Aunque la casa de Óscar Arias –en Rohrmoser–, la pulpería de la esquina y el palo de mango siguen siendo puntos de referencia para dar direcciones, la Municipalidad de San José pretende cambiar esa “cultura de señas” con un plan de rotulación de calles y avenidas.
“Es un proyecto que busca revertir la cultura del tico, que, si bien es folclórica, es necesario modificar por un tema de competitividad de la ciudad de San José. Sabemos que es un cambio que va ir poco a poco”, expresó el alcalde josefino, Johnny Araya.
En cada esquina del cantón Central de la capital, los postes con dos rótulos verdes llevan la numeración que asigna Correos de Costa Rica, en coordinación con el Departamento Geográfico y Catastral del municipio y la Comisión Nacional de Nomenclatura.
La numeración se coloca a partir de una cuadrícula, en la que las calles van de norte a sur, las avenidas van de este a oeste y las diagonales, de noreste o suroeste. También se rotulan las transversales, que van de noroeste a sureste, y una ruta nacional como General Cañas, lleva el nombre de Vía 1.
“La información está en los planos, luego se pasa a la empresa encargada para que confeccione las placas y coloque los postes, todo bajo una supervisión de la Municipalidad. La idea es contar con direcciones precisas, mediante la numeración”, indicó Michael Núñez, ingeniero encargado del proyecto en la Municipalidad de San José.
La confección de los postes está a cargo de la empresa Red de Sistemas de Rotulación, que fue seleccionada mediante licitación pública y que empezó a colocar la señalización en diciembre del 2012.
Los letreros tienen el logo del Banco Nacional y el del Banco de Costa Rica, instituciones que pagarán los ¢600 millones que cuesta el proyecto, y que, según se prevé, estará listo en julio.
“Una vez que esté concluido el plan, vamos a hacer una campaña de información sobre cómo la gente puede dar una dirección mediante esta nomenclatura”, explicó el alcalde Araya.
Aunque la falta de costumbre hace que la mayoría de los ticos siga dando direcciones sin hacer referencia a la numeración actual, los vecinos de varias comunidades josefinas reconocen que el cambio es necesario para la ciudad.
“A mí me parece bien, porque aquí hay gente que ni sabe cómo dar una dirección. No ha habido educación sobre este tema y eso es una barbaridad”, manifestó Jorge Ramos, vecino de La Pitahaya, en San José.
Mantenimiento. Ante el riesgo de que el vandalismo y el hurto se apoderen de los nuevos postes, la Municipalidad de San José está diseñando una estrategia para arreglar o reponer las piezas que sufran algún tipo de daño.
“Se dejó una serie de placas extra y la Municipalidad está definiendo si la empresa encargada del proyecto obtiene un nuevo contrato para dar el mantenimiento que corresponde”, manifestó el ingeniero Núñez.
En un sondeo realizado por La Nación, las personas consultadas apoyan el plan, pero coinciden en la urgencia de que el municipio informe sobre el uso de esta señalización que, desde diciembre del año pasado, empezó a adornar la capital.