Berta Lía Rodríguez Coto, una paraíseña de 76 años, olvidó hace cuánto tiempo perdió casi todos sus dientes.
“Dejé de comer carnes hace muchos, muchos años, a menos de que estuvieran desmechadas o licuadas. ¡Ahora, me iré a quitar el antojo con unos buenos chicharrones!”.
Esa fue la primera idea que se le vino a la cabeza pocos minutos después de estrenar su nueva plancha dental, este jueves 17 de enero, en el Hospital Geriátrico. Esperó por esa prótesis casi dos años.
¿Por qué tanto tiempo?
Berta Lía no es la única que ha debido aguardar más de un año para tener un aparato que es considerado fundamental en la salud de cualquiera que pierda su dentadura natural. Hay casi 6.000 personas en una situación similar; la gran mayoría, por no decir que todos, adultos mayores.
Son usuarios de los hospitales Calderón Guardia (2.982 pacientes, con cita a 18 meses), y Geriátrico (casi 3.000, con cita a 16 meses), dos de los cuatro centros de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que cuentan con laboratorios dentales.
Los otros dos son los hospitales Nacional Psiquiátrico y de Niños.
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Aunque en principio suene contradictorio, una medida ejecutada por la Caja para facilitar el acceso a estos aparatos está entre las causas que dispararon las listas y los tiempos de espera.
En el 2016 y luego de varios estudios, la institución decidió bajar el monto que simbólicamente se le cobra a los asegurados por estos aparatos. La tarifa pasó de ¢25.900 por prótesis (superior e inferior) a ¢7.900.
El costo de una prótesis completa (plancha superior e inferior) bajó entonces de ¢51.800 a ¢15.800; sustancialmente más barato que en los servicios privados, donde una prótesis removible completa ronda los ¢222.000, según el tarifario del Colegio de Cirujanos Dentistas.
Fue en uno de los Ebáis de Paraíso donde Berta Lía escuchó la recomendación de aprovechar que las prótesis estaban más baratas para poder completar su dentadura, y así fue como llegó al Geriátrico.
Naturalmente, muchos costarricenses hicieron lo mismo que ella y la demanda se disparó pero la capacidad instalada de los hospitales se mantuvo prácticamente igual. Ahí comenzó el problema.
Una prótesis significa calidad de vida
Juan Luis Cordero Fernández, otro paciente del Geriátrico de 74 años, aguardó muchos meses para tener su prótesis dental. Él perdió la cuenta de cuánto tiempo pasó desde que la radioterapia le aflojó los dientes y se los botó casi todos.
Ensamblador de carros de oficio, Cordero, vecino de Dos Cercas de Desamparados, en San José, tuvo la suerte de que algunas piezas naturales le quedaran en la boca porque de ellas se agarraron los dentistas para fabricarle una prótesis parcial. Ahora, espera recuperar el peso que perdió por no comer bien durante mucho tiempo.
Por eso, quien crea que la falta de dientes es solo un asunto estético, está totalmente equivocado. Don Juan Luis les puede explicar muy bien las consecuencias que eso tiene para el bienestar de cualquier persona.
Quedarse sin dientes afecta considerablemente la salud física y emocional.
Perder las piezas naturales golpea negativamente la salud emocional porque perjudica la autoestima. ¿A quién le gusta como se ve sin dientes?
También impacta la salud física porque dificulta la masticación y, en consecuencia, deteriora el estado nutricional.
No tener dientes hasta interfiere en la comunicación por las complicaciones que enfrenta la persona para hablar y para que le entiendan, explicó la prostodoncista Ileana Porras Alfaro.
En el caso de quienes tienen 60 años y más, también pesa el factor tiempo. ¿Quién puede asegurar que una persona muy mayor soporte casi dos años para tener su prótesis dental? Y mientras tanto, ¿qué pasa con su calidad de vida?
En el Geriátrico son más conscientes de esa situación que en ningún otro hospital. Aquí, el promedio de edad para la consulta odontológica es de 80 años, el límite de la expectativa de vida de un costarricense.
Por eso, en el último año y sin recurrir al pago de tiempo extraordinario, ahí han duplicado la cantidad de pacientes que cada odontólogo ve por hora para reducir una lista que hasta hace poco llegó a superar los 6.000 personas.
