La Sala I confirmó la responsabilidad del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) en el accidente que ocasionó la muerte de dos personas, en febrero de 2010, cuando un camión cisterna se incendiara tras colisionar con un furgón al paso por el puente sobre el río Lagarto.
Los magistrados determinaron que la ausencia de una señal que informara a los conductores sobre el peligro por el hueco que existía en el puente provocó la tragedia.
Según informó ese Tribunal este miércoles, los magistrados confirmaron la sentencia por mayoría, y ordenaron al Conavi cancelar el monto de la indemnización a favor de las familias que perdieron a sus miembros en ese accidente.
“Para el máximo tribunal de casación de lo contencioso administrativo, quedó en evidencia la falta de diligencia en la prestación del servicio, ante la ausencia de alguna señal que permitiera conocer, anticipar y eludir el peligro de la existencia de un hueco en la losa de un puente en una carretera nacional, cuya velocidad de circulación es mayor a la dispuesta para vías urbanas”, indicó la Sala.
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Los magistrados consideraron que "mientras el defecto (hueco en la vía) se corregía de manera definitiva, era absolutamente indispensable que el sitio contara con una adecuada y suficiente señalización del riesgo, lo cual, con un muy alto nivel de plausibilidad, hubiera evitado el lamentable accidente”, puntualizó la sentencia.
El accidente que se dio el 1.° de febrero del 2010, se produjo luego de que el chofer de un vehículo liviano frenara de repente en pleno puente al percatarse del hueco en la vía, por lo que un tráiler que venía detrás, para evadir al automotor, invadió el carril contrario y chocó de frente con el camión cisterna que transportaba combustible; lo aparatoso del accidente provocó una explosión. En el hecho murieron dos hombres que viajaban en el tráiler.
La demanda contencioso administrativa la presentaron en el 2013 familiares de los fallecidos en el accidente, ante el Tribunal Contencioso Administrativo.
Los parientes solicitaron el pago de daños y perjuicios al alegar que los hechos ocurrieron por la deplorable condición del puente sobre el río Lagarto –que divide Puntarenas y Abangares– la falta de señalización que advirtiera a los conductores sobre la existencia de un hueco sobre la losa del puente y la omisión de hacer las reparaciones oportunas y pertinentes en la infraestructura.
El Tribunal ordenó al Conavi a cubrir el 60% de los ingresos que una de las víctimas aportaba a su hogar desde que acaeció el hecho y por el resto de su vida productiva, y la suma de ¢36 millones por daño moral para la esposa y las cuatro hijas.
Además en el caso del otro fallecido también se condenó al pago del 60% de la obligación alimentaria a favor de la hija del fallecido hasta los 25 años, así como ¢10 millones por daño moral.
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El Conavi había apelado la sentencia con el fundamento de que los involucrados en el accidente fueron los responsables del mismo, por la forma de conducir.
La Sala, sin embargo, determinó que "no aprecia este órgano que exista una desproporción en la determinación de la relevancia que el hueco y la falta de señalización tienen en el curso de los acontecimientos, pues su peso es mucho mayor que la conducta del propio chofer fallecido”.
Finalmente, el recurso se declaró parcialmente con lugar y se anuló únicamente en lo que respecta a que el pago de la obligación alimentaria a favor de la hija de uno de los fallecidos se estableció hasta que ella cumpla 18 años.
Consuelo llega tarde y ‘a medias’
Para Roxana Retana, madre de Ronny Aguilar, quien falleció un día después del accidente en el Hospital San Juan de Dios, el fallo les trae al menos algo de consuelo, aunque asegura que llega tarde y “a medias”.
“A la mamá de mi nieta (pareja de su hijo en el momento de la tragedia) le truncó los estudios, pues ella tuvo que salirse de estudiar para ponerse a trabajar y a mi esposo no le reconocieron ningún daño material”, contó la mujer.
Según dijo, el tráiler en el que viajaba su hijo era de su esposo y producto del accidente sufrió pérdida total.
“Está bien que pagaran daños morales y psicológico, pero a mí eso no le reconocieron ningún daño material, el camión era de él y a él no le dieron nada, a nosotros nos tocó ayudarle a la mamá de mi nieta”, añadió.
La madre reconoció que estos ocho años de disputa legal han sido difíciles de enfrentar.
La Nación llamó cinco veces al director del Conavi, Mario Rodríguez, quien asumió el cargo en mayo, pero no contestó las llamadas. La intención era conocer su versión sobre esta resolución.