En junio del 2010, Víctor Hugo Bravo Armendariz fue capturado por los guardacostas estadounidenses a 100 millas (160 k) de Puntarenas, en aguas internacionales.
Detenido, procesado y puesto en prisión en Estados Unidos, cumplió una pena de 63 meses en la cárcel, luego de declararse culpable de tráfico internacional de drogas.
El día que lo detuvieron, los guardacostas le llevaban algunas horas siguiéndole la pista y atestiguaron que antes de abordarlos, los tres ocupantes de la embarcación echaron paquetes de droga al mar, por lo que a la hora del arresto no tenían la mercancía.
Hoy, Bravo Armendariz lleva 54 días en la Isla del Coco, varado, sin una salida, pues ninguna de las operadoras turísticas de tours que llegan hasta allá quiere sacarlo de ahí, pues conocen el antecedente.
Bravo salió de prisión en Florida, el 2 de noviembre 2015, luego de que se le aprobara una reducción de la pena en marzo de ese año (inicialmente era de 87 meses y se redujo a 63).
Al teléfono con La Nación , Bravo reconoció que transportaba droga en aquel junio del 2010, cuando ni siquiera sabía que estaba en aguas internacionales, tan cerca de Costa Rica, pero adujo que fue engañado por los guardacostas estadounidenses, que supuestamente le hicieron firmar un papel de que querían ser procesados en Estados Unidos y no devueltos.
En una declaración de culpabilidad, que está en el expediente del juicio que tuvo Bravo en Estados Unidos, el 13 de octubre del 2010, consta que él se declaró culpable de tráfico internacional de drogas.
Ahora, ante la pregunta, reacciona dudoso y asegura que fue engañado, que solo se declaró culpable porque se le amenazó que si no lo hacía, podría recibir una sentencia más dura.
En la orden de captura, consultada por La Nación , no solo consta que se detuvo a Bravo, capitán de la lancha María Cristina (que tenía bandera colombiana), y a sus dos acompañantes, también ecuatorianos, a 100 millas de Puntarenas, sino también que se recuperaron 132 kilogramos de cocaína cerca de la lancha.
‘Me salió mal’. Según Víctor Hugo Bravo, un pescador de oficio, se vio obligado a transportar la droga, en aquella ocasión, con dos personas, que según declaró a las autoridades estadounidenses, no conocía.
¿Cuánto les pagan por un viaje hasta Guatemala (para dejar la droga)? “Nombre, mi hermano (risas)”, suena Bravo, al teléfono. Duda varios segundos en responder y, finalmente, como una respuesta muy pensada dice: “Poquito, poquito, como $4.000”.
“En ese tiempo (pagaban eso), pero ahora yo no sé. Yo necesitaba dinero, por mi esposa, porque necesitaba una operación, pero me salió mal. Si me saliera una cosa así, nunca más, lo haría, nunca, nunca”, expresó Bravo.
‘Sospechas’. Aunque las autoridades costarricenses no habían dado indicios e incluso negaron saber que uno de los náufragos tenía antecedentes, ahora Gustavo Mata, ministro de Seguridad, dice que sí estaban enterados.
“A mí no me queda la menor duda de que están aprovechando esa ruta para actividades ilícitas”, aseguró el jerarca.
El lunes pasado llegaron tres ecuatorianos más, en una lancha, supuestamente porque tuvieron una falla. Uno es familiar de José Domínguez, quien salió de la isla y está detenido en Hatillo, en el centro para migrantes.
Mientras, el ministro Mata insiste en que no tienen recursos para patrullar –ya en la isla hay casi tantos ecuatorianos como guardaparques– en la frontera más lejana del país.