¿Es cierto que la reforma fiscal hará más cara la leche que la cerveza?

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El viernes 5 de octubre, minutos antes de que la reforma fiscal fuera aprobada en primer debate, la diputada restauracionista Nidia Céspedes aseguró que la leche será más cara que la cerveza si se implementa el proyecto de ley.

“¿Cómo es posible que los niños, ahora, en lugar de tomar leche van a tomar cerveza, porque es más barato? No se puede con eso", fueron las palabras exactas de la legisladora en el plenario legislativo, antes de votar en contra del plan tributario.

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¿Es cierta la afirmación de la legisladora? Luego de revisar el proyecto de ley y la legislación vigente, sale a la luz la siguiente respuesta:

Actualmente, la leche forma parte de la canasta básica tributaria, por lo cual, bajo el esquema de impuestos vigente, se encuentra totalmente exonerada de impuestos. En un supermercado, una caja de un litro se puede adquirir en ¢550, por ejemplo.

La cerveza, por el contrario, no forma parte de la canasta básica. Paga un 13% de impuesto de ventas y cuatro tributos más: impuesto selectivo de consumo, impuesto selectivo a los licores, tributo para el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) y tributo para el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM).

Así se desprende de datos de la División de Política Fiscal del Ministerio de Hacienda.

Con todos esos impuestos ya aplicados, una lata de 350 mililitros puede costar ¢725.

En el caso de las cervezas importadas, estas pagan otros dos tributos adicionales que equivalen a un 15% del valor de la bebida al momento de su llegada al país.

¿Y si se aprueba la reforma?

Si el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas llega a aprobarse, las cervezas costarán lo mismo, porque no se establece ninguna exoneración que las beneficie.

Al no formar parte de la canasta básica, por cada botella o lata se pagará el impuesto sobre el valor agregado (IVA) del 13%, la misma tarifa que aplica hoy por impuesto de ventas. Además, se mantendrán los otros cuatro tributos. Es decir, la lata de 350 mililitros seguirá costando ¢725.

Por la leche, por otra parte, se tendrá que pagar un impuesto del 1%. En el caso de la caja de ¢550, serán ¢5,5 adicionales. Incluso con ese gravamen, seguirá siendo menos costosa que la cerveza.

De acuerdo con Priscilla Piedra, directora de Hacienda, existe una posibilidad de que el precio de venta de la leche baje, debido a que la reforma tributaria establece que todos los insumos que se requieren para generar los productos de la canasta básica pagarán un IVA con tarifa reducida del 1%. Es decir, se reducirá ese costo de producción.

“Hay insumos de la cadena que hoy se pagan al 13%, como la electricidad, que al pasarse al esquema que se está proponiendo pagarían un 1%. Entonces, ¿qué es lo que se garantiza en este caso? Que toda la cadena productiva vaya a estar al 1%, entonces incluso puede ser que en casos como estos, en los que hay costos que están con un impuesto mayor, pues el costo baje”, explicó la funcionaria.

El proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas ya se aprobó en primer debate. Ahora, el texto se encuentra en consulta ante el Banco Central, el INS, el ICE, Aresep, los bancos estatales, las universidades estatales, todas las municipalidades, el Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones y otras instituciones autónomas. Los diputados pueden decidir, ahora, si envían el proyecto a consulta ante la Sala Constitucional. Si la iniciativa supera ese filtro, estará listo para la votación definitiva en segundo debate.

El día de la aprobación de la reforma fiscal, en la barra del público, un manifestante colgó en el vidrio un cartel que decía: “En el país más feliz del mundo, los diputados gravan la canasta básica, pero no la cerveza”.

Esta afirmación es errónea también, porque la cerveza está gravada con cinco impuestos si es de producción local, y con siete si es importada.