Laura Chinchilla: A Daniel Ortega y su núcleo hay que convertirlos en parias internacionales

Expresidenta urge a los países a tomar medidas drásticas para obligar al régimen a permitir elecciones libres en Nicaragua, donde en su criterio se vive el terror de las dictaduras

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La expresidenta costarricense Laura Chinchilla clama a la comunidad internacional para que se corten los flujos de dinero que financian al régimen sandinista de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, así como las figuras de su círculo más cercano.

En su criterio, es necesario convertir a Ortega y a su núcleo en “parias internacionales” (personas excluidas de ventajas) hasta que no les quede más opción que permitir la realización de elecciones libres y justas en Nicaragua.

Para Chinchilla, el régimen sandinista impuso el terror de las dictaduras, con el arresto de los opositores de cara a las elecciones de noviembre, y considera que la respuesta de la comunidad internacional ha sido insuficientes.

La exmandataria (2010-2014) advierte que de, si no se hace nada, se le dará carta blanca a las tentaciones dictatoriales de otros gobiernos latinoamericanos.

-De sus declaraciones, se entiende que su condena al régimen es no solo por las detenciones de líderes opositores, sino también porque Daniel Ortega no da la cara por esas acciones, ¿correcto?

“Es que Ortega está acostumbrado a actuar desde la sombra. Eso lo ha venido haciendo a lo largo de este segundo mandato que inició hace casi 15 años, él se ha acostumbrado a simplemente no dar la cara, a mover desde la distancia los hilos. Cada vez le ha resultado más fácil por una razón muy clara, y es que cada vez ha tenido más control de todos los órganos del Estado, y cada vez tiene más serviles a sus órdenes en todos los órganos, el Ejército y la policía sobre todo.

“La policía de Nicaragua llegó a ser una de las policías más acreditadas de la región, de hecho en mis trabajos de seguridad la he citado como un ejemplo. Bueno, y logró deformarla a un punto tal que la policía no pregunta si está actuando o no está actuando a partir de principios y observancias de garantías procesales; no pregunta si tiene o no orden de un juez, simplemente allanan, e irrumpen y secuestran, y eso es básicamente porque él se ha garantizado eso y no necesita ni siquiera aparecer, pero no nos podemos engañar.

“A ratos pareciera que son los policías y no, no son los policías, son Daniel y Rosario quienes están detrás de absolutamente todo lo que ha venido pasando y son los responsables de la integridad física de la gente que ya tiene, a estas alturas algunos, una semana de haber desaparecido. Una semana.

“Doce personas relevantes, desde un punto de vista de los partidos de oposición, dentro de ellos cuatro precandidatos. Es una barbaridad, y no se sabe nada. Bueno, lo que uno recibe a través de terceros cercanos a ellos, y se presume que algunos ya están recibiendo juicio, juicios prácticamente sumarios.

“Se sabe también que no les han dejado tener acceso a sus abogados y en el caso que tuvo acceso, que fue un acceso de 30 minutos, Cristiana Chamorro, fue simplemente para notificarle que no va a poder hacerse cargo de la defensa porque el Estado nicaragüense se va a hacer cargo de la defensa de esas personas. Imagínese usted con qué grado de autonomía van a llegar esos defensores.

“De manera que lo que uno esperaría es que esta semana venga una seguidilla ya de enjuiciamientos, declarándolos culpables de hechos que obviamente no serían punibles en ninguna sociedad civilizada del mundo contemporáneo y, posiblemente, así los terminen entonces de inhibir para eliminar por esa vía la oposición a Daniel de cara a las elecciones de noviembre”.

-Cuando le exige a Ortega dar la cara, ¿qué implicaría eso?

“Me parece que por lo menos, si es tan valiente, que por lo menos diga por qué razones los está arrestando, que por lo menos salga a decirle a la gente qué es lo que está pasando. Que explique. Allá el silencio de él es un silencio que reproduce algo que está viviendo en este momento el pueblo nicaragüense, que es un ambiente de absoluto terror.

“Es la sensación de que no me están hablando con claridad, pero me están mirando, me están escuchando, me están siguiendo y cualquier cosa que yo haga, se van a enterar. Es una forma de proceder totalmente cobarde, propia de un hombre que cada vez se ve más acorralado, más aislado, y que intensifica el uso de todos estos elementos de terror para que, por esa vía, simple y sencillamente se pueda garantizar el avance de los próximos cinco meses previos a las elecciones, sin oposición.

“Cada vez le resultará más difícil, sin lugar a dudas. Cada vez va a ser más difícil, porque lo que uno está viendo es que mucha de esta gente es muy valiente, particularmente en el caso de las mujeres. O sea, ser capaces de grabar un mensaje cuando ya la policía está ahí, cuando saben que ya va a ser inevitable el arresto, y grabar mensajes que distribuyen por las redes, a sabiendas de que no va a tener límite a dónde va a llegar ese mensaje.

