La Iglesia católica exigió ayer el pago a los empleados de salarios dignos y oportunos, los cuales deberían concretarse sin importar las condiciones adversas del mercado.
El planteamiento lo hizo el sacerdote Marco Tulio Molina, vicario episcopal de la Pastoral Social, durante la homilía de la misa en honor a San José Obrero.
Molina también se manifestó a favor de la reforma legal al Sistema de Banca para el Desarrollo, del derecho a las huelgas, e hizo un llamado para fortalecer la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El presbítero Molina atacó la evasión de impuestos que abunda a raíz de una pobre fiscalización. Sería muy grave, manifestó, cobrar aún más impuestos al pueblo, por lo que la solución sería aplicar leyes más drásticas a los evasores.
La poco concurrida Eucaristía en la catedral metropolitana, en San José, fue presidida por el vicario episcopal Guido Villalta.
Molina también pidió mejorar la situación de la Caja.
Criticó la poca incidencia de las Juntas de Salud en las decisiones que afectan a la CCSS y aclaró que la Iglesia no se opone a la participación privada en salud, mas le inquieta que ese desarrollo nazca del deterioro de la seguridad social.
Ayer, las bancas del frente de la catedral fueron ocupadas por el actual jerarca de Trabajo, Olman Segura y el ministro designado Víctor Morales. A su lado estuvo la alcaldesa de San José, Sandra García.
“Me da pena saber que existen pensiones tan bajas y salarios con enormes diferencias entre instituciones. Aclaro que sí intenté hablar con los sindicatos”, dijo Segura.
Segura y Morales coincidieron en la urgencia de una reforma salarial y de elaborar una política nacional de empleo. Insistieron en el diálogo firme con los sectores para acordar salarios más equitativos.
“En pocas semanas presentaré los lineamientos de una política de empleo”, dijo el futuro ministro Morales y se comprometió a resolver, desde el primer día de su gestión, la crisis por el pago de salarios a los docentes.