Obtener un permiso ambiental para construir un edificio, carretera, puente o camino, entre otras obras, hoy lleva menos tiempo. El Gobierno afirma haber podado parte de una espesa tramitología percibida como un cuello de botella burocrático para al desarrollo económico local.
La Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) asegura que redujo 84% la presa de solicitudes de viabilidad ambiental para obras al pasar el tapón de 621 expedientes en el 2018, a 96 a la primera mitad del año.
La entidad, percibida por años y distintos sectores como ejemplo trámites lentos y traba al desarrollo, asegura que logró agilizar el otorgamiento de autorizaciones con un cambio en sus procedimientos luego de un plan de emergencia administrativo el cual cambió ritmos de trabajo y simplificó pasos.
En los proyectos de bajo impacto ambiental, que se tramitan con el formulario D2, el cambio fue radical: basta una declaración jurada de compromisos ambientales del desarrollador, aunque eso no lo libera de tener un análisis ambiental que Setena puede exigirle a futuro.
Antes, esa solicitud de análisis ambiental se atendía sin mayor diferencia que un formulario para una obra de mediano o alto impacto ambiental (formulario D1).
Ese ausencia de distinción entre D1 y D2 consumía tanto tiempo y recursos que, a febrero del 2017, la presa de expedientes a resolver de años anteriores llegaba a 2.400, lo cual se traducía en proyectos sin fecha para iniciar obras.
El punto de inflexión vino a inicios del 2018 cuando el Gobierno ordenó un plan de emergencia. Al momento de lanzarse, Setena tenía una presa de 400 expedientes con meses acumulados de espera.
El llamado plan remedial impuso plazos y nuevas dinámicas que aceleraron la velocidad del trabajo, señaló Cinthya Barzuna Gutiérrez, secretaria general de Setena desde mayo.
Años atrás, el análisis de expedientes consistía en un repaso de requisitos burocráticos que obligaba al solicitante a buscar “una cantidad importante de vistos buenos” de otras instituciones o, de otro modo, no se otorgaba el permiso, aseguró Barzuna. Esto generaba esperas de meses o incluso años.
Ahora, en cambio, los formularios D1 de mediano y alto impacto ambiental (46% de solicitudes anuales a Setena) se revisan más exhaustivamente y se resuelven en un lapso de tres a seis meses, afirmó.
La dinámica con ellos hoy consiste en una revisión general de requisitos y compromisos de los solicitantes donde el énfasis por parte de Setena consiste en dar seguimiento y control a las medidas propuestas por los desarrolladores para mitigar el impacto de su actividad sobre el ambiente.
Todo trámite D1, adelantó Barzuna, llegará un punto en que se resolverá en un mes salvo casos especiales.
Del 2014 al 2018, Setena recibió 12.000 solicitudes de viabilidad ambiental de las cuales 88% (10.560) eran inversores privados y 12% restante (1.440) obras públicas; incluidas obras como la terminal de contenedores Moín (Limón), ampliación de la Ruta 32 a Limón, tren rápido de pasajeros, el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa y 380 centros educativos; entre otras.
“Hay una serie de pasos y protocolos internos que ahora nos permiten, con rigurosidad, resolver de forma más eficiente los formularios”, aseguró.
Como parte de la nueva lógica operativa, recordó que en agosto funcionará la llamada Bitácora Ambiental Digital. Esta consiste en una plataforma digital conjunta con el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) para control y vigilancia de actividades ligados obras y proyectos ya con permiso de Setena.
La bitácora se diseñó para alertar a la Setena cuando ingresen expedientes al CFIA, o cuando ocurran cierres técnicos de actividades, visitas aleatorias de inspección o anotaciones de los funcionarios en sus visitas de campo, entre otros.
Todo el sistema es una red de varias bases de datos conectadas entre sí que permite, desde un teclado, revisar el pasado, presente y prever el futuro de los proyectos.
Además, desde este martes, el portal tramites.setena.go.cr permite a los desarrolladores e inversores enviarle a Setena sus solicitudes D2 (54% de los pedidos) desde un teclado.
La herramienta detecta inconsistencias y errores en la presentación de requisitos antes de dar por válida la gestión. Pero, si todo está en orden, se aprueba la solicitud y se otorga el permiso en el mismo día que se presenta.
Solo ese cambio, ahorraría semanas y meses a las partes en comparación al pasado cuando esos eran los tiempos promedio de espera mientras se descubría un faltante en alguna solicitud.
‘Los trámites pendientes han disminuido’
Estos cambios habrían variado la percepción sobre el desempeño de Setena.
Hace un año, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), reclamaba que el trámite para el requisito ambiental parecía infinito. Hoy, opina distinto.
“Nos han indicado que los trámites pendientes han disminuido, lo cual puede deberse a una mejora en la eficiencia de la institución, pero creemos también a una menor demanda por razones del ciclo económico que vivimos”, señaló Gonzalo Delgado Ramírez, presidente de Uccaep.
Paola Benavides Chaves, secretaria técnica del Consejo Nacional de Concesiones, adscrito al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) percibe una gestión bastante fluida en Setena, la cual atribuye a una “actitud más productiva y colaborativa y una mejoría en la comunicación”.
“Lo que hemos gestionado nos lo han atendido en tiempo y forma y no solo a nosotros, también a terceros del sector privado ligados a la presentación de concesiones, han recibido el mismo trato. La gestión ha sido ágil y responden en tiempos razonables”, anotó.
Rándall Murillo, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción, mostró más reservas porque considera que sus asociados siguen sin percibir una mejoría evidente y Setena aún no ha divulgado cifras.
“Percibimos que prevalecen criterios subjetivos y sin sustento en la metodología de revisión, lo cual genera gran incertidumbre al proceso. Todavía queda mucho espacio para mejorar la normativa actual, para dar real agilidad a los trámites, mejor supervisión de proyectos aprobados cuando se construyen y seguridad jurídica”, anotó Murillo.
Barzuna, nombrada en mayo al frente de Setena, admite que desde entonces recibe quejas de consultores y desarrolladores. Sin embargo, afirma que ya nadie se queja por esperas de un año, ahora el reclamo es por tardanzas de un mes.
“Reclamos hay todos los días pero nos parece que hacen referencia a tiempos más cortos de espera y eso sugiere que lo estamos logrando”, concluyó.
FUENTE: SETENA. DISEÑO/LA NACIÓN.