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La marcha del orgullo gay se ha convertido en un símbolo de la lucha de algunos grupos contra la discriminación en el país. | FABIÁN HERNÁNDEZ (Fabian Hernandez)
En Costa Rica, quienes más sufren por discriminación son las personas sexualmente diversas y los nicaragüenses.
Los mismos habitantes del país lo reconocen así, según la Encuesta de Percepciones de Desigualdad, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Universidad de Costa Rica (UCR).
Los datos reflejan que, aunque existe una amplia gama de motivos por los que las personas son excluidas, estos dos grupos son más vulnerables.
El estudio consultó la opinión de 800 personas mayores de edad en todo el país.
Al preguntárseles cuáles son los principales motivos de discriminación, la mayoría de los entrevistados (un 68%) respondió que ser homosexual, mientras que 61% contestó que ser nicaragüense.
Otros factores mencionados por la muestra fueron: ser una persona con discapacidad (53%), ser indígena (53%), ser afrodescendiente (37%) y ser mujer (3%).

“Por lo general, las personas tienen más amplitud sobre lo que piensan del colectivo, pero no suelen asumirse como parte del grupo al que están aludiendo”, comentó el investigador social Carlos Sandoval.
“Hay frases muy significativas, por ejemplo: ‘qué playada’, o ‘no sea nica’. Hay un proceso de naturalización y deja de sorprender, porque es parte del lenguaje que se usa cotidianamente. Está tan instalado que cuesta mucho desmontarlo”, dijo .
Tal forma de violencia en ocasiones también se manifiesta en los ámbitos institucionales.
El ciudadano Andrey Barrantes, por ejemplo, sostiene que le negaron la posibilidad de donar sangre por sus inclinaciones sexuales.
“Se incluye todo lo anormal de las prácticas sexuales, como recibir pago por sexo o por drogas, si yo tengo esposa y los fines de semana voy y me pego un revolcón con otra. Es lo mismo que tener una pareja homosexual, ¿me entiende? No es discriminación, son simples factores de riesgo”, sostuvo.
Al respecto, Melissa Zapata, directora del Banco de Sangre, sostuvo que la institución no hace distinciones entre sus donadores por motivos de orientación sexual, y que tales actitudes del personal no son permitidas por la institución.
Lo bueno. Gabriela Mata, investigadora del PNUD, considera que los datos también presentan una dimensión positiva: “Todas las sociedades evolucionan, y probablemente Costa Rica se esté volviendo más inclusiva, porque al menos hay reconocimiento de que hay personas excluidas. Probablemente con el tiempo nos seamos más inclusivos.”
“Los cambios culturales suelen ser muy lentos y difíciles, pero una vez que se avanza se puede incidir en otros niveles, como el institucional”, aseveró Mata.