En noviembre anterior, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) anunció que los primeros trabajos para la ampliación de la vía a Limón empezarían en enero del 2018.
Incluso, Casa Presidencial convocó a una actividad para dar el banderazo inicial al proyecto, pero fue cancelada a última hora por el mal clima que afectaba aquella provincia.
Se fue el mal tiempo, terminó el mes y los trabajos no arrancaron.
El 23 de febrero, durante la recepción de las megagrúas de la nueva Terminal de Contenedores de Moín (TCM), el presidente Luis Guillermo Solís pudo otra fecha en calendario. Según él, en "tres semanas" comenzarían.
Ahora, el MOPT, por medio de su oficina de prensa, afirma que las labores de limpieza y corta de árboles sobre el derecho de vía comenzarán hasta la última semana de abril.
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Para entonces, la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC), encargada de la construcción, podrá iniciar esas tareas aunque no tenga todavía una compañía supervisora.
La existencia de supervisión dependerá de que el Consejo Nacional de Vialidad pueda dejar en firme la adjudicación que hizo para esas funciones, que costarán $29 millones. Ese monto representa el 16,7% del valor total de la nueva carretera.
La Nación consultó cuál es la empresa seleccionada, pero el MOPT aún no responde.
¿Qué ha atrasado el banderazo de salida?
Los asiáticos indicaron a este diario, el 27 de febrero, que la tala de árboles sobre el derecho de vía empezaría el 5 de marzo. Sin embargo, esa fecha llegó y los trabajos no fueron emprendidos.
Por esa razón, Kenneth Solano, ingeniero del Conavi a cargo del proyecto, envió una nota a CHEC el 5 de marzo en la que les llama la atención por las atrasos.
Entre los puntos señalados por Solano está que CHEC no tiene los diseños listos, está pendiente el inventario forestal para la margen izquierda de la carretera, falta la importación de maquinaria, no disponen los permisos para laborar en ríos y no cuentan con un regente ambiental.
Además, amenazó con imponer sanciones por la demora en la entrega de los diseños.
Luego de recibir el documento, CHEC rechazó, por medio de un correo electrónico enviado a este diario, ser responsable de las demoras y aseguró que contestarían al Conavi.
CHEC recibió la orden de inició de la fase constructiva el 20 de noviembre del 2017, el plazo de construcción son 34 meses. Antes de eso tuvo ocho meses para la conclusión de los diseños, que debían estar listos desde setiembre pasado.
La nueva vía está presupuestada en $485 millones, incluidos $20 millones para expropiaciones. El financiamiento proviene del Eximbank de China y una partida estatal.
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La obra consiste en la ampliación a cuatro carriles del tramo de 107 kilómetros entre el cruce hacia Río Frío y el centro de Limón.
El proyecto fue negociado en el gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014), pero la discusión en la Asamblea Legislativa para su aprobación, así como la búsqueda de acuerdo sobre puentes y calles marginales, así como los permisos ambientales han impedido el avance.
La construcción es urgente debido a la congestión en la vía actual, la cual soporta el tránsito de cientos de vehículos pesados que llevan y traen mercaderías de los puertos limonenses.