La controversia lo persigue como su segunda sombra desde la 1 a.m. del 12 de octubre de 1995.
Ese día, al amparo de la oscuridad de la madrugada, aterrizó en el aeropuerto Juan Santamaría la aeronave privada que le permitió a Alberto Dahik Garzozi, exvicepresidente de Ecuador, mantener su libertad.
Dahik Garzozi, economista de 42 años, huyó a territorio tico horas antes de que entrara en vigencia una orden de prisión dictada en su contra por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Solórzano.
La directriz fue emitida en momentos en que el exfuncionario afronta un proceso penal por la supuesta malversación millonaria de fondos públicos girados a su despacho como gastos reservadados (confidenciales).
Este escándalo estalló en Ecuador cuando dos diputados socialcristianos dijeron tener "pruebas certificadas" de que Dahik manejó cuentas corrientes con saldos superiores a los $77 millones (unos ¢15.400 millones).
Al llegar a Costa Rica, el exvicepresidente portaba una visa diplomática concedida, en cuestión de horas, por la Embajada de Costa Rica en Quito y un grueso expediente que pretendía usar para solicitar asilo político.
Dahik Garzozi negó una y otra vez las anomalías que se le atribuyeron y sostuvo que era un perseguido político.
En estas gestiones contó con el respaldo personal del presidente ecuatoriano Sixto Durán-Ballén y el consejo de Germán Serrano, exvicepresidente de Costa Rica, quien asumió su representación legal ante la Cancillería tica.
Tras cinco meses de espera, su solicitud de asilo fue aceptada el viernes 29 de marzo.
La prensa nacional y extranjera, sin embargo, no fue notificada hasta el domingo 31 a través de un fax que envió la Cancillería, a las 6 p.m. Al día siguiente entró a regir el asueto de Semana Santa en el sector público.
Desde entonces la administración Figueres Olsen se ha mantenido hermética en torno al caso. Reiteró que la resolución se tomó con base en un estudio detallado de documentos, pruebas y testimonios aportados por las partes.
El comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores precisa que, según convenciones internacionales, el Estado "no está obligado a expresar por qué otorga o deniega el asilo, ya que constituye un acto de Gobierno."
Dahik todavía es presidente del Partido Conservador de su país. Hasta antes del escándalo se le consideraba como el "hombre fuerte" del mandatario Durán-Ballén y arquitecto de la reforma económica de Ecuador.
Años antes militó en las filas del opositor partido socialcristiano e, incluso, fue ministro de Hacienda del exmandatario León Febres Cordero, a quien califica hoy como uno de sus principales detractores.