El sistema de elección de diputados, que utiliza el cociente y el subcociente, evitó que la futura Asamblea Legislativa, del periodo 2022-2026, se dividiera entre 11 partidos políticos, en lugar de las seis bancadas que resultaron electas.
Se trata del método denominado cuota de Hare modificada, que implementa valores de cocientes y subcocientes. A la hora de repartir curules, este mecanismo le da prioridad a los partidos que recibieron una votación fuerte en las papeletas legislativas, mientras filtra a los que no captaron suficiente apoyo popular.
Sin ese filtro, el próximo Congreso habría tenido 11 fracciones, de las cuales cinco habrían sido unipersonales.
Habrían entrado, con un solo diputado, los partidos Acción Ciudadana (PAC), Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), Fuerza Nacional (PFN), Republicano Social Cristiano (PRSC) y el provincial Recuperando Valores (Pareva), una agrupación política de Limón. Esas curules las habrían ejercido Rogis Bermúdez (PAC), Óscar López (PASE), Greivin Moya (PFN), Carlos Eduardo Araya (PRSC) y Miguel Antonio Badilla (Pareva).
Por el contrario, se habrían visto disminuidas las bancadas de los partidos políticos que recibieron más apoyo: Liberación Nacional (PLN), que habría perdido tres escaños; la Unidad Social Cristiana (PUSC), que tendría dos menos; y Liberal Progresista (PLP), con uno menos. En cambio, Progreso Social Democrático (PPSD) se habría adueñado de otro espacio en el Congreso.
¿Cómo se aplica el filtro en favor de los partidos más votados?
Lo primero que se debe comprender es que la elección de diputados en Costa Rica se determina por valores de cocientes y subcocientes. El primero de esos factores se obtiene al dividir el número de votos válidos en la provincia entre la cantidad de curules asignadas a ese territorio. Así, todos los partidos que obtengan cocientes, se aseguran el mismo número de curules.
Si la agrupación obtiene un cociente de 1,2, se asegurará una curul en el plenario; si ese resultado es 3,9, obtendrá tres curules, y así respectivamente.
Cuando se acaben los cocientes y queden curules por asignar, se pasa a la segunda ronda de la repartición. Aquí participarán únicamente los partidos que alcanzaron, al menos, el valor subcociente (la mitad de cociente), así como aquellos que obtuvieron diputaciones con cocientes. En ese caso, esas agrupaciones concursan con los votos residuales del primer ejercicio.
De esa manera, si en una provincia quedan cinco diputaciones por asignar, estas se reparten, de mayor a menor, entre los partidos que superaron el subcociente y los residuos de los que superaron el cociente, hasta que se rellenen los cupos disponibles.
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Todos aquellos partidos que no alcanzaron el subcociente quedan descalificados de la repartición, aunque su número de votos sea mayor que el residuo de los partidos que se aseguraron curules por cociente.
Veamos un caso real de estos comicios, en la elección de los 19 diputados por San José. En la primera ronda (asignación por cociente), el PLN se aseguró cuatro curules, el PPSD tres y el PLP dos, mientras que el Frente Amplio (FA), el PUSC y Nueva República (PNR), una cada uno, para un total de 12.
Sobraron siete curules por asignar, por lo que se pasó a la segunda ronda entre los partidos que superaron el subcociente, que son los mismos que superaron el cociente. Ningún otro partido alcanzó el subcociente. Entonces las plazas disponibles se reparten de mayor a menor entre sus residuos:
- FA: 28.255.
- PUSC: 24.579.
- PNR: 22.523.
- PLN: 18.718.
- PPSD: 7.168.
- PLP: 7.118.
De esa manera, el sistema de elección de diputados comenzó a repartir una curul entre cada partido político hasta agotar los espacios disponibles. El Frente Amplio obtuvo dos escaños adicionales al obtenido por la vía del cociente, porque cuando siguen sobrando curules, se vuelve a repetir la asignación de espacios entre esos mismos partidos de mayor a menor valor residual.
El PAC (11.032 votos), el PASE (10.557) y Fuerza Nacional (9.235) tenían mayores valores que los residuos electorales del PPSD (7.168) y del PLP (7.118). No obstante, esos partidos no alcanzaron el subcociente de 15.434, por lo que no pudieron acceder a la repartición final. Así fue como quedaron por fuera de la nueva Asamblea Legislativa los políticos Rogis Bermúdez (PAC), Óscar López (PASE) y Greivin Moya (PFN).
Si nuestro sistema electoral no implementara el subcociente, esas agrupaciones con menor votación habrían fragmentado mucho más el Congreso, y provocaría que el próximo gobierno tenga que negociar con diez fracciones de oposición, en lugar de cinco fuerzas más robustas.