Después de pasar más de 13 horas sentado en una silla de ruedas, con frío y sin más atención que un suero, Gilberto Fernández Segura, de 81 años, fue sacado por su familia de Emergencias del Hospital Max Peralta cansados de esperar a que lo atendieran, el pasado 28 de enero.
Su sobrina Marilyn Badilla explicó a La Nación que ingresaron al señor el mediodía del lunes, siguiendo una recomendación médica para ver si por Emergencias resultaba más rápido que le trataran una hidrocefalia (líquido en la cabeza), que le ha minado sustancialmente sus funciones.
Habían hecho el intento de que le resolvieran la situación con el especialista de consulta externa, pero ahí le informaron de que las citas se estaban asignando hasta para dentro de seis meses o más.
La recomendación de un funcionario, dijo Badilla, fue ingresarlo por Emergencias para ver si se agilizaba su atención.
Pero no: “Pasó defecado y orinado desde las doce del día hasta la una de la mañana, cuando decidimos sacarlo de ahí. No se le pudo cambiar el pañal porque ahí no hay dónde ni quién ayude. Solo puede ingresar una persona por paciente y con él se necesitan hasta tres para cambiarlo porque ya no se mueve del todo.
“Estuvo sentado en una silla, con frío, por casi 14 horas, y saber cuántas más tendría que haber esperado para que finalmente lo vieran. ¡Es inhumano, es inhumano!”, reclamó Badilla.
La mujer relató que durante el tiempo que permanecieron ahí enfrentaron continuos problemas de mala atención y fueron testigos del mal servicio.
Aunque llegaron al mediodía, el médico de turno lo vio hasta las 4:30 p. m. y le envió exámenes. Las pruebas, que entregaron más de dos horas después, revelaron que el señor también sufría una deshidratación severa.
"Pasadas las 6 p. m., le recomendaron un suero, pero pasó una hora y nada. Cuando mi mamá preguntó, la enfermera le dijo que no estaba registrado... Resulta que al médico que lo había visto se le había ido el sistema y no había enviado la información.
“A las 10 p. m., no le habían puesto el suero y ya era cambio de turno. La enfermera se compadeció y se lo puso, pero nos dijeron que por problemas del sistema ahora teníamos que empezar de cero, que volviéramos a clasificación de pacientes por una ficha y que otro médico lo tenía que volver a ver”, relató indignada Badilla.
La familia de esta adulto mayor realiza ahora gestiones para que lo atiendan en el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.
La directora del Max Peralta, Krissia Díaz, asegura que los registros hospitalarios indican que el señor ingresó pasadas las 3 p. m.
En un audio enviado por medio de la oficina de prensa del hospital, Díaz reconoció que por un error involuntario al paciente se le dio de alta, y esto motivó el retraso en la atención. El origen de ese error será investigado, anunció la funcionaria.
"Se le reactivó la atención pero se le envió a realizar el proceso nuevamente, lo que motivó el descontento en los familiares.
“En este caso, ya nos comunicamos con la familia, le solicitamos que lo trajeran para cumplir con la atención y valorar el estado de salud integralmente. El paciente está de nuevo en el hospital donde ya está siendo atendido”, agregó la funcionaria.
Según datos del hospital, entre el 2018 y 2019, la demanda en el servicio de emergencias pasó de 450 pacientes diarios a 590.
Información actualizada a las 3:53 p. m. con la versión de la directora médica del hospital