Niña murió asfixiada por su asesino

Falso secuestro desvió la investigación

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Los exámenes forenses practicados a la niña Katia Vanesa González Juárez apuntan hacia la asfixia como la posible causa del fallecimiento.

La escolar murió el mismo día de su desaparición –el viernes trasanterior– y, por la posición fetal del cadáver, el asesino la enterró poco después de ultimarla, confirmó ayer el director del OIJ, Jorge Rojas.

“No hay signos de un ataque sexual. Creemos que pudo haberla sofocado para evitar que lo descubrieran los vecinos. No hay fractura de tráquea”, destacó Rojas.

En contra del principal sospechoso, de apellido Sánchez, el Juzgado de Turno Extraordinario de Goicoechea dictó seis meses de prisión preventiva por homicidio.

Su compañero de casa, de apellido Delgado, recuperó ayer su libertad tras demostrar que, a la hora probable del crimen, estaba en el consultorio de un dentista.

El hallazgo de algunos cabellos, adheridos a las manos de la pequeña, es un detalle fundamental para la fiscalía.

González presentaba, además, un ligero golpe en un brazo, pero la pequeña lesión pareciera no guardar relación con el homicidio, expresaron fuentes cercanas a las pesquisas.

Falso secuestro

Las autoridades lamentaban ayer que personas inescrupulosas desviaran la atención del caso hacia un supuesto secuestro.

“Amenazaron con que la niña iba a aparecer muerta en un río si no pagaban ¢1 millón”, dijo el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Las primeras tres llamadas tuvieron lugar entre las 6:00 p. m. y las 7:00 p. m. del día de la desaparición. La última la hicieron el domingo. Provenía de la cárcel de San Ramón, Alajuela.

Ese mismo día, la investigación se encaminó hacia la versión del conejo ofrecido a Katia.

Sánchez permitió que un agente judicial entrara –ese domingo– la casa, pero el policía no notó nada extraño.

Aunque el sospechoso confirmó el ofrecimiento de la mascota, dijo que iba dirigido hacia una amiga de González.

El fiscal Carlos Arias hizo hincapié en que el hallazgo de una tabla sucia, el vuelo de una mosca sobre el montículo debajo del piso y la ayuda de una sonda ayudó a la ubicación del cadáver.

“El olor no era detectable. Es falso que la gente al principio colaborara. Por eso hasta el jueves se pudo allanar”, explicó.

El presidente Abel Pacheco, en un mensaje difundido anoche por cadena de televisión, se unió al dolor y la conmoción populares. “Para los responsables de este crimen sin nombre, nuestro repudio absoluto”, sentenció.

Revisión

Por segundo día, los investigadores judiciales visitaron la casa de los sospechosos, en barrio Quesada Durán, en el distrito josefino de Zapote.

Durante el rastreo, uno de los perros de la Policía detectó que la ropa de Katia Vanesa González Juárez al parecer estuvo en un clóset.

Los agentes se llevaron de la casa la tierra que tapó a la niña.