A escasos 30 metros de la polémica trocha, en sectores donde el río San Juan está alejado entre cinco y siete kilómetros del territorio de Costa Rica, cada día es más notorio el establecimiento de humildes familias nicaragüenses que llegaron desde departamentos como Zelaya Central
Unas 90 han construido tanto ranchos de plástico con techo de hojas de palma como casas de madera, extraída de las mismas montañas de su país.
El grupo más numeroso de familias se ha ubicado frente a la comunidad de La Trocha de Los Chiles. Basta con que caminen los 30 metros para estar en suelo costarricense. El corto recorrido les facilita buscar trabajo en las empresas que producen piña y naranja para la exportación.
Otras familias se han asentado frente a Las Delicias de Los Chiles y San Isidro de Pocosol, en San Carlos, y es común ver a sus miembros caminar tranquilamente por la ruta 1856.
Juan Espinoza se trajo a su familia desde Zelaya Central porque le dijeron que en la frontera con Costa Rica las tierras se consiguen baratas. Él compró 10 manzanas en 150.000 córdobas, equivalentes a ¢5 millones. También familias ticas han comenzado a establecerse en la orilla tica del San Juan, en sectores como Boca San Carlos y Cureña.