Carlos Ricardo Benavides logra sólido bloque para dirigir el Congreso

Nuevo presidente legislativo consiguió aplacar disidentes del PLN, sentar a la mesa a Restauración y el PAC frente a un acuerdo potable y derrotar el intento del PUSC por desarmarle su acuerdo soñado

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El liberacionista Carlos Ricardo Benavides logró consolidar un sólido bloque de diputados para dirigir la Asamblea Legislativa, por un año, desde este 1.º de mayo.

No solo logró aplacar la disidencia interna en Liberación Nacional (PLN), sino también conseguir lo que parecía impensable: reunir en un mismo acuerdo al Partido Acción Ciudadana (PAC) y a Restauración Nacional (PRN).

El camino a la unificación del pacto que colocó en el mismo Directorio legislativo a congresistas de cinco partidos no resultó fácil y requirió maniobras de parte del verdiblanco, una buena cantidad de reuniones y negociación en sus propias tiendas.

Benavides, abogado y empresario puntarenense de 49 años, se convirtió en presidente del Congreso con 40 votos, frente a 16 de Erwen Masís, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

En las seis plazas del Directorio Legislativo, Benavides logró reunir al PLN, PAC, PRN, Integración Nacional (PIN) y Republicano Social Cristiano (PRSC).

El primer logro importante del presidente parlamentario fue aplacar la disidencia en Liberación (que tiene 17 diputados), al punto de que los tambores de guerra anunciados por Roberto Thompson, Gustavo Viales y otros, si se aliaba al PAC, dejaron de sonar.

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El acuerdo que logró para que lo ungieran candidato liberacionista al más alto cargo del Congreso ya implicaba cierta libertad para negociar con todos los partidos, lo que tácitamente lo habilitó para echarse el primer aliado en la bolsa, un incondicional PAC (10 votos).

El control que mantuvieron Benavides y Silvia Hernández sobre el acuerdo que asumió su fracción solo cedió moderadamente cuando Daniel Ulate y Franggi Nicolás se abstuvieron de apoyar al PAC en la elección de la primera secretaría.

Pese a que el primer llamado de Benavides luego de ser electo fue para que las fracciones construyan acuerdos a la vez que ejercen el control político, ambos diputados se separaron de la línea de fracción, alegando resentimientos con el PAC.

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Ulate reclamó los atrasos en la intervención de la vía San José-San Ramón, mientras que Nicolás se cobró las declaraciones que dio el expresidente Luis Guillermo Solís la semana anterior, cuando le endosó a miembros del PLN cierta responsabilidad sobre el hueco en el presupuesto 2018 para pagar deuda pública.

Aun así, al final, la rabieta de los legisladores quedó neutralizada y la votación para elegir la primera secretaría la ganó Laura Guido, del PAC, con amplia mayoría de 36 votos, frente a los 17 que obtuvo Rodolfo Peña, del PUSC.

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FUENTE: Asamblea Legislativa.    || W. S. INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Aliados impensables, agenda potable

El segundo logro importante, que requirió de un mayor esfuerzo y desgaste en las negociaciones, fue sentar a en la mesa al PAC con Restauración Nacional (ahora con siete congresistas), y lograr que ambas fracciones se pusieran de acuerdo en un pacto potable.

Eso implicó que se dejaran por fuera todas las iniciativas, ideas o propuestas que pudieran generar discordia entre Restauración y el PAC, para evitar el efecto separador.

Días de negociaciones culminaron con un manifiesto firmado por ambos partidos, pese a eventuales diferencias sensibles que podrían surgir en discusiones como los eurobonos, donde el propio PLN tiene ideas muy diferentes a las del Gobierno, o la de empleo público, que podría abrir alguna discordia entre aliados.

Para conseguir la firma de Carlos Avendaño, líder del PRN, Benavides salió apresuradamente del Congreso el martes por la noche, camino a Moravia, donde finalmente el vocero restauracionista suscribió el pacto.

Las reservas de Avendaño fueron más estratégicas, sin apresurarse, pues prefería llevar hasta la hora límite su anuncio sobre el apoyo a Benavides y su propia candidatura a segundo secretario.

