María Felicia Rodríguez, de 43 años y madre de seis hijos se propuso hace algún tiempo terminar el bachillerato y lo sacó por madurez. Para este 2017, decidió vivir la experiencia de realizar un examen de admisión y se inscribió en el de la Universidad Nacional (UNA).
La mañana de este martes, esta vecina de Turrúcares fue una de las homenajeadas por haber obtenido 900 puntos de los 900 posibles en esa prueba.
Según contó, la noticia le resultó difícil de creer, tanto así que al revisar los resultados en línea actualizó la página varias veces porque pensaba que era un error. Su desconfianza llegó a tal grado que hasta fue a la sede interunivesitaria en Alajuela para preguntar en persona.
"La muchacha me decía, 'en Internet está toda la información, usted solo pone su número de cédula'. Pero yo ya había hecho eso un montón de veces", relató la mujer, quien asistió al homenaje con su esposo y sus dos chiquitas menores. Las edades de sus hijos oscilan entre los 5 y 26 años.
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¿Qué hará ahora tras obtener este resultado? Rodríguez comentó comenzará sus estudios de Ingeniería en Sistemas.
"Es una carrera que me llama mucho la atención y podría llevarla en la sede interuniversitaria en Alajuela para estar más cerca de la casa", manifestó ilusionada.
"Esto es para que todas las personas vean que sí se puede. Que no digan 'ya yo no puedo porque no tengo 18 o 20', la edad no te quita los sueños. Y este sueño lo estoy viviendo con toda mi familia que me apoya", añadió esta madre.
Junto con ella, otras ocho personas recibieron este homenaje por haber obtenido los 900 puntos. Uno de ellos es Daniel Vargas Gutiérrez, vecino de Tibás.
Vargas perdió décimo año en un colegio semiprivado, y decidió cambiar de enfoque y estudiar el bachillerato a distancia. Hoy ya sueña con cursar Relaciones Internacionales en la UNA o Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica (UCR).
"A cualquiera le pasa eso de frustrarse con el sistema educativo. En ese colegio todo era más rígido. Me pasé a un instituto en donde el asunto era más autodidacta y yo podía poner mi propio estilo de estudiar. Mi intención era mejorar mi nota de presentación y lo logré", afirmó.
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Sin embargo, poco se imaginó que su promedio iba a ser el más alto de las más de 30.000 personas que realizaron la prueba de admisión en la UNA.
"Entré al link para revisar las notas y lo que dije fue 'seguro el sistema está saturado de toda la gente que quiera entrar y por eso da error, voy a llamar". Esa llamada le confirmó que sí tenía la calificación máxima.
"Ahora me quedan unos meses para decidirme, tal vez lleve las dos carreras al mismo tiempo, pero poco a poco", señaló.
Educación nocturna de alto impacto
Alejandro Alvarado González, vecino de Ciudad Colón, y Jerry Luis Rivera Valverde, de Sarchí Sur, Alajuela, también obtuvieron la nota máxima de esta prueba. Pero ellos, además tienen otra cosa en común: los dos terminaron la secundaria en un colegio nocturno.
Con la calificación obtenida, Alvarado se inclina ahora por estudiar Ingeniería en Sistemas, pero después le gustaría cursar enseñanza de la música.
"Desde pequeño me han gustado las computadoras. Hace poco estuve en el INA (Instituto Nacional de Aprendizaje) y ahí saqué un curso de programación y eso me encantó, pero también me gusta la parte de la enseñanza y la música", indicó el muchacho.
El prefirió estudiar en un colegio nocturno: "es más cómodo el ambiente. La gente es más responsable. En un colegio diurno hay mucha bulla y eso desconcentra", explicó.
A diferencia de los otros galardonados, Alvarado no había entrado a la página de Internet para ver su nota, él se enteró de sus 900 puntos cuando lo llamaron de la Universidad para invitarlo al homenaje. "Fue una sorpresa grandísima, sabía que me había ido bien, pero no me imaginé qué tanto", enfatizó.
Rivera también asegura que un colegio nocturno le hizo ser más responsable y estudiar mejor.
"En el colegio diurno yo perdí materias, perdí motivación. Me pasé a un colegio técnico y no me gustó, el nocturno sí y ahí me terminé graduando", comentó el joven, quien también aspira a convertirse en un ingeniero de sistemas.
"Pensé en Ingeniería Civil, Arquitectura, Economía... pero al final la informática me terminó gustando más", añadió.
Conciencia social
Ayudar a otras personas y mejorar la sociedad es el impulso de otros de los muchachos que obtuvieron la máxima calificación en esta prueba.
Evan Leandro Paniagua Quesada, vecino de Piedades de Santa Ana, pasó por un colegio técnico y uno científico antes de ver que lo suyo era más el lado social y no las ciencias o la tecnología.
"Decidí estudiar Economía. Hay personas que me dicen que esa no es una ciencia social, pero sí hay impacto social. De hecho, soy el único de mis amigos que se va por esta carrera... pero la Economía integra al ser humano, es algo social, la parte matemática es solo el lenguaje que usa, pero el impacto es en las personas", aseguró el muchacho.
Alexánder Jesús Araya Bonilla, vecino de San Pedro de Barva de Heredia, es otro joven que busca ayudar, ya sea a través de la Medicina o de la Veterinaria.
"Mucha gente me dice que Medicina y Veterinaria son muy diferentes, pero en los dos casos se trata de salvar vidas. Voy a ver en qué carrera puedo colaborar más", manifestó.
Medicina también es una de las carreras que estudiará Natyelí Murillo Brenes. Esta vecina del Barrio San José de Alajuela combinará sus estudios para ser doctora en la UCR con la carrera de Administración de Empresas en la UNA.
"Una tía que es doctora me había hablado de la carrera de Administración Hospitalaria, pero esa solo la dan en universidades privadas que son muy caras. Entonces se me ocurrió estudiar Administración. Sacar las dos carreras me permitirá, en un futuro, tener mi propio centro médico", comentó Murillo.
Impacto más allá de Costa Rica
Julien André Brandt Jobin es hijo de costarricense y un suiza soñaba estudiar Comercio y Negocios en la UNA. Estaba tan seguro de su decisión que ni siquiera realizó pruebas de admisión en otras universidades.
"Yo practico rugby y la cultura del deporte nos dice que a la sociedad hay que devolverle lo que nos da. Y eso trasciende al país donde uno vive. Con el comercio y negocios voy a poder hacerlo, tener empresas que puedan mejorar la calidad de vida de la gente", aseguró el joven quien sacó su bachillerato a distancia.
El muchacho explicó que nunca se esperó esta calificación: "yo entraba a la página y veía '900 puntos' y no sabía qué significaba eso. Llamé a una amiga y me dijo 'es su nota' Entonces llamé a otro y me preguntó '¿cuánto es que tiene?', al rato me telefoneó y me dijo: 'salga de su casa', él estaba afuera y me exclamó: 'usted es la nota más alta de todas', y me dio un abrazo... ¡Yo no podía creerlo!".
Jimena Rachel Gamboa Naranjo, de Santa Cruz de León Cortés, también quiere impactar más allá de la frontera costarricense, por eso está decidida a estudiar Relaciones Internacionales.
"Siempre me ha interesado lo qué pasa en el mundo, su historia, sí, pero también ver cómo pueden resolverse los conflictos actuales. Tal vez por eso mi materia favorita es estudios sociales. Tengo la opción de cursar Derecho en la UCR, pero creo que ahora podría combinar las dos carreras", relató la joven con entusiasmo.
Las lecciones del primer trimestre de la UNA comienzan el próximo 15 de enero.