El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) activó un sistema especial de seguridad para resguardar al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de nuevos apagones en caso de que ocurriera otra sobrecarga de energía procedente de Panamá, como la registrada el 1.° de julio, cuando se quedaron sin fluido ese país, Nicaragua y Costa Rica.
Así lo confirmaron tanto el regulador general de los Servicios Públicos, Roberto Jiménez, como el propio ICE, según consta en un informe técnico preliminar sobre la interrupción ocurrida al inicio de este mes.
Estas protecciones especiales afectan las tres líneas de interconexión de Costa Rica con Panamá y se activarán cuando el flujo de potencia supere los 100 megavatios (MW) y provenga de la subestación de interconexión de Panamá o bien, cuando la frecuencia de transmisión desde ese país supera los 61 hercios (Hz). En redes de distribución, una frecuencia óptima para transmitir corriente alterna es 60 Hz.
Si alguna de estas condiciones ocurre, las protecciones desconectarán al sistema costarricense del enlace con Panamá y también del sistema regional. Esto evitará que una sobrecarga desde Panamá impacte la red costarricense y se propague hacia Centroamérica.
"El efecto buscado es que Costa Rica quede como una especie de isla entre Panamá y el resto de la línea eléctrica que enlaza a Centroamérica. Esta medida ya la aprobó el Ente Operador Regional (EOR) el pasado lunes a solicitud del ICE", confirmó el regulador Jiménez.
Según explica el informe preliminar del ICE, la medida de protección especial es de carácter extraordinario y temporal mientras el EOR define otro criterio de protección para el SEN y para el Sistema Eléctrico Regional (SER).
El ICE argumentó que su decisión se basa en las limitaciones actuales que padece la red de transmisión de Panamá; específicamente la conexión entre la zona noroeste de generación hidroeléctrica y el sector central o del Canal, donde se localiza la mayor parte de la demanda de Panamá.
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"Esta zona tiene actualmente una generación hidroeléctrica de alrededor de 1.110 MW y se encuentra en expansión", anotó el Instituto, en referencia a los esfuerzos panameños por ampliar sus líneas de transmisión de energía para llevarlas desde la zona donde se produce hasta el área donde se consume.
De acuerdo con los informes del Ente Operador Regional (EOR), el evento del 1.° de julio provocó pérdidas de generación y desbalance en los seis sistemas eléctricos de Centroamérica, lo cual activó un protocolo regional de seguridad llamado Esquema de Desconexión Automática de Carga por Baja Frecuencia (EDACBF).
Al final del incidente, el SER quedó separado en cuatro islas eléctricas: la primera entre Guatemala-El Salvador-Honduras; la segunda Nicaragua; la tercera Costa Rica y la última Panamá.
El hecho provocó una pérdida de la demanda total de energía en el enlace eléctrico regional del 57,4%. El colapso fue total en Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Honduras perdió el 17% de su demanda total, El Salvador perdió el 20% y Guatemala el 25%.
Riesgo es latente. La línea de 1.820 km de transmisión eléctrica, que une a estos seis países de Centroamérica, aún se encuentra en un estado de vulnerabilidad que podría ocasionar más apagones.
En los últimos seis meses, el EOR reportó caídas temporales de energía, sobrecargas en las líneas de transmisión y hasta la explosión de transformadores en la línea que enlaza el Mercado Eléctrico Regional (MER), el cual permite la venta o compra de excedentes de electricidad entre los países del área.
René González Castellón, director ejecutivo del EOR, organismo centroamericano responsable de esa red de $505 millones, confirmó desde San Salvador que, producto del rezago de inversiones, el sistema podría volver a desconectarse si se presenta una sobrecarga de energía.
Aunado a estos eventos, el apagón que afectó a Costa Rica sobrevino por un fallo en la línea de Panamá, la cual estaba en mantenimiento al momento del accidente y expuesta a intensas lluvias con descargas eléctricas.
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Luis Pacheco, gerente de Electricidad del ICE, había confirmado también el rezago en inversiones.
A raíz de apagones y racionamientos en Panamá en los últimos años, ese país empezó a impulsar un agresivo plan de expansión, con plantas hidroeléctricas en Chiriquí y Bocas del Toro, cerca de la frontera sur costarricense, agregó.
Sin embargo, las autoridades panameñas no desarrollaron en paralelo la infraestructura de transmisión requerida, por lo que esta zona de alta densidad de generación quedó "débilmente conectada con la carga principal de Panamá, en la zona del Canal".
"Esto le genera vulnerabilidad al sistema eléctrico panameño y ante fallas que ocasionen disparos de carga en la zona central, un riesgo para el resto del sistema interconectado, pues la sobregeneración permanece conectada con los sistemas al norte del Mercado Eléctrico Regional. La situación debería mitigarse con la tercera línea al noroeste de Panamá", precisó Pacheco.