Atormentado, como él mismo lo admitió, por la posibilidad de que el nuevo Directorio legislativo no quiera ayudarle a aprobar el plan fiscal, el presidente Luis Guillermo Solís comenzó ayer mismo a mover sus cartas.
De hecho, horas antes de la elección en el Congreso, Solís tomó el teléfono para expresarle al diputado Rafael Ortiz, de la Unidad Social Cristiana, sus “mejores deseos” y reiterarle su apertura al diálogo.
La llamada era de rigor luego de los sucesos de la noche previa, cuando más de 30 legisladores de oposición colocaron a Ortiz a la cabeza de una ofensiva para tomar el control en cuesta de Moras y frenar impuestos.
El desenlace de la votación era predecible. Por ello, a las 10:15 a. m., cuando aún faltaban 30 minutos para confirmar quién sería el nuevo jerarca legislativo, el mandatario lanzó un segundo mensaje desde la catedral metropolitana.
“Me atormenta pensar que quienes han sido los responsables principales del déficit que hoy tenemos, que no es mi administración, se empeñen hoy precediendo un debate que tiene que realizarse con tranquilidad en el país, diciendo que no van a ayudar al Gobierno y a Costa Rica”, aseveró al finalizar la misa en honor a San José Obrero.
Solís pretende que el Congreso apruebe este año un proyecto para transformar el impuesto de ventas (13%) en uno sobre el valor agregado (IVA) del 15%, así como otro plan para modificar el tributo sobre la renta.
El Ministerio de Hacienda estima que ambas iniciativas generarían ¢600.000 millones al año, lo que ayudaría a frenar el crecimiento del déficit fiscal que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), es la principal amenaza de la economía tica.
Puentes. Ante los mensajes del presidente, el socialcristiano Ortiz respondió: “Don Luis Guillermo no tiene por qué sentirse así, atormentado. Hemos dicho que vamos a construir puentes, buscar soluciones”.
El nuevo jerarca legislativo consideró que, en materia fiscal, el mejor camino que debe seguir ahora el Poder Ejecutivo es presentar proyectos sobre contención del gasto público, exoneraciones y contra el fraude fiscal.
“Lo primero que tenemos que generar es un clima de confianza, construir la agenda”, aseveró.
Un criterio similar expresaron los diputados Otto Guevara, del Movimiento Libertario, y Mario Redondo, de Alianza Demócrata Cristiana.
Guevara sostuvo que “no hay ningún chance” de que esta Asamblea Legislativa –aunque hubiera seguido bajo control del oficialismo– apruebe nuevos impuestos si antes no “se le mete el diente” al gasto público.
Por su parte, Redondo alegó que los tributos representan solo una de las “cuatro patas” de una verdadera reforma fiscal que, en su criterio, también debería incluir medidas para racionalizar el gasto, combatir la evasión y reactivar la economía.