La oficina local del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) recomendó aplicar una reforma tributaria que aumente la recaudación, permita mejorar la calidad y cobertura de servicios sociales y reparta de manera más equitativa la carga del pago de impuestos.
A tono con el debate político nacional sobre posibles reformas a las leyes de cobro de impuestos y de gasto del dinero estatal, el informe presentado ayer por el PNUD incluyó su recomendación para así permitir que la inversión social del país tenga un impacto más grande en el bienestar de la mayor parte de la población.
El reporte sugiere cambios legales que permitan al Estado disponer de más dinero, pues “hay un déficit fiscal importante que pone en riesgo la continuidad y fortalecimiento de la política social”, se lee en el documento.
Sin embargo, el dilema no se limita a fondos disponibles para gasto social, sino también a la procedencia de ese dinero, pues se señala que el sistema tributario es “regresivo”; es decir, que no exige que la gente de más ingresos pague impuestos de acuerdo con su capacidad financiera.
Costa Rica presenta una carga tributaria del 21,6% del producto interno bruto (PIB) si se incluyen como impuestos las cargas sociales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Esto nos acerca al promedio de América Latina, que es de 22,6%. Pero, si se quita el pago del seguro social obligatorio, queda en 13,5%.
El problema es que la mayor parte de lo que recauda el Estado lo hace mediante impuestos indirectos, los cuales se cobran por igual sin importar si el contribuyente es rico o pobre. Es el caso del impuesto de ventas.
Esto pudo incidir en la imposibilidad de reducir la brecha social en los últimos años, dice PNUD.
El tema ha estado presente en la campaña electoral que acabará con la elección presidencial del domingo 6 de abril.
Aunque la representante del PNUD en Costa Rica, Yoriko Kasukawa, señaló que es casualidad que el tema del informe coincidiera con la campaña, resaltó que sí es necesario un acuerdo nacional que permita avanzar en una reforma tributaria, algo que no se ha podido lograr en los últimos años, en parte por la oposición de sectores influyentes.