Biólogo infectado con rabia sigue luchando por su vida en Unidad de Cuidados Intensivos

Casi tres meses después, médicos de Hospital San Juan de Dios mantienen con vida a hombre de 43 años

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Casi tres meses después de haberse infectado con el virus de la rabia, un biólogo de 43 años continúa luchando por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Juan de Dios.

Médicos de ese hospital le aplicaron el protocolo Milwaukee, que consiste en sedarlo para proteger al cerebro del ataque del virus. Esto se ha hecho con asesoría directa del médico norteamericano que lo desarrolló, el pediatra Rodney Willoughby.

Juan Ignacio Silesky, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos, informó por medio de la oficina de prensa del San Juan, de que el paciente está estable pero sigue necesitando el soporte de esa unidad. “De momento, no hay ningún cambio en el estado de salud”, aclaró Silesky.

De acuerdo con la historia clínica del enfermo, la infección ocurrió el 15 de agosto en un viaje familiar donde el biólogo entró en contacto con murciélagos.

Fue mordido por uno de ellos. El 11 de octubre, manifestó los primeros síntomas de la enfermedad: adormecimiento del brazo herido y paralización de los movimientos. También desarrolló dificultades para deglutir y trastornos del comportamiento.

El protocolo Milwaukee es utilizado hoy en todo el mundo por ofrecer a este tipo de pacientes mayores oportunidades de supervivencia en comparación con el tratamiento tradicional, donde la mortalidad se dispara a casi la totalidad de las personas afectadas.

Según estadísticas, logra salvar al 25% de los afectados: 32 personas en los últimos 13 años, 18 de ellas tratadas directamente por Willoughby y su equipo, informó este médico en una entrevista con La Nación, publicada el 27 de octubre.

Pocos días después de llegar el caso al San Juan de Dios, personal del Ministerio de Salud vacunó a los contactos cercanos del biólogo como medida preventiva.

También el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) reforzó la vigilancia de la circulación del virus en Costa Rica.

La última muerte en el país de una persona por esta causa se registró en el 2014, cuando un niño de 9 años falleció en Palmar Norte, en la zona sur.

Desde 1967, diez personas han muerto en Costa Rica por esta causa, según el Ministerio de Salud.