Molesta e indignada. Así reaccionó la expresidenta de la República Laura Chinchilla ante denuncias por violación de derechos humanos contra costarricenses por el gobierno de Daniel Ortega, en Nicaragua.
La exmandataria se refirió a una publicación de este diario en la que se dio a conocer el trato que la Policía migratoria y la Policía Nacional de Nicaragua le dieron al costarricense Ed José Tiffer Campos, quien fue detenido durante un mes en la cárcel El Chipote, en Managua.
“El trasfondo (de este caso) es más dramático aún. Es el de un país secuestrado por un régimen corrupto y totalitario, que violenta no solo los derechos de extranjeros, sino los derechos del propio pueblo nicaragüense”, afirmó Chinchilla en su cuenta de Facebook.
Tiffer, un comerciante vecino de Alajuela, denunció que fue detenido sin motivo cuando se aprestaba a ingresar a Nicaragua para visitar a una tía que agonizaba en ese país.
Luego de 34 días de encierro, sin que mediara acusación en su contra, recluido en una celda de dos por tres metros cuadrados, semidesnudo, y en condiciones inhumanas, las autoridades de Nicaragua lo dejaron en la frontera sin explicación alguna, sostuvo Tiffer.
Chinchilla comentó no solo la noticia alrededor de Tiffer, sino que aprovechó para señalar lo que considera violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Ortega, tanto para los extranjeros como para los ciudadanos nicaragüenses.
“Un régimen que incurre en detenciones ilegales, alteración de documentos, persecución de detractores y que se apresta a organizar una vez más elecciones fraudulentas, sin la adecuada fiscalización internacional. Esta no es solo la crónica del secuestro de un tico. Es la del secuestro de toda una nación”, escribió Chinchilla, quien durante su gobierno (2010-2014) tuvo fuertes choques con Ortega.
El gobierno de Ortega mantiene El Chipote pese a las solicitudes de organismos de derechos humanos y de la Iglesia católica de ese país para que se cierre la prisión, abierta en 1934 por el dictador Anastasio Somoza García.
“Este caso resulta indignante y, al igual que el del costarricense que aún se encuentra preso en las celdas del Chipote (Daniel Gil), sin que le asistan los derechos procesales fundamentales, exige una actitud firme y contundente de las autoridades costarricenses e internacionales”, agregó.
En su testimonio a este diario, Tíffer relató que los policías nicaragüenses lo golpearon y le aislaron de cualquier contacto.
Durante los interrogatorios y golpizas de las que fue objeto, recuerda que los oficiales insistían en reclamarle por decisiones políticas del gobierno de Chinchilla, como la demanda que tiene Costa Rica contra Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, por la invasión a isla Calero en el 2010.
“A mí me gustaría hablar con doña Laura porque a ella la mencionaban a cada rato, y hablaban mal de ella. Es una persecución que nos tienen”, dijo Tiffer.
Además de Tiffer, las autoridades nicaragüenses mantienen en cautiverio en El Chipote al empresario Daniel Gil Trejos, sobre quien pesa una solicitud de extradición del Gobierno de México, por el cargo de fraude fiscal.
Pese a una orden judicial de darle casa por cárcel, Gil sigue tras las rejas en El Chipote.