¿Por qué no pagarle cuotas al Partido? ¿Es mucho dinero?
Eran ¢700.000 al mes. Patricia (Mora) da más. Pero ella y Jorge Arguedas viven en San José, el resto vive fuera y hay que estar viajando o pagar dónde dormir, comprar desayuno, almuerzo, cena. Yo viajo todos los días, tengo que pagar taxi de mi casa a la parada, me levanto a las 3 a. m. para venirme a las 4 a. m. A las 6 a. m. estoy en el despacho y me voy a las 10 p. m. Llego a medianoche y vuelvo a pagar taxi.
¿Por qué no da la cuota?
Yo decidí no darla, primero porque no hemos tenido coincidencias en la agenda. Ha habido una fractura muy grande, por ejemplo, en la fiscal, y la de diversidad también, que la defiende Patricia Mora, pero no lo hace igual que yo. Cuando hay que presentar proyectos, yo lo hago sola. Yo me he sentido muy sola al manejar la agenda de diversidad, la de ambiente, aunque haya dos compañeros en ambiente, igual con la fiscal, desde fuera.
¿Siente usted que el Frente Amplio la representa?
Yo he sentido que no, para nada. He tomado la decisión de no pagar, porque el Partido toma la plata y la usa para impulsar la agenda de agua, el Proyecto de Ley de Recurso Hídrico, un plan mercantilista del Banco Mundial. No es posible que el Partido esté pagando asesores para que impulsen eso y yo tenga que dar dinero. He cogido ese dinero, un poco más incluso, y he hecho una propuesta diferente para que un grupo de jóvenes pueda tener una residencia y estar en San José estudiando. Es un espacio bien amplio, cinco habitaciones, tres baños.
Y a grupos extranjeros...
Hemos tenido solidaridad, desde una visión muy social. Se apoya cuando algún grupo viene, por ejemplo, los garífunas de Honduras, que vinieron a la Corte Interamericana, al proceso que se le ganó al Gobierno hondureño, que fue condenado. Les dimos alojamiento y alimentación en ese proceso. Digamos que es un lugar como muy social.