Una de las hipótesis que maneja Liberación Nacional para explicar la contundente derrota que sufrió en las elecciones, es que el partido tuvo tanto éxito en mejorar la calidad de vida de la población en el pasado, cuando fue gobierno, que propició el surgimiento de minorías con intereses distintos, no representados por el PLN.
Según esa perspectiva, ahora el electorado se divide en grupos pequeños que abogan más por temas como los ambientales, el bienestar animal y los derechos de las minorías –con los cuales el partido admite estar desconectado– y menos por el papel que pueda tener el Estado en favor de las mayorías del país.
"Al parecer, el PLN ha sido víctima del propio éxito de sus políticas", es la reflexión que se desarrolla bajo el título “La crisis de representación del Partido Liberación Nacional”, en el informe que preparó la Secretaría de Planes y Programas del PLN. Esa crisis, según se señala, es la que más golpea al partido actualmente.
"El éxito que hemos tenido creando una nueva sociedad generó una serie de nuevos actores políticos, especialmente grupos de jóvenes con nuevas agendas, nuevos problemas, a los cuales no hemos logrado construir una narrativa, un discurso político. A pesar de que surgen gracias a las políticas de Liberación, la narrativa nuestra responde todavía al pasado, es un tema que tenemos que revitalizar", explicó Max Loría, secretario de Planes y Programas de Liberación.
El texto propone como punto de inicio el cambio en el modelo económico del país que impulsó Liberación en la década de los 80, el cual califica como de "amplio beneficio para las mayorías", pero a la vez creó dos bandos que se alejaron por igual del partido.
"Al final, tenemos un partido muy desconectado de los movimientos y actores sociales. No están los tradicionales como los sindicatos, los campesinos, los educadores o los empleados públicos. Pero tampoco los nuevos como los defensores del medio ambiente, los que buscan la equidad de género, los de la diversidad sexual, los animalistas u otros muchos y cada vez más diversos", dice el informe.
Apoyo se extingue en los cantones
Liberación inicia un proceso de autoexamen en el momento en que se encuentra más diezmado: el del 4 de febrero fue el peor resultado electoral del partido en toda su historia, la cual inició en 1951 y suma 17 elecciones.
Las señales de la caída en el apoyo del partido fueron evidentes en el 2002, cuando el entonces candidato Rolando Araya obtuvo un 30% de los votos y terminó perdiendo en segunda ronda frente a Abel Pacheco, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
En esa ocasión, los verdiblancos consiguieron ganar en primera vuelta en 19 cantones de los alrededores de la Gran Área Metropolitana (GAM) y Guanacaste.
En 2006, Liberación remontó con el apoyo justo para ganar en primera ronda. El 40% de los votos que amarró Óscar Arias salió, principalmente, de la periferia del país.
Laura Chinchilla se dejó la elección con un 46% de los votos y ganó en todos los cantones del país, excepto en Valverde Vega, donde la superó Otto Guevara, del Movimiento Libertario.
Cuatro años después, los números se vinieron abajo: Johnny Araya pasó a segunda ronda con un 29% de los votos y perdiendo en 30 de los 31 cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM).
En 2018, el PLN no pudo sostener, al menos, su hegemonía en las costas, donde se impuso el partido Restauración Nacional. Esta vez, Liberación ganó solo en 11 cantones y obtuvo un 18% de los votos.
Corrupción, divisiones, Corte IDH y Juan Diego Castro
La crisis de representación es una de diez posibles causas de la derrota que la Secretaría de Planes y Programas explora en su informe, el cual está dividido en motivos de carácter estructural y otros coyunturales.
En la primera categoría también se incluyó la crisis del sistema de partidos políticos y el agotamiento de la aspiración de tener un Estado que busque "la igualdad y la homogeneidad básica de todos sus habitantes", el fin del bipartidismo y la idea de la “corrupción” de la política.
El análisis también reconoce que a Liberación le afectó que ahora las campañas se muevan a ritmos distintos y con más influencia de la tecnología, así como una alta división a lo interno de su dirigencia.
Como causas coyunturales, se señalan el caso del cemento chino –injustamente, según los autores–, la candidatura de Juan Diego Castro, la opinión consultiva de la Corte IDH y el surgimiento de la discusión sobre la "ideología de género".
A esas posibles causas, Fernando Zamora, secretario general de Liberación, añade la forma "ultraterritorializada" en la que el partido se organiza y elige a sus representantes.
"Una de las propuestas que Liberación vería con buenos ojos es separar las fechas de las elecciones territoriales de las gremiales, y que la forma de elección también se separe, de tal forma que líderes territoriales no determinen de forma tan grave la elección de sectores, gremios, etcétera", dijo Zamora.
El partido recién inició una serie de reuniones que buscan definir posibles soluciones a los problemas que señala el informe. De acuerdo con Zamora, las propuestas se conocerán y votarán en asambleas plenarias que se realizarán entre agosto y setiembre.