“No hay resentimientos”. Ese fueron las palabras que Carlos Andrés Pérez, el empleado de Recope acusado de un acto de causar daños al plantel de Moín durante la huelga, le dijo al presidente Carlos Alvarado, la mañana de este miércoles.
El mensaje lo transmitió al momento de darle la paz durante la misa del Día del Trabajador, en la catedral metropolitana, en la que convergieron las autoridades de Gobierno, representantes sindicales, empresariales y feligreses.
Por voluntad propia e impulsado por sus compañeros, Pérez se puso de pie para darle la paz al presidente.
“Estamos en la iglesia, usted sabe que no podemos guardar rencores estando aquí. El señor presidente se encontraba acá y mi compañero me invitó a darle la paz”, manifestó el trabajador de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
A Carlos Andrés Pérez se le achaca participación en los daños causados la válvula que protegía la entrada y salida de gas GLP de una esfera en el plantel de Moín mientras un barco hacía la descarga hacia ese tanque, el 11 de setiembre de 2018.
Los hechos ocurrieron el 11 de setiembre, un día después de iniciada la huelga contra la reforma fiscal, a la que se unieron algunos trabajadora de la Refinadora.
Inicialmente, en noviembre, el Tribunal de Flagrancia de Limón lo sentenció a dos años de cárcel por el delito de años, sin otorgarle beneficio de ejecución condicional de la pena.
No obstante, en febrero, el Tribunal de Apelación del Segundo Circuito Judicial de San José, anuló la resolución y ordenó nuevo juicio. Ese segundo debate está pendiente.
“Esto va a una nueva etapa pero creo que va a ser revocado porque no hay argumentos”, dijo.
La Asociación de Empleados Públicos (ANEP) señaló a Pérez como un preso político.
Fue otro dirigente gremial, Óscar Campos, quien lo presentó ante el mandatario. Alvarado no dudó en corresponderle el saludo de la paz.
El mes pasado, el representante de Recope en el caso, hizo nuevas gestiones para que se impongan medidas cautelares a Pérez.