Limón. Migrantes africanos empezaron a llegar a la ciudad de Limón en buses públicos provenientes de San José, en busca de una ruta que les permita pasar a Nicaragua para seguir su viaje hacia Estados Unidos.
Arlene Sawyers, educadora pensionada y miembro de la iglesia San Marcos, dio el primer aviso, al señalar que la semana pasada arribó un grupo de 20 migrantes. “Los dejaron ahí en el Black Star Line y no sabían qué hacer, ni dónde pasar la noche. Entonces, un grupo de vecinos nos organizamos para repartirlos en casas y darles de comer. Estoy realmente cansada de tanto trabajo”, comentó la mujer.
Este miércoles llegó otro grupo en la línea Transportes Caribeños. Eran menos de 20 personas y se comunicaban en francés. Los esperaban dos taxis, una buseta y un automóvil, que los llevaron a la Terminal Fluvial de Moín, a cargo de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
En ese puerto, unos boteros ya estaban listos para embarcar a los migrantes hacia barra del Tortuguero (unos 100 kilómetros al norte), a través de los canales que desembocan en el mar Caribe, muy cerca de la zona fronteriza con Nicaragua.
Cada uno pagó $30 (¢16.200) por el viaje de tres horas y media.
El botero Cornelius Hills afirmó que, en barra del Tortuguero, abordan otra lancha que los lleva hasta el sector de Bluefields, en Nicaragua, a través de canales y de mar abierto. Él confirmó que ya han pasado a varios grupos.
Pudieron seguir. Cuando los migrantes llegaron a la terminal de Transportes Caribeños, el mismo gerente, Manuel Azofeifa, contactó a la Fuerza Pública para que revisara el estado migratorio de los africanos.
Según dijo, un vehículo de la Policía se hizo presente y se estacionó, pero los oficiales se retiraron sin bajarse del auto. Tanto las oficinas del Ministerio de Seguridad, como las de Migración, están a 150 metros de la estación de autobuses.
Los migrantes, con teléfono celular en mano, empezaron a establecer contactos y, en pocos minutos, ya estaban en los taxis rumbo al embarcadero de Moín.
De acuerdo con Azofeifa, esta no es la primera vez que los migrantes utilizan ese servicio. “Usualmente, se bajan antes para evitar ser revisados por la Policía, pero hoy (miércoles) llegaron a la terminal sin mayor temor”.
Este grupo es parte de uno mayor, de unas 600 personas, que empezó a acumularse a inicios de abril pasado en Paso Canoas, luego de entrar desde Panamá. El Gobierno primero los retuvo, pero el 11 de mayo anunció que les daría una medida administrativa que les permite el libre tránsito por el país bajo medidas cautelares. La principal condición es presentarse a firmar cada 15 días.