Transportista tico atascado 13 días en Nicaragua: ‘La estamos pasando mal’

Conductor vecino de Poás, que lleva 13 días varado, pide ayuda a las autoridades; afirma que el dinero y el combustible se agotan y que, para bañarse, deben pagar 10 córdobas por cada pichinga con agua

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José Francisco Brenes, vecinos de San Pedro de Poás, es uno de los 130 transportistas costarricenses que quedaron atrapados en Nicaragua, a algunos kilómetros del límite con Costa Rica, después de que el gobierno de Daniel Ortega cerró la frontera.

Brenes relató que, este miércoles, él y su furgón cumplieron 13 días varados en carretera, con un cargamento de huevos de gallina recogidos en Honduras.

El plan original de Brenes, quien enviudó hace dos meses, era volver el 19 de mayo a su casa, con sus dos hijas.

Sin embargo, el gobierno de Daniel Ortega cerró su frontera en protesta por las medidas tomadas por Costa Rica en el trasiego de productos, en el marco de los controles contra el nuevo coronavirus.

Según la Cancillería, en Peñas Blancas se contabilizan cerca de 80 conductores atascados, mientras que en el puesto de Tablillas hay unos 50.

Este transportista relata que el panorama es caótico para quienes quedaron en las gigantescas filas de camiones en la ruta Interamericana, por lo que piden asistencia a las autoridades.

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“La situación es cada vez más precaria. La plata no alcanza, el diésel se está agotando en el caso mío que venimos con furgón refrigerado; la estamos pasando mal y esta gente no llega a ningún acuerdo”, afirmó el transportista en referencia a las negociaciones entre Nicaragua y Costa Rica para reabrir el tránsito de mercancías.

Para bañarse, Brenes y los demás transportistas tienen que comprar pichingas con agua a 10 córdobas cada una (cerca de ¢168).

No pueden alejarse mucho de sus camiones, por lo que, para comer, dependen de que un vendedor pase y les venda algún alimento.

Por las noches, agrega, aumenta el riesgo de un asalto, por lo que cada quien debe vigilar su vehículo con atención.

Asimismo, la atención médica para quienes soportan el bloqueo es inexistente, aseguró Brenes.

“Esto es tierra de nadie”, aseveró.

El chofer poaseño apuntó que entrar caminando a Costa Rica no es una opción, pues para ellos sería irresponsable dejar sus tráileres en Nicaragua.

El cierre de la frontera, por parte del gobierno de Nicaragua, se inició el 18 de mayo, pero desde antes el tránsito por la frontera ya estaba bloqueado por choferes de varios países centroamericanos, descontentos por las restricciones que impuso Costa Rica para su ingreso.

El gobierno costarricense debió tomar medidas a causa del alto número de transportistas que fueron detectados con coronavirus al entrar por las fronteras, en especial por Nicaragua.

Al 23 de mayo, 46 transportistas de carga dieron positivo en la prueba del covid-19 y se les negó la entrada al país. Un solo transportista contagió a 18 personas en suelo nacional, según pudo detectar el Ministerio de Salud.

Entonces, se dispuso que los transportistas extranjeros deben dejar sus contenedores en un patio cerca de la zona fronteriza para que otro furgón, conducido por un costarricense o un residente sin contagio, lo lleve a su destino final.

Este miércoles, el ministro de Salud, Daniel Salas, advirtió de que el alto nivel de circulación del coronavirus en Nicaragua es el principal riesgo para Costa Rica en el manejo de la pandemia.

En Nicaragua, ya se da la transmisión comunitaria de la enfermedad.

Una situación similar ocurrió con los conductores panameños en Paso Canoas.

Sin embargo, el tránsito en Paso Canoas, frontera con Panamá, se reanudó luego de un acuerdo que permite a los choferes panameños entrar a Costa Rica siempre que se sometan a un rastreo con una unidad GPS que permite verificar que cumplan una ruta segura.

Alega asistencia insuficiente

Este miércoles, el consulado costarricense en Nicaragua les entregó a los transportistas ticos varados papel higiénico, jabón y pasta de dientes. Para Brenes, esta asistencia no satisface sus necesidades.

“Eso es una burla para nosotros los transportistas. Vea la injusticia que están cometiendo con todos los que estamos en esta fila, esto deja un mal sabor”, manifestó.

El cónsul general de Costa Rica en Nicaragua, Oscar Camacho, afirmó que el consulado activó el protocolo de atención para los costarricenses varados. Camacho aseguró que en general los choferes se encuentran bien y, de momento, no requieren de un proceso de repatriación.

El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó que “adicionalmente, se mantiene comunicación constante con representantes de los transportistas, tanto en el terreno como en San José”.