El rector de la Universidad Nacional (UNA), Alberto Salom, dice sentirse “feliz” de que este centro de estudios haya aumentado su matrícula en un 41% (de 13.039 alumnos a 18.390) en la última década.
Sin embargo, afirma que como rector no está dispuesto a aumentar la matrícula más, porque eso hace presión en materias que están saturadas, como Física, Química, Matemáticas o Inglés. Además, afirma que ya en la UNA llegaron al “tope” en matrícula.
“Esa realidad puede cambiar en el transcurso del tiempo si logramos hacer entender a la comunidad universitaria que no podemos trabajar con tantos pluses. No quiero que los profesores se me vayan de la Universidad. No pareciera que a corto plazo vayamos a lograr más presupuesto. Hasta que se tenga alguna holgura, se podría pensar en utilizar más plata para matrícula, pero tengo que pensarlo, no puedo meter más edificios en el campus Omar Dengo; no puedo ni uno más”, indicó Salom.
Según los datos del Consejo Nacional de Rectores (Conare), del 2007 al 2017, la matrícula subió en un 21% en la Universidad de Costa Rica (UCR); 26% en la Universidad Estatal a Distancia (UNED); 41% en la UNA, y 44% en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR).
El presupuesto de la UNA creció un 168% del 2007 al 2017; pasó de ¢66.225 millones a ¢177.892 millones entre esos años.
Ese presupuesto incluye el 23,4% del porcentaje que la UNA recibe del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES). En el 2017, obtuvieron ¢111.985 de ese Fondo.
Según Salom, el 82% del FEES (¢91.827 millones) se gasta en el pago de salarios y en pluses salariales, y solo el 18% se destina a inversión y recursos como equipamiento, infraestructura o becas.
“Los pluses que hay en la Universidad no los he creado yo, sino que (se han establecido) en el curso del tiempo. No estoy en contra de los pluses, sino de la manera como se están manejando. Los 20 años de cesantía no los negocié yo; no estoy de acuerdo con eso.
"El tema de los pluses se ha dado en circunstancias particulares que las universidades fueron negociando. Muchos de sus incentivos se establecieron por convención colectiva; si yo pudiera bajar eso, yo lo invierto. Podría ser en matrícula o en comprar equipo”, afirmó Salom.
Para el rector, no es válido relacionar que cuanto mayor presupuesto, mayor matrícula. Para él, una buena universidad es aquella que invierte los recursos “adecuadamente” en docencia (recurso laboral, investigación), pero también en infraestructura.
“Si sigo metiendo estudiantes, ¿cómo se llama eso? En mi concepto, se llamaría populismo y demagogia por parte del rector. Por ahora, las inversiones que hacemos y el presupuesto que recibamos lo vamos a utilizar para mejorar la calidad, no la cantidad.
"No podemos y no aceptamos que venga la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) a decirnos que tenemos que subir la matrícula para poder entrar (en ese grupo de países)”, enfatizó Salom.
El jerarca explicó que ni siquiera los nuevos edificios que se están construyendo con el préstamo del Banco Mundial son garantía de más matrícula, ya que algunos de esos inmuebles albergarán laboratorios, o se necesitan para acoger a alumnos ya matriculados.
En noviembre del 2012, el Gobierno y el Banco Mundial firmaron un contrato en el que se acordó un préstamo de $200 millones para la construcción de 54 nuevas edificaciones. Los fondos los recibieron en partes iguales cuatro de las cinco universidades públicas; cada cual decidió cómo invertir sus $50 millones.
LEA MÁS: Universidades tienen 10 meses para terminar 54 edificios con préstamo del Banco Mundial
“Cuando se termine la construcción de los edificios, estamos amarrados en conseguir oficiales para cuidarlos, darles mantenimiento, dotarlos de equipo. La renovación de esa infraestructura no significa más aulas, no en todos los casos hay aulas; hay cinco pisos de laboratorios”, dijo Salom.
En la UNED todo el FEES se va en salarios
La Universidad Estatal a Distancia (UNED) aumentó su matrícula en un 26% entre el 2007 y el 2017, de 18.567 estudiantes a 23.355.
De las cuatro universidades que forman parte del FEES, la UNED es la que porcentualmente ha tenido mayor crecimiento en su presupuesto general: un 181%. Pasó de ¢28.915 millones en el 2007 a ¢81.287 millones.
Ese monto incluye lo que reciben del FEES. En el 2017, se les destinaron ¢35.940 millones de ese fondo.
Sin embargo, para el rector de este centro de estudios, Luis Guillermo Carpio, el hecho de que no hayan aumentado el número de estudiantes matriculados en el porcentaje que lo hicieron otras universidades, “no significa que estén haciendo las cosas mal”.
“Los salarios de la UNED son bajos. Todo el FEES se nos va en salarios y logramos sobrevivir con la venta de libros, con el pago que hacen los alumnos por matrícula, (así como) unas asignaciones que nos da el Ministerio de Hacienda. Las becas de los estudiantes las sacamos de lo que pagan ellos mismos”, dijo Carpio.
Para el rector, la UNED no es solo matrícula, pues considera que la Universidad también es investigación y acción social. Con el presupuesto asignado, el funcionario explicó que han podido cambiar los equipos y la flotilla vehicular.
Sin embargo, solo han podido asignarles beca al 42% de los alumnos matriculados. Carpio considera que esta es una de las razones por las cuales no han podido aumentar su matrícula.
LEA MÁS: Presupuesto de universidades públicas crece más que su matrícula y diplomas
Además, añade, la apertura de nuevos cupos se ha visto afectada porque los graduados de secundaria son cada vez menos y porque la Universidad Técnica Nacional (UTN) está captando a los alumnos que interesan a la UNED.
“Hemos mejorado en infraestructura; antes estábamos en escuelas y colegios. Hemos logrado salir de ahí y tener nuestra propia infraestructura”, indicó Carpio.
El rector también confía en que cuando se terminen de construir los edificios, con el préstamo del Banco Mundial, el número de estudiantes va a crecer, sobre todo en la zona rural.