El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) intenta llevarle el pulso al desarrollo de obras públicas, pero sin lograr un verdadero control por falta de sistematización, trazabilidad y hasta comunicación entre las instancias involucradas.
Esta es la principal conclusión de un informe de auditoría (el DFOE-IFR-IF-00009-2019 del 21 de agosto pasado) donde la Contraloría General de la República (CGR) detalla las falencias del Consejo, adscrito al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
Por ejemplo, los analistas de la CGR hallaron que el seguimiento y control de plazos, costos, avance físico y solidez financiera de varios proyectos estudiados carecen de una metodología estandarizada de control y seguimiento.
Sus conclusiones resultan de la revisión del manejo de cinco obras.
Estos proyectos fueron el mejoramiento de la ruta 606, tramo Guacimal-Santa Elena, en Monteverde, Puntarenas, el mejoramiento de la ruta 160 (tramo Cóbano-Los Mangos) también en Puntarenas, y el diseño y construcción de estructuras de drenaje mayor en la ruta 121 (San Rafael de Escazú-Ciudad Colón).
También se examinó el diseño y construcción del puente sobre el río Pedregoso (ruta nacional 243) en San Isidro de Pérez Zeledón y el diseño, ampliación y rehabilitación de la ruta 32, tramo intersección ruta nacional 4 entre el cruce a Sarapiquí y Limón.
Además, el supuesto control y seguimiento está impregnado de procedimientos aislados y desactualizados donde, por ejemplo, cada ingeniero durante la ejecución de obra es el único que define cómo se gestionará todo el proyecto.
La CGR afirma que esta práctica limita la capacidad institucional del Conavi para una comunicación transparente hacia los diferentes involucrados sobre la situación real del proyecto “impidiendo así la toma de decisiones para la generación oportuna de acciones y control de los riesgos”, precisa el documento.
Otro yerro, asegura el informe, es lo que define como una “ausencia de una cultura de documentación e implementación de lecciones aprendidas”.
Esta falencia, asegura la investigación, explica que tampoco exista transferencia de conocimientos y experiencias entre el área de planificación, unidades ejecutoras e ingenieros encargados de proyectos.
¿Por qué ocurre esto? La CGR lo explica en estos términos:
“Conavi tiene una organización funcional, agrupada por áreas de especialización que no se comunican entre sí para el éxito de los proyectos y decanta en la ausencia de elementos que debieran ser resultado de la planificación, necesarios para una adecuada ejecución, seguimiento, control y evaluación del proyecto”.
Un ejemplo de esta debilidad es que la CGR halló que en los proyectos examinados se autorizan cambios sin constar evidencia documental de una valoración del riesgo sobre el impacto integral que dichos cambios tendrían en el alcance, tiempo y costo de los trabajos.
La CGR incluso acusa una débil gestión de riesgos en los proyectos.
“En el presente estudio, se determinó que en el Conavi no existen mecanismos estandarizados y debidamente establecidos para la comparación sistemática del avance físico y del avance financiero real de cada una de las actividades y del proyecto en general con respecto a la planificación”, señala el informe.
Este agrega que en el Conavi tampoco se realizan evaluaciones periódicas del desempeño que permitan determinar de forma oportuna si es necesario algún tipo de acción preventiva y correctiva
Mario Rodríguez, director del Consejo, no avala que se generalicen situaciones que se encontraron en cinco proyectos, con toda la actividad de la institución. No obstante, reconoce que buscan la vía de acatar recomendaciones y con ese fin han sostenido encuentros con personal de la Contraloría.
“Desde la óptica de nosotros, no se puede generalizar lo que la Contraloría está diciendo, ellos enfocan cinco proyectos y en cada uno de esos proyectos hay dificultades, pero tenemos proyectos que están muy bien manejados pero evidentemente sobre esos proyectos a quien es contralor no le interesa”, dijo.
Aun así, reconoció que aunque fuera en un solo proyecto no deberían ocurrir las situaciones mencionadas en el informe.
“Hay errores conceptuales en la aplicación de procedimientos y de herramientas de programación y de control de proyectos que denotan o una ligereza en la aplicación de la herramienta o una falta de conocimiento. Tenemos lista una serie de capacitaciones para solventar ese tipo de fallas que tienen que ver con la capacidad de utilizar bien una herramienta. Lo primero que tenemos que ver es si es falta de formación y suplir esa capacitación”, agregó el funcionario.
Rodríguez aseguró que otro de los objetivos que persiguen es uniformidad para manejar todas las obras bajo los mismos estándares, para lo que cuentan con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).