El jefe de ese servicio, Luis Diego Giralt Apéstegui, confirmó que la lista de espera era más del doble hace un año. También los tiempos eran superiores a inicios del 2018, sobrepasando los dos años.
Las acciones emprendidas para acortar listas y plazos también incluyen la sustitución inmediata de pacientes ausentes. Pero ya no pueden hacer más. Su capacidad actual solo les permite sacar 3.000 prótesis anuales.
La directora interina del Hospital Geriátrico, Milena Bolaños Sánchez, informó de que se le solicitó a la CCSS una declaratoria de inviabilidad certificando que este centro ya sobrepasó su capacidad instalada.
Paralelamente, se solicitó una plaza adicional de odontólogo general avanzado (OGA), que permitiría sacar 1.000 prótesis más al año, y se avanza en un convenio marco que permitiría a todas las áreas de salud de la CCSS que cuenten con un OGA comprar servicios a terceros para la confección de prótesis.
Esto último, desahogaría sustancialmente a ese hospital, permitiéndole dedicarse a los casos más complejos, como corresponde a un centro de tercer nivel de atención (hospitales y centros especializados).
Odontología es la especialidad con los tiempos de espera más prolongados en el Geriátrico, confirmó su directora. Le sigue Oftalmología.
"Es un problema que tenemos encima que debería verse como un problema país. Sin duda, nos angustia”, manifestó.
En el Hospital Calderón Guardia, el jefe de Odontología, Hugo Mora Delgadillo, informó de que se intenta sacar su propia lista con el pago de tiempo extraordinario, en horario vespertino (después de las 4 p. m.).
También aguardan la adquisición de un equipo más especializado en el transcurso de este año, y cuya inversión alcanza los $380.000.
Esta nueva tecnología, dijo, les permita disminuir en un 85% de los casos el tiempo de espera para la producción de las prótesis.
Según Mora, “en la población por debajo de los 60 años, uno de cada cuatro ocupará algún tipo de prótesis dental”.
El gerente general de la Caja, Roberto Cervantes Barrantes, con recargo de la Gerencia Médica, confirmó que la institución está revisando este asunto.
"Hay que analizar todas las variables que se tienen, porque es algo que perfectamente podríamos trasladar al sector privado porque mientras lo estemos haciendo nosotros podría ser que el personal no sea suficiente.
“Por eso, algunas de las etapas podrían trasladarse a otro sector. Tendríamos que analizar también la manera de ver si lo asumimos de forma total”, dijo el gerente.
Refuerzo a Odontología
En los hospitales de la Caja se brindan once especialidades distintas en el área de Odontología, informó la institución.
Abarcan los tres niveles de atención y se desarrollan actividades para prevenir la enfermedad bucodental, se hace curación y rehabilitación (confección de prótesis) prácticamente a todos los grupos de edad.
Un informe enviado a La Nación, confirma que los plazos de espera pueden variar de un mes hasta dos años y medio dependiendo de la demanda y del centro de salud.
Uno, como el Hospital Nacional Psiquiátrico, da citas para prótesis a menos de un mes plazo.
Se garantiza, además, una atención integral.
Poniendo como ejemplo al Geriátrico, este hospital no abandona al paciente durante el tiempo de espera de la prótesis.
En esos meses, dijo Giralt, se le da seguimiento con varias citas de control, hasta que llega el momento de la confección de los implantes.
Ahí tampoco se le deja cuando se le entregan las planchas definitivas.
A pacientes como Juan Luis Cordero se le continúa viendo por un tiempo prudencial hasta confirmar que la masticación corregida con uso de las prótesis le permita recuperar parte del peso perdido.
En el 2017, año del más reciente registro, los hospitales con laboratorios dentales dieron 103.278 consultas, más de 6.600 que en el 2015.
Por ahora, en Odontología se contratan servicios a terceros en el Área de Salud de Desamparados 1, el Hospital San Juan de Dios y en el Max Peralta de Cartago, para ampliar la oferta de servicios en áreas como odontopediatría, trastornos de las mandíbulas y prostodoncia general (confección de prótesis).