Daniel Ortega desiste de colocar nueva embajadora en Costa Rica ante silencio de Cancillería

Managua había solicitado que San José le aceptara a Gilda Bolt González como su nueva representante en el país, pero la Cancillería, en todo ese tiempo, no le respondió

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El gobierno de Daniel Ortega retiró la solicitud de beneplácito que había presentado ante la Cancillería para colocar una nueva embajadora en Costa Rica, una con una larga trayectoria en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

El gobierno de Nicaragua había solicitado a Costa Rica el beneplácito para Gilda Bolt González desde el 22 de abril pero, al cabo de dos meses, la Casa Amarilla no le respondió.

Ante el silencio de las autoridades costarricenses, la gestión fue cancelada por medio de una nota firmada por el canciller nicaragüense Denis Moncada, quien pide a Costa Rica dejar sin efecto el trámite por “motivos de salud”.

La nota tiene fecha del 5 de junio. No obstante, la Casa Amarilla informó de que la cancelación ocurrió el lunes 10 de junio.

En la comunicación, Moncada indica que “próximamente” hará llegar una solicitud de beneplácito para un nuevo embajador o embajadora.

La idea de Ortega era nombrar a Bolt, quien fue embajadora de Nicaragua en El Salvador hasta mayo del 2019, como su representante diplomática en Costa Rica en sustitución de Duilio Hernández, quien aún sigue en el cargo.

La Nación le consultó por teléfono a Bolt si, además de los “motivos de salud”, hubo otro argumento para retirar la solicitud de su nombramiento.

Ella, escuetamente, pidió consultar a la cancillería de Nicaragua o al embajador Hernández. También, dijo desconocer si los casi dos meses de silencio diplomático, de parte de Costa Rica sobre su caso, influyeron en el retiro de la gestión sobre su nombramiento.

“Desconozco esa información”, respondió. “La propuesta era esa”, añadió Bolt, al referirse a su designación inicial como embajadora en el país.

“Cualquier cosa hay que preguntarle al embajador Duilio Hernández, no soy la persona competente para responder lo que estás preguntando”, reiteró antes de cortar la llamada.

Por su parte, el embajador Hernández no respondió las llamadas a su celular.

El diplomático en retiro, Rodrigo Carreras, considera que el silencio de Costa Rica bien pudo influir en la decisión de Ortega de cancelar la solicitud de beneplácito, porque en diplomacia “nunca se dice que no”, simplemente no se contesta o se cambia de tema.

“Una solicitud de beneplácito si no tiene respuesta en un mes, las cancillerías conocedoras, como la de Nicaragua, saben que no se otorgará y solicitan (uno nuevo) para otro diplomático”, comentó Carreras, quien durante su servicio exterior fungió como vicecanciller y como embajador en países como Nicaragua, Israel y Cuba.

“Tampoco se estila dar motivo por el que no se otorgase un plácet (aprobación)”, añadió Carreras.

Carreras no ve error en que el gobierno de Ortega haya pedido el beneplácito de un nuevo embajador, sin haber retirado a Hernández.

“Es la forma correcta. La solicitud de plácet es independiente del retiro del embajador. Este se retira cuando su sucesor presenta sus propias cartas credenciales".

“Presentando la solicitud de beneplácito aún con el embajador en funciones, se da continuidad a los asuntos en trámite que nunca se detienen y menos entre países fronterizos”, explicó Carreras.

Militante sandinista de trayectoria

Según el medio digital nicaragüense El Confidencial, Bolt González posee trayectoria en las filas del sandinismo, de acuerdo a su hoja de vida.

Entre 1982 y 1992, fue “funcionaria del departamento de relaciones internacionales del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)”.

En 2007, cuando Ortega volvió al poder, “asumió como jefa del Gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Nicaragua”. Después, fue enviada como embajadora a El Salvador.

Bolt también tenía rango de vicecanciller y su retiro de El Salvador coincide con la asunción al poder de Nayib Bukele, quien en abril anterior acusó a Ortega de mantenerse en “el poder a la fuerza, a costa de muchos muertos y sin legitimidad democrática”.

De hecho, el día que asumió la presidencia, el 1.° de junio, Bukele no invitó a Ortega a la actividad, pero sí lo hizo con líderes opositores nicaragüenses.

También, Bukele prometió que hará posible la extradición de Mauricio Funes de Nicaragua para que afronte la justicia salvadoreña. El compromiso del nuevo mandatario es lograrlo en los primeros 100 días de su gobierno.

Funes, quien gobernó su país entre 2009 y 2014, es buscado por la justicia de su país por actos de corrupción. Él se encuentra asilado en Nicaragua desde el 2016.