Incentivos devoran ¢1 de cada ¢3 en universidades públicas

Gastan más en pluses que en salarios base; la UCR y el ITCR son las que más parte de sus presupuestos destinan a beneficios para funcionarios

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Un profesor de la Universidad de Costa Rica (UCR), además de su salario base, recibe en forma automática un 3,75% adicional por cada año que labore.

A la vez, recibe otro porcentaje por un incentivo llamado escalafón, el cual reconoce su antiguedad, al igual que las anualidades. Sin embargo, en este caso, el monto depende de la categoría de su puesto.

Además, recibe un 30% más de salario por dedicación exclusiva y hasta otro 30% por mérito académico, mientras puede acumular otro 4% por cada paso académico que dé.

Pero si la UCR lo llegara a necesitar fuera del lugar donde reside, obtendría el plus de zonaje, que es de hasta un 39%. Y si debe debe desplazarse a otra sede de la Universidad, podría recibir un plus del 29% por bonificación.

En el caso de administrativos profesionales, la UCR les paga un 30% por dedicación exclusiva si son licenciados, más anualidades del 3,75%, escalafón y una remuneración extraordinaria del 30% de sobresueldo para retener sus servicios.

Por otro lado, en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), un profesor podría tener además de su salario base, anualidades del 4%, hasta un 56% adicional por su grado académico, un 30% de dedicación exclusiva, y otro porcentaje variable por carrera profesional.

Allí, a los administrativos se les reconoce hasta un 6% de anualidades, un reconocimiento de hasta 56% adicional por carrera administrativa, y 30% por dedicación exclusiva.

Estos son algunos de los pluses que pagan las universidades públicas, los cuales corresponden a casi ¢1 de cada ¢3 del presupuesto para 2018.

De hecho, por cada ¢1 que pagan en salarios básicos, se destinan ¢1,5 en incentivos.

La información se desprende de los presupuestos de las universidades UCR, ITCR, Estatal a Distancia (UNED), Nacional (UNA) y Técnica Nacional (UTN), así como de respuestas de los mismos centros y de la Contraloría General de la República (CGR).

Según alegan los rectores, los pluses compensan los "bajos" salarios base de los profesionales, los cuales rondan los ¢700.000, pero que se incrementa según el puesto, antiguedad y crecimiento profesional.

La mayoría de los pluses están establecidos en reglamentos internos emanados de acuerdos del Consejo Universitario o en convenciones colectivas.

Un 28% del dinero que gastan las universidades públicas está destinado a los incentivos. Sin embargo, si se considera el peso que estos tienen sobre las cargas sociales, el porcentaje es mayor.

Se trata de aproximadamente ¢201.400 millones, mientras que para las remuneraciones básicas las universidades presupuestaron ¢135.600 millones.

El presupuesto total de las universidades para este año es de ¢714.000 millones, de los cuales ¢500.000 millones se financian con el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) que se nutre de la recaudación de impuestos, con excepción de la UTN. Esta recibe financiamiento vía presupuesto, que igual es dinero público.

Si se considera el monto del FEES con el total de salarios que consumen el fondo, el 80% se utiliza solo para salarios.

En las cinco universidades, los salarios son el 60% del total de su presupuesto, incluyendo cargas sociales.

El peso de las anualidades

Las anualidades (pago adicional por año trabajado, o por antigüedad) suman ¢90.400 millones entre las cinco universidades y, en el caso de la UCR, ITCR y UNA, están fijadas por convención colectiva. Más de la mitad de ese monto lo consume la UCR.

Consultado sobre los porcentajes de anualidades, los rectores de la UCR, e ITCR, la UNED y la UNA dijeron estar en desacuerdo con el alto porcentaje que otorgan.

Sin embargo, el único que implementó un cambio fue Henning Jensen, rector de la UCR, quien impulsó una rebaja de la anualidad, que pasó de 5,5% a 3,75%, pero que se calcula sobre el salario más componentes.

En el ITCR, también hubo una variación. En lugar de un 5,5% para todos, ahora la anualidad oscila entre un 4% para los salarios base más altos y un 6% para los más bajos.

El rector de la UTN, Marcelo Prieto, justificó la anualidad del 3% porque busca una igualdad de condiciones con las demás universidades.

"La Ley que creó la 'U' estableció que los beneficios tenían que ser el promedio de los salarios de las otras universidades. Lo cumplimos con el mayor cuidado", indicó Prieto, quien además preside el Consejo Nacional de Rectores (Conare).

La UNA paga 4% de anualidad, la cual no ha podido ser renegociada a la baja, aunque ha habido la intención, según el rector Alberto Salom.

