El jerarca del MOPT desde octubre pasado afirmó que la polémica trocha fronteriza avanzará en los meses que le quedan a este gobierno. La carretera, paralela al río San Juan, es por cierto uno de los mayores retos que le pusieron por encargo. La prioridad, según dijo, será unir los tramos que no están conectados en Los Chiles y Sarapiquí, aunque se cuidó de no prometer entregas que no está seguro de cumplir, garantiza mayor control.
El actual titular de Obras Públicas y Transportes sigue sin entender cómo se intentó abrir un camino de 160 kilómetros en la zona norte con base en criterios de emergencia nacional y con los pocos controles que aplicó el anterior ministro.
A un año del banderazo de salida para las obras de la vía 1856, Castro admitió que la carretera no estará lista en esta administración y que, además, no cuentan con los recursos suficientes. Lo único a lo que se compromete es a trabajar con planos y orden.
Un extracto de la conversación que sostuvo con La Nación .
¿Puede este Gobierno terminar la trocha fronteriza?
Terminarla es poco probable, dependería de que tengamos una figura de contratación expedita por emergencia y también de la buena suerte por el clima. En este momento, estamos contratando los diseños con una licitación abreviada y luego tendríamos que contratar las obras.
Entonces, es difícil que este Gobierno termine la trocha.
Creemos que sí encontraremos la figura legal que estamos conciliando (...). La meta es contratar los diseños, ejecutarlos y poder comenzar por lo menos la contratación de las obras en el tercer trimestre de este año. De esta forma, deberíamos estar terminando probablemente cerca de un 40%, quizás, y el resto, el 60%, dejarlo ya con un contratista y con cierto nivel de avance. Esa es la meta.
En el tercer trimestre de este año ya estaremos en invierno.
Desafortunadamente, sí, coincide, pero pensamos que ya tendríamos un contrato para el verano que se aproveche al máximo, y eso sería el mayor avance.
El último verano del Gobierno.
Exactamente, aprovecharíamos muy bien el último verano del Gobierno para poder avanzar.
¿Cuántos tramos de vía van a poder conectar en lo que queda de este Gobierno?
La prioridad nuestra es el inicio y el final. Estamos hablando de entre 20 y 30 kilómetros en el lado de Los Chiles y entre 20 y 30 kilómetros del lado de Sarapiquí, que es el lado de mayor uso y más adelantado.
¿Hay algún cálculo sobre pérdidas por el abandono?
No, no, desafortunadamente el proyecto se llevó a cabo con controles precarios. Se pagó por horas y no hay cómo verificar que esas horas de maquinaria se hayan invertido efectivamente y, además, los precarios expedientes y controles que había fueron decomisados por la Fiscalía. Así es que no se tiene claro qué inversión se hizo.
En la investigación legislativa, los jerarcas hablaron de una inversión de ¢23.000 millones.
Eso es lo que se pagó que se tiene en factura, pero no sabemos cuántas facturas más podrían aparecer, y podrían aparecer reclamos.
¿Cuánto dinero faltaría para terminar por lo menos ese 40%?
Nosotros tenemos una estimación general para todo, los 160 kilómetros, de aproximadamente ¢32.000 millones. Eso incluye algunos puentes y demás.
Pero esta vez sí habrá planos.
Ah, por supuesto; lo primero que se va a hacer es contratar los planos para tener claro qué podemos hacer y cuánto vamos a presupuestar.
La figura de imprevisibilidad para contratar maquinaria y que se prestó para irregularidades no se va a usar, ¿o sí?
No, en la obra no.
¿Estaba listo el país para emprender una obra de 160 kilómetros bajo una figura de emergencia nacional?
Indudablemente, no.
”Hay muchísimas irregularidades, situaciones complejas que resultan de allí y sí, definitivamente, no es factible. Yo no entiendo, no dimensiono cómo se pudo pretender hacer una obra de esta magnitud bajo la figura de imprevisibilidad”.