Mientras Avendaño desarrollaba a discreción esa estrategia de no apresurarse, Benavides hizo lo propio, recogiendo votos entre las fracciones unipersonales que, ya sin el apoyo clave de Restauración, le iban a dar holgadamente los votos.

El liberacionista conquistó poco a poco el apoyo de Zoila Rosa Volio y Patricia Villegas, del PIN, los dos miembros del Republicano Social Cristiano y del independiente Erick Rodríguez.

Es decir, fácilmente tenía 32 votos sin haber sumado a sus filas a Restauración Nacional, que le aportaría seis votos propios y a la hija pródiga Floria Segreda, quien este 1.º de mayo abandonó al bloque fabricista y se reintegró a la bancada restauracionista.

El acuerdo tripartidario bastó para que todos los puestos del Directorio se asignaran con sólidas mayorías, todas en una única ronda de votación.

De los tres puestos propietarios, fue el de Benavides el que se definió por el mayor margen, con un total de 39 votos a favor: 33 sufragios provenientes de las fracciones que integraron el acuerdo, dos que aportó Integración Nacional (PIN), dos del Republicano Social Cristiano y dos de Erick Rodríguez y Floria Segreda, quien recién anunciaba su separación del bloque Nueva República para regresar a Restauración. El voto 40 fue uno nulo que se le sumó.

Contra el nuevo presidente legislativo compitió Erwen Masís, del Partido Unidad Social Cristiana, quien solamente llegó a los 16 votos: 9 de su propia fracción y siete de los fabricistas. José María Villalta, del Frente Amplio, obtuvo un voto, el de él mismo.

Los votos se alinearon de manera similar para las elecciones de Laura Guido, del PAC, y Carlos Avendaño, de Restauración Nacional, en las secretarías.

Guido obtuvo 15 votos verdiblancos, 10 del PAC, 7 de Restauración, dos del Republicano y uno del PIN, más un voto en blanco que se le sumó.

Mientras, Avendaño alcanzó 37 votos: 16 del PLN, 10 del PAC, 7 de Restauración, 2 del Republicano, uno del PIN y otro nulo.

La alianza partidaria también concedió dos de los puestos en suplencia a los partidos minoritarios que apoyaron sus postulaciones. Fue así como Zoila Rosa Volio, del PIN, ganó la vicepresidencia, con el apoyo de 48 de los 57 diputados; mientras que Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano, recibió 49 votos para la segunda prosecretaría.

El PLN quedó con una doble representación en el Directorio, pues también colocó a Paola Valladares en la primera prosecretaría, con 45 votos.

El fracaso de la Unidad

El tercer logro de Benavides se consolidó luego de dos horas en las que los socialcristianos intentaron taladrar los cimientos del bloque que el liberacionista había construido junto con Víctor Morales Mora, del PAC, y con Carlos Avendaño.

Una y otra vez intentó la Unidad bajar al PAC del Directorio soñado por Benavides y prácticamente tomó como un agravio que lo máximo ofrecido por el liberacionista fuera solamente un puesto suplente dentro del Directorio: la vicepresidencia.

De hecho, Pablo Abarca, diputado del PUSC, declaró ante los medios que la propuesta de la vicepresidencia no iba acorde con “lo que el partido representa en la Asamblea Legislativa, no tiene un rol estratégico, aspiraríamos a algo más”.

Esa aspiración era una secretaría, la primera, cuyas potestades tienen que ver con el manejo administrativo de puestos y nombramientos en el Congreso.

María Inés Solís, la jefa socialcristiana, y Pedro Muñoz, subjefe de la Unidad, reconocieron públicamente que su aspiración era la de consolidar un Directorio de oposición, sin una figura oficialista en él.

“No nos dieron los votos para tener esa propuesta de Directorio de oposición que estábamos dando. Lo que la mayoría de diputados escogió fue eso”, explicó Solís.

Luego de fracasar en su intento por colocar a Rodolfo Peña en la primera secretaría, los rojiazules ni siquiera se desgastaron en presentar candidatos propios a los puestos restantes, aunque sí apoyaron con sus votos aspirantes a la segunda prosecretaría y a las dos prosecretarías.