La masa salarial también se encarece por otros incentivos como los escalafones de la UCR y del ITCR que se otorgan a los empleados según su categoría o calificación. Estos incentivos reconocen la experiencia y la calidad académica.

En palabras de Jensen, esos incentivos son "automatismos" y se opone a ellos. De hecho en la UCR, el reconocimiento a los años de servicio se paga con dos incentivos similares: la anualidad y el escalafón.

Otros incentivos que son automáticos son el salario escolar y el aguinaldo, los cuales cuestan a las universidades unos ¢50.000 millones.

Los otros pluses que reconocen el mérito académico o la carrera profesional son los menos en cuanto al monto total en incentivos, aunque el reconocimiento es alto para quien lo recibe.

¿Quién paga más?

La universidad que gasta más en incentivos que en salarios base es el ITCR, con ¢1,87 por cada ¢1 de remuneración básica.

En la UCR, se paga ¢1,71; en la UNED, ¢1,51; en la UNA, ¢1,09; y en la UTN, ¢0,87, por tratarse de la universidad más joven del sector público, con menos incentivos y por tener las anualidades más bajas.

La relación entre salarios básicos e incentivos en las universidades es superior a la del Gobierno Central, donde se paga ¢1,04 de incentivos por cada ¢1 de salario base, de acuerdo con el último informe de Evolución Fiscal que elabora la Contraloría General de la República, cada año.

Por otro lado, pluses como la dedicación exclusiva se han pagado a los funcionarios solo por el hecho de ser profesionales, sin entrar a valorar si la universidad requiere de sus servicios de forma exclusiva, según explicaron los rectores de los centros académicos.

Fue el caso del ITCR, donde el incentivo se daba a casi todos los empleados profesionales. Sin embargo, eso cambió a partir del año pasado.

En ese centro de estudios y en la UNA, la tercera parte de los empleados totales tiene dedicación exclusiva.

En las universidades, ese incentivo se compensa con un adicional de hasta 55% (en la UTN, para empleados que ingresaron antes de 2014).

En algunos casos, los incentivos se otorgan según la antiguedad del funcionario. Ese es el caso de la carrera administrativa de la UNED, que paga a sus empleados un porcentaje adicional de hasta un 42,5% del salario base a quienes tienen dos décadas de laborar para la institución.

Sobresueldos y recargos

Adicional a los incentivos, los funcionarios reciben otros pluses que no son considerados incentivos, sino más bien reconocimiento a su cargo.

Un ejemplo de ello es el adicional que reciben los rectores, que puede ser de 130% (por jefatura y coordinación) en el ITCR y hasta 150% adicional del salario de la categoría más alta para el rector de la UNED.

Además, existen otros porcentajes adicionales por remuneración extraordinaria, recargos de elección de director cuando se pasa a coordinar una escuela o un departamento, y recargo de funciones en general.

Sin embargo, también se establecen sobresueldos que están por encima de la carga laboral, como el sobresueldo a los informáticos de la UNA, a los que se les otorga 15% adicional sobre su salario en reconocimiento a diferencias de salario en el mercado.

En la UNED también existe un plus de 25% que se le puede otorgar a algún funcionario para compensar diferencia salariales con profesionales del sector externo.

¿Cuánto ganan los rectores?

Como ejemplo de las diferencias de los conceptos de pago en estas instituciones, están los salarios de los rectores.

En el ITCR, por ejemplo, el rector tiene un salario de aproximadamente ¢5,6 millones, de los cuales ¢1,3 millones son por anualidades. Además, recibe un 65% adicional por prohibición, un 130% por coordinación y su grado académico se le compensa con un 56% adicional. La base de esos pluses es un salario de ¢845.000 que recibe por ser catedrático.

El mismo salario recibe el rector de la UNED; quien ocupa el cargo actualmente tiene 41 anualidades. Sin embargo, el sobresueldo que recibe por ser rector se le calcula sobre un salario de catedrático, aun sin cumplir con ese requisito.

En cambio, en la UCR, el rector gana más de ¢8,6 millones que es el resultado de ¢4,4 millones por anualidades, un 30% de dedicación exclusiva, y un 40% de sobresueldo por ser rector, entre otros incentivos.

Por otro lado, en la UNA, el rector confirmó que recibe un salario de ¢6 millones, que llega a ese monto gracias a un plus de un 60% por ejercer ese cargo y adicionalmente por un 65% por concepto de prohibición.

Finalmente, en la UTN, la universidad más joven, tiene un salario de ¢5,9 millones, de los cuales casi ¢2 millones son por anualidad y ¢1,5 millones por prohibición. De carrera profesional, solo recibe ¢130.000.