“Porque lo otro que hay que entender es que Daniel en estos últimos años se dedicó a aprobar leyes que permitieran precisamente fundamentar muchas de las medidas que están adoptando, y entonces usted encuentra leyes según las cuales el simple hecho de que un nicaragüense aplauda la acción de una nación extranjera condenatoria a las acciones del régimen, ya eso es punible, ya eso le da al Estado nicaragüense la justificación de perseguir a la persona.

“Ya solo el hecho de que alguien reciba recursos de la cooperación de una de esas naciones que ellos presumen que está violando la soberanía de Nicaragua, ya eso es un hecho punible.

“Entonces, estas personas conocen lo que tienen al frente, saben que en el momento en el que se da ese cerco, porque llegan varias unidades, rodean la casa, cierran las calles, irrumpen en las viviendas, ellos saben en qué va a terminar esto, y aún así están siendo muy valientes.

“Él no va a poder acallar lo que está pasando, pero ciertamente tiene a la gente absolutamente atemorizada y es parte del simbolismo, el decir ‘no aparezco, no me ven, pero yo sí los estoy viendo, yo sí los estoy escuchando’. Es toda una simbología, muy propia del terror de las dictaduras, es algo espeluznante”.

-Como usted lo señalaba, muchas de las últimas detenciones han sido contra mujeres muy relevantes de la oposición. ¿Cree que hay un ensañamiento particular contra ellas?

“Yo estoy convencida de que alguien que pueda tener sensibilidad en materia de género, no estaría haciendo jamás lo que se ha venido haciendo, porque en algunos casos ni siquiera han tenido la consideración de que estas mujeres estaban con sus hijos, o que los hijos estaban precisamente bajo la tutela única y exclusiva de estas mujeres.

“Yo no quiero disminuir el nivel de persecución y de sufrimiento que están experimentando también muchos varones, pero aquí hay un componente de saña adicional en el caso de las mujeres, porque precisamente lo han hecho estando hijos presentes, niños algunos de ellos, y porque, según hemos escuchado también de algunas historias de ellas que fueron liberadas, del periodo del 2018, hay violaciones flagrantes mientras están detenidas, a su integridad física y a su integridad sexual.

“De manera que yo no tengo la menor duda de que ciertamente hay un ensañamiento especial contra las mujeres, por el hecho de que las afectan en aquellos elementos propios de la integridad física, mental y sexual de las mujeres que es a donde ellos saben que más nos duele, y claramente están jugando con eso”.

-¿Y qué intuye usted que pretende Ortega con todo esto? ¿Busca una moneda de cambio o…?

“No, él busca aterrorizar nada más. En este momento, él busca aterrorizar y apuesta básicamente a que nada pase, porque desgraciadamente nada ha venido pasando, o no mucho ha venido pasando con todos estos autócratas de nuevo cuño que han tomado el control de muchos gobiernos en el mundo.

“Y él está apostando nada más a esto, y a que con el terror interno, el pueblo se quede manso, tranquilo, sumiso. Yo sí creo que tampoco podemos pedirle al pueblo que se tire a las calles en Nicaragua. Ya muchos se tiraron a las calles y hubo una matanza enorme de personas en abril del 2018, pero además muchos de ellos han tenido que salir del país.

“Muchos de esos dirigentes más jóvenes que organizaban las tomas de las calles, que desfilaban y demás, han tenido que exiliarse en otros países, entonces se les han venido cerrando las posibilidades de las expresiones abiertas y libres en espacios públicos.

“La única forma en la que pueden protestar es como lo han venido haciendo, comunicándose entre ellos, en mandar mensajes afuera, es transmitirnos a quienes estamos en otros países las barbaridades que están aconteciendo.

“Pero Daniel lo único que está haciendo al día de hoy es básicamente generar un clima de terror, para evitar el avance de aquellos que pueden tener chance de derrotarlo en las urnas electorales; evitar que cualquier candidatura crezca y tener apaciguado con regímenes de terror a Nicaragua, simplemente para esperar a que pase el chaparrón de la presión internacional.

“Yo espero que se comprenda de parte de la comunidad internacional que sería una barbaridad que esto se pase por alto. Lo que ha pasado en estos días, la región no lo recuerda por lo menos en muchas décadas. Y dejar que esto se consolide como si nada pasara es darle carta blanca a las tentaciones autócratas muy propias de América Latina, y sería un horror permitir que esto siga”.

-A propósito de eso, ¿qué más se puede hacer? Se han dictado sanciones, condenas desde Costa Rica, Estados Unidos y otros países, pero…

“No, no ha sido suficiente. Ni han sido suficientes ni han sido suficientemente drásticas ni han contado con un concurso amplio del concierto internacional de naciones, y solo así se puede sentar efectivamente un régimen como estos. Estados Unidos ha venido tomando algunas acciones, pero no basta con que las tome Estados Unidos, tienen que sumarse otras naciones.

