El jefe de la fracción del Partido Restauración Nacional (PRN), Carlos Avendaño, accedió a sentarse a la mesa a conversar con los huelguistas sobre el plan fiscal y la posibilidad de frenarlo o modificarlo, a pesar de que afuera del Congreso seguían las manifestaciones y los bloqueos en varios puntos del país.

El restauracionista se sentó, efectivamente, durante una hora en el salón de la Comisión de Redacción del Congreso, donde escuchó las peticiones de los sindicalistas para que él y otras fracciones de menor tamaño accedan a mercadear en el plenario la propuesta sindical de frenar o modificar la reforma fiscal.

Aunque Avendaño alegó que él no adquirió ningún compromiso a nombre de su partido, la presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), Mélida Cedeño, afirmó que las cuatro fracciones que los recibieron se comprometieron a ayudarlos para dialogar con las fracciones que se rehusaron a asistir: PLN, PAC y PUSC.

“Hemos logrado, en conversación con diputados, el compromiso de ayudarnos con otras fracciones a salir de este conflicto y resolver el déficit fiscal de este país. Hemos tenido un acercamiento importante después de una marcha multitudinaria”, dijo Cedeño.

No obstante, la declaración que Avendaño dio a los medios fue esta: “No podemos adquirir ningún compromiso de temas que no han sido acuerdo con el Ejecutivo. Estamos en toda la disposición de implementar los acuerdos que se den en la mesa de negociación”.

PUSC y PLN se negaron a recibir a huelguistas

A pesar de que José María Villalta promovió que otras fracciones de peso recibieran a los sindicalistas, tanto el jefe del Partido Liberación Nacional (PLN), Carlos Ricardo Benavides, como el de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Erwen Masís, rechazaron la idea.

El verdiblanco alegó que Liberación no se puede sentar a la mesa con quienes mantienen bloqueos en diferentes partes del país, impidiendo el libre tránsito de los costarricenses que no están en huelga, ni con quienes mantienen la desatención en centros hospitalarios donde va la gente que no tiene para pagar salud privada.

“La fracción no va a recibir a nadie mientras haya bloqueos en calles y puentes, ni desatención en hospitales. Uno no puede sentarse a conversar con gente que hace esas medidas de presión”, dijo Benavides, quien añadió que ya existe un acuerdo del PLN para no recibir a los huelguistas en esas condiciones.

En el caso del socialcristiano Erwen Masís, dijo que no se podía sentar a la mesa con los huelguistas que aún no le han respondido su carta de la semana pasada, donde les pidió informarle de cuáles puntos específicos de la reforma fiscal no comparten.

Agregó que también pesa el hecho de que haya una afectación sensible del libre tránsito y la atención en hospitales, por ejemplo.

Se intentó conversar con el jefe del PAC, Víctor Morales, pero no respondió la llamada telefónica. Dragos Dolanescu, del Partido Republicano, evitó a los medios que estaban a la salida de la sala donde se reunieron diputados y sindicatos.

La mesa de diálogo improvisada entre sindicalistas y diputados fue promovida por José María Villalta, del Frente Amplio. Además de Restauración, pasaron por esas sillas Otto Roberto Vargas y Dragos Dolanescu, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), así como Walter Muñoz, del Partido Integración Nacional (PIN).

De esas bancadas, la que tiene más peso político en el Congreso es el PRN, por las 14 curules con las que cuenta en el plenario, más incluso que las 10 del partido de gobierno.

El alegato de Avendaño fue que los legisladores, ellos en particular, esperan los “acuerdos a que llegue el Ejecutivo y los movimientos de protesta”, pero adujo que antes no se puede hacer nada, porque “no se puede implementar algo que hipotéticamente no está”.

“Es la manifestación clara y transparente de que podemos actuar en función de acuerdos. (...) Fue una invitación de los sectores, no encuentro problema en escucharles”, apuntó el jefe de Restauración.

Según el vocero del PRN, a él le preocupa que el asunto en el diálogo entre gobierno y huelguistas esté prácticamente en punto muerto, “habiendo tanta urgencia de tramitar el plan fiscal, pero también de descompresionar el movimiento que está en las calles”.

El cabildeo que Villalta les hizo a los sindicalistas llegó al punto de que el diputado pidió un receso de la sesión del plenario para llevar a los jefes al edificio Sión, en la Comisión de Redacción, donde había voceros de la APSE, de la Unión Nacional de Empleados de la Caja y la Seguridad Social (Undeca), del Sindicato de Educadores Costarricenses (SEC), de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) y de los sindicatos del ICE, entre otros.

“En las conversaciones está el gobierno y los sindicatos, pero no la Asamblea. Sin embargo, todo lo que se negocie ahí depende de los votos en el Congreso. Las fracciones tenemos que poner de nuestra parte para implementar acuerdos que salgan de la mesa de diálogo y ayuden a que eventualmente se solucione este conflicto”, dijo Villalta.

Sindicatos ahora piden ‘texto sustitutivo’ a plan fiscal

Aunque en sus constantes intervenciones los sindicalistas han enfatizado que su petición es el retiro del proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, expediente legislativo 20.580, después de la reunión con los diputados, este miércoles, hablaron de la posibilidad de hacer reformas al proyecto o, incluso, un texto sustitutivo.

“Es un texto sustitutivo que andamos buscando, una modificación al 20.580, porque tal como está es totalmente regresivo”, dijo Mélida Cedeño.

Sin embargo, por el trámite de vía rápida que se le aplica al plan fiscal, no es posible hacerle modificaciones nuevas al proyecto, sino solamente se puede ver las mociones de fondo reiteradas por los diputados, aquellas que en la comisión especial de reforma fiscal fueron desechadas.