Un anuncio en los periódicos La Nación y La República que advierte a sus clientes sobre el cese de las relaciones profesionales.
Una denuncia penal que lo acusa por retención indebida de libros contables.
Y una demanda ante un tribunal de trabajo que le exige el pago de $16.325 (¢3,1 millones al tipo de cambio actual) denotan, sin lugar a duda, que las otrora cordiales relaciones entre el abogado Ernesto Gutiérrez Blanco y el prófugo italiano Luigi Antonio Ardino se habían deteriorado sensiblemente.
Gutiérrez Blanco, hombre de confianza de Ardino, quien le manejaba varias de sus cuentas corrientes, fue destituido por acuerdo de la empresa Vida y Sueño el 7 de marzo de este año. El 17 de julio, una semana después de comunicado su despido, el abogado demandó a la empresa y solicitó el impedimento de salida del europeo, además del embargo de las cuentas en dólares y colones de la firma.
Ventilada en el Juzgado Primero de Trabajo de San José con la numeración 784-95, esta es solo una de las cuatro causas judiciales en las que está involucrado el italiano, en las que enfrenta a miembros de la familia de Gutiérrez.
El europeo, de 60 años, fue detenido el 24 de octubre. La justicia de Italia solicitó la extradición pues le atribuye asociación ilícita con el fin de cometer varios delitos de evasión fiscal.
El arquitecto Manuel Gutiérrez Rojas --padre de Ernesto-- también demandó a la empresa Vida y Sueño por suspensión en el pago de honorarios profesionales. A su cargo estuvo la elaboración de los trabajos de planificación y diseño del proyecto hotelero que pretende construir esa empresa en Punta Islita, Nandayure, Guanacaste.
Aunque no se pudo conocer el monto de lo requerido por Gutiérrez Rojas, ni conversar con él, su hijo Ernesto dijo que la suma solicitada es millonaria y que la separación de su padre provocó la paralización del proyecto.
En un juicio ordinario civil, también el embajador alterno ante las Naciones Unidas, José Manuel Gutiérrez Gutiérrez --contacto inicial de Ardino con el país--, demandó al italiano y solicitó la nulidad de varias asambleas de la empresa, celebradas supuestamente en forma irregular. (Nota aparte).
Mientras el abogado que defiende a Ardino en el proceso de extradición, Gonzalo Castellón, dijo el jueves pasado a este diario que se trató de problemas de comunicación, que estaban prácticamente saldados, Gutiérrez Blanco afirmó el viernes que las gestiones para llegar a un acuerdo se paralizaron desde el momento de la detención de Ardino.
Lío penal
Los problemas entre los miembros de la familia Gutiérrez no se circunscribieron al ámbito civil y laboral.
Previamente a la demanda de Ernesto Gutiérrez, el 1º de junio, Ardino lo acusó penalmente ante el Juzgado Tercero de Instrucción de San José, por el delito de retención indebida.
El italiano denunció a Gutiérrez Blanco de retener los libros contables de la empresa Ateca Internacional, dueña del ciento por ciento de las acciones de Vida y Sueño, por el peligro de que pudiera usarlos indebidamente.
"A raíz de varios problemas personales, principalmente en un excesivo reclamo de honorarios, el suscrito tomó la decisión de cesar la relación profesional que lo unía al denunciado", expresó Ardino en su acusación.
La actuaria del Juzgado, Gabriela Rodríguez Morales, desestimó la denuncia el 30 de junio de este año. Consideró que aunque Gutiérrez Blanco ya no era abogado de Ardino, formalmente era el secretario de la empresa y como tal el Código de Comercio lo autorizaba a mantener los libros en su poder.
Contra Ardino
Después de varios años de trabajo conjunto, el italiano Luigi Ardino se enfrenta con varios miembros de la familia Gutiérrez, por los siguientes hechos:
José Manuel Gutiérrez (embajador alterno ante la ONU): planteó un juicio civil ordinario para anular varias asambleas de socios celebradas por el europeo.
Ernesto Gutiérrez (primo de José Manuel): demandó de Vida y Sueño el pago de $16.325 por pago de salarios y otros derechos labores. Por su lado, Ardino lo acusó, en la vía penal, por retención indebida.
Manuel Gutiérrez (papá de Ernesto): demandó civilmente a Vida y Sueño por el pago de honorarios profesionales. Se desempeñaba como el arquitecto del proyecto hotelero que se pretende construir en Punta Islita, Nandayure, Guanacaste. Se desconoce el monto de la demanda.
Pulso en Vida y Sueño
En el centro de los conflictos entre José Manuel Gutiérrez, embajador alterno ante las Naciones Unidas, y el italiano Luigi Ardino, aparece la sociedad anónima Vida y Sueño, dueña de una propiedad de 800 hectáreas en Punta Islita, Nandayure, Guanacaste. Allí se planea construir un proyecto hotelero valorado en más de ¢3.000 millones.
Ardino ha dicho que él representa a un grupo de 19 socios italianos que confiaron en su persona; Gutiérrez, sin precisar el número, afirma que representa al grupo minoritario. Registralmente, la dueña del ciento por ciento de las acciones de Vida y Sueño es la sociedad Ateca Internacional, cuya junta directiva, hasta junio de este año, la integraban Ardino, presidente; José Manuel Gutiérrez, vicepresidente; Ernesto Gutiérrez, secretario, y Loretta Lalli (esposa del italiano), tesorera.
Sin especificar las razones de las diferencias entre ambos, Gutiérrez reconoció, en un informe rendido ante el canciller de la República, Fernando Naranjo, que pocos meses después de su salida del país se produjo un conflicto generalizado entre Ardino y sus representantes.
Como parte de los enfrentamientos, tanto Ardino como Gutiérrez Gutiérrez convocaron a asambleas generales --por separado-- en las que se cambiaron miembros de la junta directiva o sus estatutos.
Una de estas asambleas, por ejemplo, fue la del 16 de enero de este año en la que José Manuel Gutiérrez, en ausencia de Ardino y actuando como presidente ad hoc, modificó los estatutos de la empresa Ateca Internacional. La justificación fue que no era conveniente que ningún representante de la empresa --en este caso el embajador o el propio Ardino-- pudiera vender la finca en Punta Islita, sin la autorización previa de los accionistas.
En otra asamblea, el 11 de julio de este año, encabezada por el italiano, un grupo de socios acordó el cambio de la junta directiva.
Según el acta, protocolizada por la notaria Martha Eugenia Cascante Alvarado, los nuevos directivos serían: presidente, Ardino; primer vicepresidente, Piero Gervasoni Brugiotti; segundo vicepresidente, Virgilio Calvo Murillo, y secretario, Mario Alfredo Madrigal Cavallini.
Tanto esta asamblea de socios como otras supuestamente celebradas por Ardino en Mónaco son cuestionadas en el juicio que sigue Hama Internacional, controlada por José Manuel Gutiérrez, contra Ateca Internacional.