“Nicaragua sigue recibiendo flujos financieros, habrá que actuar sobre esos flujos financieros. Habrá que actuar sobre todo el núcleo más cercano al régimen Ortega Murillo, convertirlos en parias internacionales para ver si les preocupa el futuro de la gente más joven de ese círculo más cercano y de todos los colaboradores, y esperemos que el Consejo Permanente de la OEA se pronuncie, como estamos esperando desde hace rato.

“A mí me tiene muy preocupada que parte de la debilidad con que ha actuado la comunidad internacional se origina mucho en que esta crisis encuentra al hemisferio, particularmente a América Latina, en su punto más bajo en materia de diálogo intrarregional.

“En materia de coordinación y cooperación intrarregional, los gobiernos están muy divididos, muy polarizados por razones fundamentalmente ideológicas, y no están mirando que esto no tiene que ver con un tema ideológico; es absolutamente secundario de qué ideología es el gobierno de Daniel Ortega, si es un gobierno de derecha o un gobierno de izquierda.

“Aquí lo que está clarísimo es que hay una violación flagrante como no la habíamos visto en muchos años a los derechos humanos más básicos y a los derechos civiles de la población, y eso es algo que deberían comprender esas naciones; poder cruzar la acera entre unos y otros y poder encontrar una solución democrática para Nicaragua.

“¿A dónde está lo que nos tenían acostumbrados en el pasado países de peso relativo en la región, como México y Brasil, hablando de los temas de fondo sobre los derechos humanos y de la democracia? Argentina y Chile, en fin, todos aquellos países que hoy tienen diferencias ideológicas tienen que comprender que tiene que hacerlas a un lado y lograr avanzar en una agenda que les sea común a las preocupaciones de nuestra región. Si eso no sucede, va a ser difícil que podamos esperar algo más drástico de la OEA.

“La aplicación de la Carta Democrática es indispensable, no hay la menor duda, con todas las implicaciones, hasta las últimas consecuencias, porque esas consecuencias sí empiezan a doler a cualquier país. Pero es que, por eso le digo, no es mucho lo que se ha hecho.

“Ha habido acciones importantes que hay que reconocer, pero han sido acciones aisladas, de algunos países y de alguna manera muy dispersas en el tiempo”.

-La aplicación de la Carta Democrática y llegar hasta las últimas consecuencias, como dice usted, ¿qué implica?

“La Carta Democrática tiene unos artículos en donde permite que, una vez que ya se confirma el rompimiento del orden democrático, poder imponer sanciones más materiales.

“¿Y qué es lo que se busca aquí? Aquí lo que se busca no es derrocar a nadie ni invadir un país. Yo nunca he pregonado por este tipo de acciones, ni siquiera en momentos complicados que también ha vivido Venezuela, pero aquí ha habido una falla y de alguna manera Ortega también se está alimentando de esas fallas que hubo en el pasado en el manejo de la situación de Venezuela, y es que si bien han habido sanciones, estas sanciones no han tenido un referente de una estrategia diplomática efectiva.

“Porque cuando se imponen sanciones, es porque se busca alguna respuesta del régimen, y para buscar esas respuestas del régimen tienen que haber las condiciones diplomáticas suficientes para desplegar la necesaria negociación.

“Aquí lo único que se busca es una negociación con el régimen Ortega Murillo para poder ir a unas elecciones que tengan las condiciones de transparencia, de competitividad y de observación imparcial para noviembre de este año. Eso es lo que se busca, tan simple como eso, pero para hacerlo hay que negociar, y para negociar evidentemente habrá que sumar sanciones y voluntades de más gobiernos más allá de Estados Unidos”.

-Para que al régimen no le quede más opción que eso, negociar.

“Exactamente, es eso. Y liberar presos, por supuesto, y bueno, las condiciones para poder hacer las campañas sin persecución.

“El problema es que han aprobado todas estas leyes y ya es el marco jurídico, cuando Daniel o sus seguidores dicen que están actuando de acuerdo a las leyes, es cierto. Lo más patético es que están actuando de acuerdo a las leyes, ellos aprobaron unas leyes draconianas, de aumentar los plazos de detención preventiva de 48 horas a 90 días, instauraron la pena de muerte. Obviamente todo ese ordenamiento jurídico habría que revertirlo, porque así no se podría hacer jamás una campaña.

“Y aquí, el otro problema que tenemos, es que vayamos hacia atrás es que por lo menos en el 2018 hubo una gran oportunidad de que la comunidad internacional reaccionara, porque ahí murió gente. Y no se hizo nada. Dijeron en ese momento: ‘Hay tiempo, démosle tiempo de que reaccionen’, y no respondió. Ahora lo que nos quedan son seis meses para poder generar las condiciones para esas elecciones, seis meses. Y bueno, entonces no se puede perder más tiempo”.