Todo sobre la reforma fiscal y la canasta básica de la discordia

Desde la última semana un sinfín de titulares con las palabras “exoneración” y “canasta básica” revolotean los medios de comunicación nacionales y las redes sociales. Si no han tenido tiempo de sentarse con un café ☕ para entender bien de qué trata el rollo, aquí se lo explicamos. Eso sí, les cambiamos la cafeína por un té de manzanilla 🍵 para relajarnos.

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¿Cómo comenzó todo?

Costa Rica está endeudada. Muy endeudada. El año 2018 comenzó con ¢16 billones de deuda, y las deudas hay que pagarlas. Sobre todo si se trata de un país en vías de desarrollo que se ayuda de la inversión extranjera. No atender la deuda afecta el puntaje crediticio que el país exhibe ante inversores e instituciones internacionales. ¿Quién le prestaría a Juan si es sabido en el barrio que Juan no paga lo que debe?

Además, tenemos el peor déficit fiscal en 30 años. Es decir, los gastos estatales superan los ingresos que percibe el Gobierno. Esta ha sido una tendencia en los últimos años, pero si no se hace algo para enmendar esto, el déficit podría representar el 7,1% del PIB costarricense a final de año.

Para que Costa Rica recupere su prestigio y más inversores vengan, y para que las finanzas nacionales regresen a un estado saludable, el equipo de Gobierno de Carlos Alvarado diseñó un plan conocido como ‘reforma fiscal’ que está en negociación con los diputados de la Asamblea Legislativa.

Según el Gobierno, el plan sacaría a Costa Rica del hoyo financiero en cuatro años, pero no todos aceptan las medidas que la reforma plantea, como añadir impuestos donde antes no había, como en la canasta básica*.

*Aprendamos juntos: la canasta básica es un conjunto de productos de primera necesidad y servicios que necesita una familia promedio para subsistir durante un tiempo determinado (por lo general un mes). La canasta suele ser una referencia para fijar el salario mínimo, así como una herramienta para monitorear los precios de los principales productos.

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Capítulo canasta

Aquí es donde queríamos llegar. En la propuesta del Gobierno para rescatar la economía nacional, se plantea transformar el impuesto de ventas en un impuesto sobre el valor agregado (IVA), con lo que el Gobierno gravaría numerosos servicios que hoy están exentos. Entre ellos, la reforma pondría un 1% de IVA a los productos agropecuarios de la canasta básica y un 2% a los demás productos de la misma. Una novedad.

Algunas medidas de la reforma fiscal, como recortar gastos del Gobierno y sus empleados, ya están en marcha porque dependen del Estado mismo, pero otras medidas como añadir impuestos deben pasar por la Asamblea Legislativa, ya que se requieren cambios de Ley.

Para aprobar la histórica reforma tributaria, los diputados de la Asamblea conformaron una Comisión de Reforma Fiscal. El proyecto se encuentra en el último período de votación de mociones. La semana pasada, cinco diputados de nueve exoneraron a la canasta básica del IVA. Adicionalmente, los legisladores exoneraron a la educación privada del impuesto y también a la red de cuido y a dispositivos médicos.

De esta forma, el Ejecutivo vio reducirse la expectativa de recaudación adicional por impuestos de ¢463.000 millones a ¢365.000 millones, lo que considera insuficiente para revertir el acelerado camino hacia la crisis fiscal.

¿Por qué ponerle impuesto a la canasta?

El IVA que planea la reforma fiscal aumentaría la base imponible sobre la cual el Estado recauda impuestos, ya que más sectores que no pagan tributos sobre los servicios que ofrecen tendrían que hacerlo. Además, según Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, el impuesto a la canasta permitiría al Estado tener mejor control sobre la cadena de producción de alimentos y evitar la inflación a precios que declaran los productores. Para que vean cómo funciona, les explicamos con el siguiente ejemplo con impuesto del 2% sobre los bienes de la canasta básica y con canasta exonerada:

1) Juan, agricultor, compra insumos por ¢50.000 para producir trigo y paga un 2% de IVA (¢1.000).

2) Juan vende el trigo a José por ¢150.000 y cobra el 2% de IVA (¢3.000), traslada a Tributación ¢2.000 y se deja ¢1.000 que ya pagó (se los acredita).

3) José compra el trigo y lo convierte en harina. En total vendió ¢200.000 y cobra el 2% de IVA, que son ¢4.000, acredita ¢3.000 que ya pagó en impuestos y traslada a Tributación ¢1.000.

4) Si la harina está gravada con un 2%: La panadería paga ¢4.000 de impuestos y tiene ventas por ¢300.000 sobre las que cobra el 2% de IVA, que son ¢6.000. De esos ¢6.000 colones acredita ¢4.000 y traslada a Tributación ¢2.000.

5) Si la harina está exenta de impuestos: La panadería paga ¢4.000 de impuestos. Como no puede cobrarle al consumidor, entonces esos ¢4.000 los asume como un costo y si puede le sube el precio al consumidor a su gusto. Puede declarar impuestos sobre la renta de forma más o menos antojadiza.

La cosa está en que el IVA genera información de la cadena de producción. Se sabe cuánto compra y cuánto vende cada uno, y eso es información importante para calcular la renta. No importa si el tributo es apenas del 1%; lo importante es la información. Además de combatir la evasión fiscal, permitiría que se regulen mejor los precios, pues tanto insumos como productos finales tendrían un porcentaje de impuestos.

Reacciones

Hay dos actores principales en esta novela: la mencionada ministra de Hacienda Rocío Aguilar, y el diputado de Liberación Nacional (PLN) Gustavo Viales, único de su bancada que votó a favor de exonerar la canasta.

Rocío Aguilar dice: “Costa Rica se juega su futuro”. Y advierte que exonerar la canasta del IVA “favorece finalmente a los evasores y a las clases altas, perjudica a las clases bajas, perjudica al sector agrícola y perjudica los ingresos el Estado”.

Gustavo Viales dice: “Espero pronto reunirme con la fracción (del PLN) y con el Gobierno para explicarles la posibilidad de apoyar esas mociones y que se quede tanto exenta la canasta básica y que no se afecte la trazabilidad”.

¿Qué sigue?

Negociaciones y más negociaciones. El lunes de esta semana, a las 4:00 pm, la ministra Rocío Aguilar dijo que el Gobierno desconvocó la reforma fiscal por falta de consenso sobre temas capitales de recaudación -sobre todo el tema de la canasta-.

A las 6:30 p.m., sin embargo, dijo que el Gobierno volvía a convocar la reforma porque las negociaciones sí podían retomar.

Las conversaciones con los legisladores continuarán esta semana y se sabe que hay tres escenarios posibles para las intensas pláticas entre Gobierno y diputados. Pero ustedes no se preocupen: todos los detalles estarán en nacion.com.

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