MOPT suspende plan de transportes que encarece construcción de carreteras

Programa fija requisitos que elevan costos que no se justificacion; Gobierno revisará metas para hacer ajustes

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El asfaltado de los 21,5 kilómetros entre Paquera y playa Naranjo, le cuesta al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) $27,5 millones, es decir poco más de $1,2 millones por cada kilómetro de carretera.

Para el Gobierno una ruta como esa debería costar la cuarta parte.

Ese tipo de sobrecostos obligó al MOPT a replantearse las condiciones que establece el Plan Nacional de Transportes 2011-2035, cuyas especificaciones, aseguró el jerarca de ese ministerio, Rodolfo Méndez, no se ajustan a la realidad nacional, por lo que tomó la decisión de suspender la aplicación de dicho plan hasta revisarlo con detalle.

El anuncio del jerarca se dio durante su presentación en el foro de infraestructura organizado por La Nación el martes anterior.

“Hemos tomado la determinación con la ministra de Planificación (Pilar Garrido), de suspender en su aplicación el Plan Nacional de Transportes hasta tanto no se revise, porque nos estaba conduciendo a la generación de obras de unos costos y la imposibilidad de realizar obras para promover el desarrollo por las características de ese plan oficializado.

“No es posible que asfaltar un camino de 200 vehículos al día, porque lo señala un plan de desarrollo, tenga una inversión de $1 millón por km, porque no se justifica, ni este país tiene las condiciones, ni es lo que requiere el país para promover su desarrollo”, dijo.

El Plan Nacional de Transportes, clasifica la red vial nacional en dos tipos de vías, según sus funciones: red vial estratégica, que se define según ese documento en las rutas por donde circula la mayor parte del tránsito nacional e internacional y la red vial complementaria, cuya función es garantizar la conexion final.

Dichas rutas son subdivididas a su vez en otros tipos como redes básicas de acceso, red de alta capacidad y conectores de integración territorial.

Las especificaciones criticadas por el ministro para estos tipos de vías, radican en que por ejemplo el plan establece que las vías que se ubiquen dentro de la red de alta capacidad deben tener velocidades de 120 kilómetros por hora, que a su vez implican una serie de obras complementarias, que terminan por elevar sus costos.

RED DE ALTA CAPACIDAD

FUENTE: PLAN NACIONAL DE TRANSPORTES.    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Uno de los casos cuyo costo se saldría de todos los presupuestos es la llamada “ruta del sol” por la que los guanacastecos han esperado años.

Se trata de más de 230 kilómetros de carretera que bordean la península de Nicoya y termina en Santa Cruz.

“Esa está considerada como una carretera de mediana capacidad y de acuerdo con los requisitos establecidos, si uno va a construir tiene que diseñar para 120 kms por hora, establece normas que son muy caras y que en realidad en la práctica no se justifican para el costo que se establece”, manifestó Méndez.

Otro de los aspectos que afecta el desarrollo de los proyectos cumpliendo con las normas citadas en el plan, tiene que ver con las expropiaciones. Pues en algunos casos como por ejemplo el corredor vial San José- San Ramón implicaría adquisiciones de terrenos muy grandes, que lo harían inviable financieramente.

La ministra de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplán), Pilar Garrido, por su parte mencionó que la suspensión del plan es temporal y solo afecta lo que se refiere a construcción y asfaltado de carreteras, es decir las propuestas relacionadas con transporte público, puertos y aeropuertos se mantienen.

“Lo que se va a hacer es analizar con expertos y a lo interno realizar un estudio técnico con nuestro apoyo, para identificar las mejoras prácticas y qué tanto sin ceder en la calidad, se pueden repensar esos estándares. El resto de la planificación se mantiene intacta”, explicó Garrido.

La jerarca dijo que es posible que si se logran reducir algunos costos, se puedan incluir en el plan nuevas obras no contempladas y gestionar algunos proyectos con mayor agilidad.

“No es desestimar el estudio, es simplemente dejar sin efecto la aplicación en tanto no se hace una revisión de esas normas para ajustarlas a la realidad nacional, no se puede partir de carreteras en lastre de bajo tránsito y creer que gastar $1 millón o más por km implica que uno va a tener un mayor desarrollo”, añadió el ministro del MOPT.

El ministro dijo que también se debe aprovechar para revisar el plan integralmente, pues en estos 10 años el avance ha sido “relativamente bajo”.

Las especificaciones del Plan Nacional de Transportes, también representaban una traba para el Consejo Nacional de Vialidad, pues establecía requisitos como estudios de factibilidad en carreteras de bajo tránsito, muchas de ellas necesarias para promover el turismo o la actividad agrícola.

El director de ese consejo, Mario Rodríguez, explicó que la norma está hecha para el futuro, pero mientras tanto se debe trabajar con los recursos existentes.

“Mejorar el pavimento para mejorar la movilidad de los vehículos y las personas sobre ese pavimento, como la norma está hecha para el futuro no permite eso, mientras tanto tenemos que ir paso a paso”, aseveró Rodríguez.

El principal objetivo, dijo el director del Conavi, debe ser que se puedan usar vehículos livianos los 12 meses del año.

Por su parte, Rodolfo Méndez agregó que mientras se analiza el plan, el Conavi podrá atender las necesidades de muchos sitios, haciendo mejor uso de los recursos.

“En muchos sitios se dan contratos para dar mantenimiento agregando material pétreo (lastre) que por decir algo vale ¢700 millones y pavimentarla posiblemente cuesta $1,3 millones (¢780 millones), pero se ha interpretado que hay una imposibilidad por las normas de poder hacer ese tipo de gestión porque requiere la aprobación del Mideplan y cuanta cosa, que está bien pero que sean normas y con estudios de factibilidad que tomen en consideración criterios de carácter social”, puntualizó.

El ministro aseveró que actualmente trabajan en tres proyectos de prueba que debieron ejecutarse a través del MOPT, ante la imposibilidad que fijaba el plan.

Se trata de 10 kilómetros de la llamada “ruta de la leche” en Guanacaste, que se adjudicó por ¢1.450 millones, es decir alrededor $250.000 por kilómetro.

“Y se va a construir una carretera pavimentada que para el tránsito que tiene es más que adecuada”, indicó.

Además, manifestó, se están haciendo estudios para licitar 10 kilómetros de la ruta 239 en Puriscal y otra en la zona de Coto Brus.