Siete municipalidades abandonaron la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL) en 15 días.
El ayuntamiento de Cartago fue el primero en dar ese paso. Su alcalde, Mario Redondo, argumentó la necesidad de recortar el gasto de su municipio.
Pero también hizo un reclamo político contra la organización, al señalar que era controlada por un solo partido político.
Eso ocurrió pocos días después de que la Junta Directiva de la UNGL eligiera al alcalde josefino, Johnny Araya, perteneciente a las filas del Partido Liberación Nacional (PLN).
Karen Porras, directora ejecutiva de la Unión por más de 10 años, habló con La Nación sobre esos hechos.
La entrevista se efectuó antes de que las salidas de los ayuntamientos de San Pablo, Liberia y Coto Brus.
— Al salirse de la UNGL, el alcalde de Cartago argumenta, entre otras razones, que esta organización ‘es un club de alcaldes de un solo partido’. ¿Considera que la elección de Araya pudo incidir en las salidas de esas municipalidades?
— Definitivamente no podemos obviar que nosotros nos movemos en un entorno político con tendencias, alianzas y no solo eso, sino que genera detractores. Pero más allá de eso, quiero decir que la dinámica de las desafiliaciones ha sido constante con el paso de los años en esta institución y, sobre todo, entre agosto y setiembre, cuando los concejos municipales plantean presupuesto ante la Contraloría.
“Otro tema importante y que tenemos muy presente, es que nunca antes estuvimos expuestos a las exigencias y cambios de una pandemia. El contexto general de este año es complejo y desde nuestra institución lo entendemos completamente”.
— ¿Golpea la salida de estos municipios el funcionamiento de la UNGL?
— El funcionamiento de nuestra institución no se ve afectado. Llas salidas representan una disminución de ¢73 millones anuales (solo los aportes de Cartago, Paraíso, Quepos y Moravia), y desde inicio de año hemos tomado una serie de acciones en un plan de contingencia ante la covid-19, que disminuye el presupuesto destinado a pago de salarios institucionales hasta en un 55%.
“Más que el tema presupuestario, nos duele la separación del régimen municipal en momentos en los que es de suma importancia permanecer unidos. Me parece que todos debemos entender eso, el municipalismo nacional se ha fortalecido con la Unión y esta unión ha sido siempre promovida por la UNGL”.
— ¿Hubo un efecto dominó a partir de la salida del primer gobierno local?
— No considero que sea un efecto dominó y tampoco me parece apropiado indicarlo así. Las municipalidades que se mantienen con nosotros merecen el respeto absoluto y nuestro compromiso sigue con trabajo constante, en algún momento, municipalidades se han desafiliado y vuelto a afiliar con el tiempo, porque realmente la asesoría de la UNGL no se compara con la de ninguna otra institución.
— ¿Cuál fue el proceso que se siguió para la elección?
— Nosotros le consultamos a la Procuraduría si se podía extender el nombramiento de la Junta Directiva de la UNGL, pero nos indicó que no. Posteriormente, hicimos otra consulta para hacer una asamblea virtual y nos dicen que sí. En medio de la consulta se publica otra ley donde se anuncia que podríamos prorrogar la Junta Directiva, pero la mayoría de los alcaldes de nuestra Junta Directiva ya no eran autoridades locales, así que decidimos proceder con el criterio que nos dejaba realizarla de forma virtual.
“Hicimos una serie de sesiones de trabajo provincial presenciales y cada provincia definió a sus delegados. En la Asamblea Virtual se presentaron los candidatos para formular la nueva Junta Directiva y posteriormente, en la primera sesión, se definió la Presidencia y Vicepresidencia.
“El candidato por la Presidencia fue Johnny Araya y hubo acuerdo unánime, al igual que con la vicepresidencia, que la ocupa doña Lissette Fernández”.
— ¿Es muy caro para los municipios formar parte de la UNGL?
— Actualmente, la cuota de afiliación se encuentra en 0,25% del presupuesto ordinario municipal en el que no se incluyen las transferencias del gobierno. Está así establecido para que las municipalidades paguen de acuerdo a su capacidad financiera.
“De igual forma, le comento que revisamos opciones de pago en la cuota de cara al 2021 porque tenemos muy presente la situación financiera generada por la crisis”.
Nota: Este martes, la Junta Directiva acordó reducir aporte a 0,15%, condonar deudas de municipalidades y realizar una auditoría externa.
“Nuestro trabajo definitivamente se complementa con el IFAM, que es sin duda un ente de suma importancia en temas como el financiero para el Régimen Municipal, pero en definitiva no somos lo mismo.
“El IFAM es una institución estatal, nosotros nos regimos por la agenda y necesidades de las municipalidades, luchamos con ellas para la aprobación de leyes que nosotros mismos hacemos y las acompañamos asesorándolas para el cumplimiento de sus metas en cada una de las áreas que deben implementar.
“Por ejemplo, nosotros brindamos servicios en el área administrativa como creación de manuales de puestos, manuales de competencias municipales, diagnóstico de clima organizacional, diagnósticos de cargas salariales, análisis financieros, estudios de viabilidad y factibilidad, recalificación de tasas, planificación estratégica, asistencia legal, asistencia en tecnologías de información, ingeniería industrial, entre otros.
“Además del tema social, está el ambiental con programas como el de Bandera Azul, capacitaciones sobre ODS (objetivos de desarrollo sostenible), el impulso de programas y capacitaciones sobre manejo de residuos, etc. Asesoría financiera, en comunicación, alianzas estratégicas internacionales e incidencia política, con la redacción e impulso de proyectos de ley que benefician por igual al sector municipal costarricense.
“Somos un enlace directo con el Poder Ejecutivo y Legislativo, nuestros servicios son múltiples. En realidad, la cuota de afiliación es representativa con respecto a lo que estos servicios pueden costar en el mercado.
“La mayoría de municipalidades, así como los concejos municipales de distrito, rondan una cuota mensual de entre ¢1 millón a ¢600.000 colones. Claramente, las municipalidades con mayor presupuesto pagan más, pero no son la mayoría”.