Como suele ocurrir en el Congreso, la división de criterios entre los diputados se hizo sentir este martes luego de las medidas urgentes tomadas por el Gobierno para pagar salarios, ayudas sociales y deuda pública.
La aprobación y el recelo se vieron las caras en la Asamblea Legislativa ante la decisión del Gobierno de recurrir a un mecanismo excepcional para cubrir los gastos del mes.
Los jefes de fracción de Acción Ciudadana (PAC), Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristina (PUSC) dijeron estar conscientes de que la disposición fue una medida de “último recurso” para evitar una crisis económica.
En otra acera, se ubicaron el Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) y el Partido Integración Nacional (PIN), que calificaron la decisión como un “desacierto”.
El Partido Restauración Nacional (PRN), por su parte, lo denominó como “un paliativo”.
No fue posible conocer la opinión del Frente Amplio.
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‘Una situación preocupante’
Víctor Morales Mora, líder del PAC, consideró que la coyuntura compromete a los diputados a aprobar la reforma fiscal.
“Lo vemos con mucha preocupación, con mucha responsabilidad. Esto nos empuja a trabajar más intensamente en la aprobación del expediente 20.580 (Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas o reforma fiscal), el cual esperamos que vuelva a ser objeto de conocimiento en el plenario en los próximos días”.
El documento de la reforma tributaria está pendiente de que se anuncien las mociones de reiteración admitidas para su estudio en el plenario.
El mismo criterio expresó Carlos Ricardo Benavides, jefe de fracción del PLN. “Lo primero que hay que hacer es pasar un plan fiscal que sirva de puente para que no se deterioren las finanzas del Estado y poder seguir trabajando en otras medidas que tendrán que tomarse, tanto para reactivar la economía como para seguir recortando el gasto”, aseveró el verdiblanco.
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Según Benavides, recurrir a un instrumento que se utilizaba en la crisis de los años 80, durante el gobierno de Rodrigo Carazo, desnuda la “gravedad” de la situación por la que pasa el país.
“La entendemos como una medida de último recurso. Después de eso, es poco lo que se puede hacer para cumplir con las obligaciones del Estado. Esta es una muestra de la gravedad que estamos sufriendo y me parece que eso nos debe llamar a una profunda reflexión para tomar decisiones lo más rápido posible”, explicó el líder de Liberación.
“Es el equivalente, en un hogar, de tener que empeñar las joyas de la abuela para poder pagar las obligaciones del mes”, agregó el liberacionista.
Erwen Masís, jefe de fracción del PUSC, también coincidió en que la decisión del Gobierno se gestó en medio de un contexto económico alarmante.
“Es una situación muy preocupante. El principal impacto que podríamos tener a lo interno es una devaluación, es decir, que no se pueda contener el dólar y el cambio monetario. No tenemos un comportamiento así desde que tuvieron que intervenir el Banco Anglo y durante la crisis financiera del país en los años 80”, aseguró.
‘Presión para aprobar el plan fiscal’
Por su parte, Wálter Muñoz, jefe de fracción del PIN, dijo que su partido cataloga de “improcedente” la medida de Hacienda.
“Nos parece que es una medida de urgencia que ha tomado la ministra (Rocío Aguilar) en un momento que no procede, sobre todo porque es previa a una reforma fiscal y fue tomada en medio de una manifestación ciudadana”.
Asimismo, Muñoz dijo que la acción del Gobierno fue una “una medida más de presión para la aprobación del plan fiscal”.
En tanto, Otto Roberto Vargas, jefe de fracción del Partido Republicano Social Cristiano, afirmó que la venta de Letras del Tesoro al Banco Central por ¢498.000 millones generará otro “hueco fiscal”.
“Es un desacierto presentar más huecos fiscales. Hubiera sido mejor elaborar un solo presupuesto extraordinario que no estar presentándolo en partidas, con montos suficientemente grandes”, explicó el líder del PRSC.
Por su parte, Carlos Avendaño, jefe de Restuaración Nacional, indicó que la decisión gubernamental es un “paliativo”.
“Esto nos muestra más claramente la crisis económica y fiscal que se está viviendo. A lo que entendemos, es un paliativo y urgen medidas más profundas y más estructurales”, enfatizó el líder de la bancada restauracionista.
Además, Avendaño argumentó que lo acontecido este martes desdeña una crisis en la gestión de Carlos Alvarado.
“Nos parece que la situación se le ha salido de las manos al Gobierno. Vemos negociaciones que no van para ningún lado. El plan fiscal urge, es importante, pero si uno hace una revisión del presupuesto, tenemos no una contracción del gasto; más bien, estos siguen”, afirmó.
Avendaño añadió que la actual actual situación de las finanzas públicas responde a la desidia de la administración anterior, la de Luis Guillermo Solís.
“Hoy se proclama un paquete fiscal urgente, acaba de ir al expresidente (Solís) a hablar sobre los huecos fiscales, pero en los dos primeros años de la administración anterior, no urgió ningún paquete. Nunca atendieron la crisis fiscal, nunca hubo contención del gasto”, concluyó.