A partir de esta semana, quedó abierto el libre tránsito en los alrededores del edificio de la Asamblea Legislativa.
La Fuerza Pública retiró las rejas azules y amarillas que cerraban el paso en la calle 15 y en la avenida 1, desde el Parque Nacional hasta la Plaza de la Democracia.
La decisión se produjo luego de reuniones entre el Directorio legislativo, la administración del Congreso y la Fuerza Pública, ante la falta de amenazas reales de manifestaciones contra el proyecto de Ley Marco de Empleo Público.
Es más, la lentitud en el trámite de ese proyecto y la ausencia de concentraciones importantes anularon la necesidad de tener cerrado el paso por todo el perímetro.
Originalmente, a petición del Congreso, la Fuerza Pública había cerrado el paso por el nuevo bulevar, entre la vieja y la nueva edificación legislativa, y por todo el costado sur del edificio, contiguo a la Plaza de la Democracia.
Poco a poco, ese perímetro fue creciendo, al punto de cerrar el paso también por la calle 15, entre las avenidas 1 y 3, así como por toda la avenida primera, desde la calle 19 y hasta la calle 11. Además, se colocó una la barrera entre el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y la Asamblea, para asegurar el ingreso de los diputados al parqueo legislativo.
Esos amplios cierres obedecieron a supuestas amenazas de seguridad, pese a que en los alrededores del parlamento solo se reunían pequeños grupos de manifestantes. Ni siquiera en los días de manifestaciones de las universidades contra el plan de empleo público pasó de un centenar de gente reclamando atención.
A ello se une el hecho de que, realmente, mientras el plenario se encuentra sesionando, cuatro pisos bajo tierra, los diputados no se dan cuenta de nada de lo que sucede alrededor de la Asamblea Legislativa.
La presidenta legislativa, Silvia Hernández, aseguró que, desde el Directorio legislativo, se le dio la instrucción a la administración para “contemplar esos periodos donde no haya un llamado serio de seguridad y que por favor se removiera o se habilitara el libre paso lo antes posible”.
Por su parte, el director ejecutivo del Congreso, Antonio Ayales, adujo que en realidad la Asamblea nada tuvo que ver con la colocación o remoción de las vallas, pues dijo que era enteramente una decisión de la Fuerza Pública.
“Ellos llevan el pulso de las protestas. Nos dijeron que todo está tranquilo y las quitaron como señal de que no serán permanentes. Es una recomendación de ellos; ellos dicen cuándo se ponen y cuándo no. Imagino que es por el compás del proyecto de empleo público, que ahora tiene que ir a consulta”, comentó Ayales.
El jerarca administrativo de la Asamblea añadió que la covid-19 también ha sido un factor importante para que no se aglomeren personas a hacer sus reclamos cerca del edificio legislativo.
El plan de empleo público terminaría, este lunes, el trámite de las últimas mociones de revisión que presentaron los legisladores y pasaría a consultas en varias instituciones, para regresar a votación en primer debate en el plenario.
Luego de eso, se iría a consulta a la Sala Constitucional, por lo que sería finalmente convertido en ley para finales de julio y principios de agosto, en el caso de que no haya ningún vicio en su trámite o en su fondo.
En cuanto al campamento de la empresa administradora del edificio legislativo que aún sigue instalado en la Cuesta de Moras, entre el Museo Nacional y el antiguo Congreso, Ayales manifestó que solo se mantendrá mientras se coloca una reja de seguridad en el balcón que tiene el edificio en su costado este, y que este enrejado ya se empezó a colocar.
Por lo tanto, para julio ya se estaría habilitando el paso total por la avenida central, entre Museo y Asamblea.