Aunque el Ministerio de Trabajo se comprometió a analizar las opciones de variar el ajuste salarial anunciado por el Gobierno hace dos semanas, el presidente Luis Guillermo Solís se negó a modificar el monto fijado.
“Hay que seguir utilizando la fórmula, que en su momento aumentó significativamente los salarios. En este caso, la inflación ha sido muy baja y eso ha tenido un impacto para los salarios con crecimientos mínimos”, explicó el mandatario.
Según la metodología para calcular el ajuste salarial del segundo semestre, los trabajadores estatales profesionales se quedarían sin aumento y los no profesionales recibirían un alza del 0,5% en su paga. Esto, porque la inflación en el primer semestre del año llegó a 0,08%.
El gobernante reconoció que hay mucha presión de parte de los sectores, porque, “obviamente, todos querríamos ganar más”, pero adujo que se debe mantener la credibilidad en la fórmula aplicada.
“Hay que tratar de que esto se convierta en un mecanismo que nos permita tener una discusión clara y tratar de evitar las arbitrariedades de estar subiendo o bajando los salarios en un momento de estrechez, como el actual”, apuntó Solís.
Ante la oferta de alza de Zapote, los sindicatos pretenden un aumento de un 1,91% para los profesionales y un 2,16% para los no profesionales.
La promesa para los sectores sindicales provino, este miércoles, de parte del viceministro de Trabajo, Alfredo Hasbum, quien se comprometió a analizar la posibilidad de un alza mayor para el sector público.
La negociación entre Gobierno y sindicatos se complicó precisamente ante el retiro del Bloque Unitario Social y Sindical Costarricense (Bussco), cuyos voceros consideran inaceptable la propuesta de Zapote.
Esta semana, los gremios sindicales marcharon para defender los beneficios salariales que actualmente reciben, los cuales engordan el gasto público, al punto de que la mayoría del Presupuesto Nacional se utiliza para pagar la planilla.