El mandatario Carlos Alvarado asegura que el presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Román Macaya, no se va porque goza de su confianza.
Macaya ha sido blanco de señalamientos por haber firmado acuerdos con los sindicatos de la CCSS para mantener intacto el pago de los pluses que reciben los 57.000 empleados de la institución.
Por ejemplo, el pasado jueves, la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) en la Asamblea Legislativa exhortó a Alvarado a pedirle la renuncia al jerarca de la Caja.
Sin embargo, para dejar claro que no habrá cambios en el cargo, el gobernante aseveró que será Macaya quien afrontará una eventual huelga convocada por los gremios del sector salud.
Los sindicatos amenazaron con realizar una nueva protesta luego de que la Contraloría General de la República ordenara a la institución pagar pluses salariales de acuerdo con lo establecido por la reforma fiscal e ignorar los acuerdos suscritos con los gremios.
“Mientras yo no haga ningún anuncio de ningún tipo estamos bajo el entendido de que las personas que están ahí gozan de mi absoluta confianza. Cuando no la tengan o cuando cambien las circunstancias, yo lo anunciaré como lo he hecho en otros casos. Ese no es el caso ahora”, respondió el mandatario ante una consulta sobre el futuro de Macaya.
Ante la posibilidad de una nueva huelga en la Caja, Alvarado añadió: “Lo que compete y corresponde es garantizar el derecho a la salud de las personas. Don Román, una persona que he designado a la cabeza de la institución, ahí estará en la tutela de esto”.
El pasado jueves la Contraloría ordenó a la CCSS ignorar los acuerdos del 20 de febrero y del 12 de agosto firmados por Macaya, ministros de gobierno y sindicatos de la salud.
Con ese mandato la institución de la seguridad social deberá pagar en montos fijos la anualidades e incentivos salariales a sus 57.000 empleados, tal y como lo establece la reforma fiscal en su capítulo de empleo público, y no en porcentajes como lo estaba aplicando la institución para trabajadores contratados antes de que entrara en vigencia dicha legislación.
Al respecto, Alvarado reafirmó lo dicho ayer por la Caja, de que se acatará lo ordenado por el ente contralor.
Sin embargo, el mandatario defendió el acuerdo firmado el 12 de agosto, alegando que permitió terminar con ocho días de huelga y restituir los servicios de salud.
Además, indicó que la asesoría recibida en ese momento le aseguró que una salida judicial al conflicto, como lo estableció el pacto disuelto por la Contraloría, era lo indicado.
“Esa era la herramienta que teníamos para aquel momento para finalizar un movimiento. Hoy, esa herramienta no está y nosotros como gobierno, yo como presidente, no tengo elementos que negociar en la mesa con las organizaciones", dijo Alvarado durante su atención semanal a la prensa, este viernes.
En ese sentido, hizo un llamado a los sindicatos a deponer la amenaza de una nueva huelga.
“¿Cuál es el margen ahora para negociar algo y llegar a un diálogo en esta materia? Yo quiero que ahora no haya movimiento porque sería un callejón sin salida”, pidió el mandatario, sin ampliar detalles.
Aunque Alvarado insistió en que de ocurrir una nuevo movimiento de huelga en la Caja el gobierno estaría garantizando el acceso a la salud, no explicó cómo lo lograría.