Armando Navarro, uno de los voceros del Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica (Sindeu), aseguró este lunes ante la Comisión legislativa sobre Huelgas que en este país existen bloqueos que son permitidos “por razones culturales” y de los que nadie se queja.
Entre ese tipo de actividades, que Navarro calificó de bloqueos, están la romería del 2 de agosto y las celebraciones de aficionados por el campeonato nacional de fútbol, o por los partidos de la Selección Nacional de Fútbol.
En su argumentación, el sindicalista aseguró que se trata de bloqueos enormes y que se desarrollan por varias horas, según él, a diferencia de las actividades que huelguistas en contra del plan fiscal realizaron durante varios momentos de los 90 días de ese movimiento.
“Bloqueo en todo sentido es bloqueo. La actividad de la negrita del 2 de agosto es bloqueo. Las celebraciones del campeonato de fútbol y de la selección nacional en triunfos y clasificaciones son bloqueos enormes y de muchísimas horas, pero más bien eso se festeja y no se le llama bloqueo. Pero es bloqueo”, dijo Navarro.
Agregó que "hay una razón cultural para no llamársele bloqueo", pero adujo que las cosas "hay que llamarlas como tales".
La afirmación la realizó el vocero del Sindeu ante la Comisión sobre Huelgas que estudia el proyecto de ley 21.049, que busca regular el derecho a la huelga de los sindicatos.
Navarro hizo los comentarios como respuesta a una pregunta del diputado independiente Erick Rodríguez Steller.
Rodríguez leyó varios párrafos de una denuncia presentada por el sindicato de empleados universitarios ante la Subdivisión del Consejo de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas por los Derechos Humanos.
“14 de setiembre. Día 5 de huelga. Paso regulado por manifestantes en Barranca, Puntarenas; Moín, Limón; Ochomogo, Cartago, y La Garita de Alajuela. (Diputado levanta la voz) Manifestantes bloquean el paso por un tiempo y permiten el tránsito de vehículos por unos minutos”, leyó Rodríguez.
El legislador, entonces, preguntó si esas acciones de los huelguistas no van en contra del artículo 22 de la Constitución Política, donde se establece el derecho que tienen todos los costarricenses de transitar libremente por el territorio y permanecer en él.
La respuesta de Navarro fue que, según él, la jurisprudencia nacional e internacional permite que se realicen bloqueos de vías, siempre y cuando existan rutas alternas para evitar esos bloqueos.
“No fueron trasgredidos los derechos (de las personas). La jurisprudencia nacional e internacional en derecho comparado indica que, habiendo rutas alternas, el bloqueo es legal”, manifestó el sindicalista.
Además, Navarro adujo que la denuncia se presentó porque, según su recuento de esos bloqueos, hubo personas golpeadas y gaseadas por la Policía por bloqueos de “pocas horas”.
“El bloqueo no solo es permitido, tiene que ser razonable y proporcional”, argumentó.
Además de las afirmaciones de Navarro, los tres voceros sindicalistas que presentaron el criterio del Sindeu se opusieron terminantemente al proyecto de ley 21.049, iniciativa para regular las huelgas en el país, bajo términos similares a los que han expuesto otros grupos sindicales.
Específicamente, objetaron nuevamente que se busque obligar a los sindicatos a entregar una dirección de correo electrónico para recibir notificaciones de procesos judiciales, así como que en el plan se abra la posibilidad de declarar ilegales las huelgas luego de una semana de haber desacuerdo entre patrono y empleado.
"El Sindeu rechaza la propuesta. No se puede restringir tanto aquello para decir que se tiene simbólicamente, cuando en realidad el fondo es eliminarlo", declaró Navarro.
Añadió López que, en su criterio, “la huelga es un instrumento que tiene la clase trabajadora para conquistas laborales que disfrutan todos los presentes”.
"Pero es el último recurso, a nadie le gusta estar en huelga, cuando no hay diálogo ni comunicación, mediados por relaciones de poder y posiciones ideológicas, como lo vimos con esta huelga", dijo Rosemary López.
Aymerich regresó sobre un punto ya muy discutido en ese foro por otros gremios, cuando aseguró que el proyecto "es una clara acción política de enojo ante una situación, en que la sociedad, víctima de represión, pierde condiciones laborales y estabilidad".
"Nadie quiere llegar a una huelga porque quiere, se le obliga a esa acción", alegó Aymerich.
Incluso, este último manifestó que los diputados todavía tienen tiempo de recapacitar, “si lo que realmente están es regulando una huelga o disimulando una regulación y, prácticamente, prohibiéndola y llevando a la disolución de los sindicatos”.