdirector, el director médico dijo que el funcionario permanecerá medio tiempo, pues es fisiatra con una subespecialidad en rehabilitación pediátrica.
Ampliación de oferta
Uno de los primeros pasos para ampliar y reforzar la oferta de servicios del Cenare a pacientes que necesitan rehabilitación se dio el 12 de setiembre, cuando entró a funcionar la Unidad de Cuidados Intermedios. Desde entonces, por ahí han pasado 11 pacientes.
Esta Unidad tiene cuatro camas pero se espera revisar resultados para valorar la posibilidad de duplicar su capacidad de atención a finales de este año. Entre sus objetivos está atender a pacientes quirúrgicos con alguna discapacidad aguda que requieren rehabilitación.
Aguilar Tassara puso como ejemplo a personas con lesión medular, que son pacientes con necesidades de asistencia ventilatoria (para respirar) especiales. Antes de la pandemia, este tipo de pacientes debía referirse a otro hospital porque el Cenare no contaba con las instalaciones de gases, red eléctrica y aparatos como ventiladores con los que ahora sí cuenta después de su época como Ceaco.
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Con la nueva Unidad de Cuidados Intermedios, dijo el jerarca, podrá permanecer en el Cenare con el beneficio de que también recibirá servicios de rehabilitación.
Esta Unidad, además, permitirá atender la lista quirúrgica que se convirtió en la más grande de los hospitales de la CCSS luego de la pandemia. Antes del hackeo a la CCSS, el 31 de mayo, esa lista registraba 2.543 pacientes con un plazo de 980 días. Un 90% de esos plazos corresponde a pacientes de cirugías ortopédicas. También hay pacientes con diferentes discapacidades que requieren cirugía en Urología o Cirugía Reconstructiva.
Hace cinco meses, el Cenare comenzó un proyecto para sacar esa lista operando 24/7, con recursos provenientes de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), de la CCSS. El costo mensual es de ¢70 millones.
“Se necesitó reforzamiento de personal, que por ahora se está haciendo con tiempo extraordinario. Vienen seis plazas en Enfermería para cortar la brecha para cuidados intermedios. No podemos dejar la oportunidad de abrir la unidad solo por esperar a tener todas las condiciones idóneas.
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“Primero, por los pacientes que la requieren, y luego, porque tengo equipamiento que es de Ceaco (ventiladores mecánicos y otros), que cada mes que pasa generan un costo en depreciación y mantenimiento preventivo y correctivo”, afirmó Aguilar.
En proceso está la asignación de plazas y el estudio de brechas para reforzar todos los servicios del Cenare, aseguró su director.
“La apertura de esta unidad levanta la moral de los trabajadores al ver que el hospital crece y empieza a brillar un poco más”, agregó.
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El médico puso como ejemplo el nuevo edificio de rehabilitación cardíaca, que elevará la infraestructura disponible de los 80 metros cuadrados actuales a más de 2.000. Costará cerca de ¢1.200 millones. Son fondos de la Junta de Protección Social (JPS), que incluyen construcción y equipamiento. La obra será ejecutada por la Asociación ProCenare y estará lista en el 2023.