Marisa Batalla Chacón, la hija mayor de la segunda vicepresidenta de la República, Ana Helena Chacón Echeverría, se enfrentará a la corriente afín a Ottón Solís en la lucha por el liderazgo de la juventud del Partido Acción Ciudadana (PAC).
Batalla aspira a ser la presidenta de las Juventudes PAC. Ella fue electa candidata, la noche del lunes, por parte de la alianza Juventudes Unidas, la cual está integrada por la corriente Juventud Progresista (afín al gobierno de Luis Guillermo Solís) y el Movimiento Esperanza (liderado en el pasado por el actual embajador en Naciones Unidas, el exdiputado Juan Carlos Mendoza).
Ella disputará el puesto con Ariel Romero, uno de los fundadores del grupo Gente Joven PAC, corriente que nació recientemente en el partido, con el afán de volver a los principios fundacionales con los que se creó la agrupación en el 2000, bajo el liderazgo del ahora diputado Ottón Solís.
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"Nosotros no nos aliamos para contrarrestar a nadie, sino más bien para seguir trabajando en conjunto. Tenemos algunas diferencias con algunos sectores más conservadores del partido, pero no queremos excluirlos, ni sacarlos del partido, ni nada".
"Dentro de la diversidad de las personas que conformamos el PAC, podemos construir cosas importantes y buscar qué temas en común tenemos y luchar por ellos. El problema no está dentro del partido, los problemas están afuera y eso es contra lo que tenemos que luchar”, expresó Batalla.
La Juventud Progresista PAC —de la cual Batalla forma parte— ha dominado las cuotas de poder en los órganos de decisión del partido oficialista. Incluso, fue la tendencia que respaldó la candidatura del ahora presidente de la República, Luis Guillermo Solís, antes del 2014.
En cuanto a Ariel Romero, de Gente Joven PAC, actualmente es asesor de la diputada rojiamarilla, Epsy Campbell.
Romero afirmó que no le sorprende la alianza entre esas dos corrientes. En su criterio, por encima de Batalla Chacón, existen otras personas con más trayectoria en el partido para liderar a la juventud.
"No nos sorprende en nada, ellos han estado juntos desde un principio, solo se dividieron en dos tendencias durante la designación del candidato presidencial (para el 2014). La Juventud Progresista apoyaba a Luis Guillermo Solís y el Movimiento Esperanza a Juan Carlos Mendoza", dijo Romero.
"También sorprende que sea ella, hay gente en el partido con una trayectoria más amplia, a ella yo la conocí hasta el día de las elecciones del 2014", añadió.
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La Juventud Progresista es el mismo grupo que redactó en junio del 2015 un documento en el que se planeó aprovecharse de los recursos políticos del Gobierno para fortalecer al PAC.
Por ese caso, el presidente Solís despidió a seis jóvenes asesores del Gobierno, mencionados en ese documento.
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Se desliga. Batalla Chacón llegó al PAC en el 2013, durante el proceso de electoral que culminó con la elección de su madre como vicepresidenta.
Ella asegura que, durante esa campaña, trabajó en la parte de comunicación, aprovechando sus estudios en periodismo y que, desde entonces, milita en la agrupación política. Sin embargo, reconoce que participa de manera más activa desde hace un año, cuando volvió al país luego de siete años y medio de vivir en Argentina.
Batalla niega que, antes de llegar al PAC, haya formado parte de la Unidad Social Cristiana (PUSC) o haya compartido sus principios, partido por el cual su mamá y su abuelo, Luis Manuel Chacón, fueron diputados.
"Yo no tengo hoy ninguna afinidad política con el PUSC, la única vez que vote por la Unidad Social Cristiana fue cuando mi mamá fue candidata a diputada y solo voté por ella, por los otros espacios no, porque las personas que estaban ahí sentía que no me representaban", declaró la rojiamarilla.
Batalla Chacón, de 30 años, se describe como feminista y niega que Ana Helena Chacón haya tenido incidencia en su decisión de luchar la presidencia de la juventud del PAC.
"Cuando yo le plantee y le dije 'mirá me están ofreciendo un espacio de liderazgo en las juventudes', también le dije me daba miedo que me pueda restar credibilidad el hecho de ser hija de ella, porque yo tengo mis ideologías y mis pensamientos muy firmes, y no repito lo que dice mi mamá.
"En algunas cosas podemos estar de acuerdo, pero no por el hecho de ser mi mamá, sino porque yo soy una persona feminista, igual que ella y ambas creemos en la justicia social y los derechos humanos. Entonces ella me dijo que estuviera tranquila, que yo era una persona independiente y adulta", declaró Marisa Batalla.
"Ella no tiene nada que ver con este proceso. Le he pedido consejos porque me da mucha cosa hablar en público y ella nada más me ha dicho que con la frente en alto, firme y listo. Ella no se ha metido para nada en el proceso y mi abuelo muchísimo menos", agregó.