Las familias costarricenses respiraron un poco más de normalidad este Día de la Madre, si se compara con la celebración del 2020.
Con menos restricciones sanitarias, la circulación por el centro de San José era la habitual de días prepandémicos y, con algunas excepciones, una cantidad importante de ciudadanos mantuvo la mascarilla, aunque con menos distanciamiento físico.
Para este domingo 15 de agosto, solo podían circular los vehículos con placa finalizada en número impar, mientras que los comercios tenían permitido abrir hasta las 10 p. m.
En el medio de la Avenida Central, una gran cantidad de comercios no levantó las cortinas de metal, aunque los vendedores informales cambiaron la venta de mascarilla habitual de este último año por los ramitos de flores ‘a mil’ (colones) para manejar las ventas.
Hace un año, los comercios solo tenían permitido abrir hasta las 5 p. m. en los cantones con más casos de covid 19; la restricción vehicular también fue más severa con posibilidad de hasta circular dos veces por semana, solamente.
Para este Día de la Madre, la Catedral de San José ofreció una misa, siempre en cumplimiento con los protocolos sanitarios, pero al menos se permitió el ingreso de fieles.
En los cementerios, los familiares que pretendían visitar a sus madres difuntas tuvieron que cumplir con el protocolo sanitario, aunque sí permitieron el ingreso.
Solo en el caso del Cementerio Obrero en San José no fue posible ingresar al llevarse a cabo dos funerales simultáneos, lo que causó molestia entre quienes esperaron visitar las bóvedas de sus familiares.
La lluvia de la tarde tampoco impidió la circulación por la zona comercial de San José.
Según estimaciones de la Cámara de Comercio de Costa Rica, las ventas para este 2021, atribuidas a la celebración del Día de la Madre, alcanzarían los ¢35.000 millones, lo que se acerca un poco a los ¢38.000 millones del 2019, antes de la pandemia.