Diputados del PLN se enfrentan en plenario por pesca de arrastre

Carlos Ricardo Benavides afirma que, aparte de Costa Rica, el único país de América que hoy prohíbe la actividad es Venezuela; Karine Niño le responde que “uno no se puede enojar cuando la opinión pública no le favorece”

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Los diputados Carlos Ricardo Benavides y Karine Niño, ambos de la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), chocaron este martes, en el plenario de la Asamblea Legislativa, por sus criterios a favor y en contra de la pesca de camarón con redes de arrastre en el fondo marino, respectivamente.

Benavides, quien no usó la palabra antes de que el proyecto fuese votado en segundo debate el jueves pasado, emitió un amplio discurso en el plenario para explicar su voto a favor de la iniciativa.

Las palabras del diputado originario de Puntarenas generaron reacciones veladas de sus compañeros Roberto Thompson y Karine Niño, quienes hicieron referencia a los diputados que se dicen muy expertos en turismo sostenible y apoyaron la pesca de arrastre.

En una intervención de 26 minutos, con tres minutos adicionales, después de que Niño le respondió, Benavides repitió el argumento del principal promotor de la iniciativa, el restauracionista Melvin Núñez, al decir que “las actividades productivas se regulan, no se prohíben”.

Benavides dijo que la pesca de arrastre se permitía desde los años 40 y que esta práctica convivió por décadas con las demás actividades pesqueras, hasta que la Sala Constitucional la prohibió, en el 2013.

El expresidente legislativo hizo referencia al visto bueno que le dio la Sala IV al proyecto para revivir la práctica, con el uso de una nueva red que reduciría la captura de otras especies distintas al camarón, al resolver favorablemente la consulta de constitucionalidad de varios diputados, hecha después del primer debate celebrado en noviembre del 2019.

Criticó que los opositores de la pesca de arrastre hayan leído principalmente los votos salvados, que para él son “literatura de estudio académico, opiniones respetables y argumentos para discusiones de académicos”.

Una de las principales afirmaciones de Benavides que generó molestia en Karine Niño fue la de que 41 diputados firmaron la iniciativa cuando esta fue presentada en el 2018 y dijo: “Ahora más tarde les paso al chat la lista de firmantes”.

“Algunos de ellos, alegremente andan pidiendo el veto, en una contorsión política repentina, porque muchos de ellos no hablaron en contra y ni siquiera presentaron mociones para reformarlo”, dijo.

Benavides alegó, a diferencia de lo que declaró Roberto Thompson el jueves anterior, que no se permitirán barcos camaroneros en las zonas para surf e insistió en que ha surgido “una colección de mentiras repetidas por siete años” sobre el tema.

Remató su intervención diciendo que, aparte de Costa Rica, el único país de todo el continente americano que prohíbe la pesca de arrastre es la “República Bolivariana de Venezuela”.

“En Costa Rica se vende la falsa idea de que no se puede hacer una pesca sostenible. ¿Por qué Costa Rica no va a poder hacerlo, si otros países ya lo hacen?”, enfatizó.

También reclamó, a modo de reto, que ningún diputado que promueve la prohibición de la técnica de arrastre, se atrevería a presentar una ley para cerrar la actividad ganadera, que según él, “genera más emisiones de efecto invernadero que todos los vehículos del mundo”.

Karine Niño: ‘A mí nadie me amenaza’

Karine Niño, subjefa liberacionista y quien pide al presidente Carlos Alvarado vetar el proyecto de pesca de arrastre, tomó la palabra después de Benavides.

Sin mencionar el nombre del expresidente legislativo, dijo que “uno no se puede enojar cuando la opinión pública no le favorece”.

“Hay que respetar a los que pensamos diferente. El proyecto ya pasó de la Asamblea, por mayoría de votos, y lo que queda es que el presidente determine si cumple su palabra o no”, indicó.

Sobre el anuncio de Benavides de que compartiría las firmas originales, Niño alegó que los diputados no se pueden enojar “ni tampoco se pueden hacer amenazas de manera indirecta”.

“Probablemente, muchos o todos los que votamos en contra firmamos el proyecto; no es de recibo, porque cuántos proyectos hemos firmado, pero eso no es un cheque en blanco”, dijo Niño.

Adujo que muchos liberacionistas probablemente firmaron el texto por apoyo a Benavides, pero comentó que nadie se puede enojar o atacar a los que piensan diferente.

La firma no es un compromiso, enfatizó, y apuntó que el país se vende como un líder en conservación, por lo que no se puede argumentar que, si la mayoría de países usan la técnica destructiva, Costa Rica deba hacerlo también.

“Ya hemos eliminado prácticas usadas mundialmente, como la cacería”, dijo.

Incluso, Niño hizo un llamado a que se extendiera la práctica de cultivo de camarón y que se aumente la participación de las comunidades costeras. “Si vamos a regular, regulemos bien”, agregó.

Carlos Ricardo Benavides le respondió y dijo lamentar que “decir la verdad” hiciera a algunos compañeros suyos sentirse amenazados.

Alegó que él no pidió las firmas para el proyecto, sino que fue coordinado por el restauracionista Melvin Núñez.

La pesca de arrastre fue declarada inconstitucional por la Sala IV en el 2013, pero los magistrados dejaron la puerta abierta para reactivarla si nuevas técnicas demostraban que se podía ejercer de forma sostenible.