Jóvenes con discapacidad logran pasantía en el Minae para empezar a labrarse un futuro laboral

Muchachos con edades entre 17 y 21 años venderán comida casera en una pulpería instalada en el comedor institucional

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Desde el martes pasado, cuatro jóvenes con discapacidad cognitiva llegaron al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), bien arreglados y puntuales, a instalar un negocio temporal.

Una pulpería con la cual, más que obtener ganancias, persiguen instruirse en una de las actividades más importantes de la vida: aprender a trabajar.

Gracias a un innovador proyecto del Departamento de Recursos Humanos y la Oficialía Mayor del Minae y el Centro de Integración San Felipe Neri (en San Lorenzo de Desamparados), los jóvenes realizarán tres meses de pasantía laboral con una pulpería situada en el comedor institucional, en el edificio del ministerio, en barrio Francisco Peralta.

El Centro Educativo San Felipe Neri pertenece a la región educativa Desamparados; circuito escolar 01. Este se especializa en atención integral a estudiantes con algún tipo de discapacidad de los cantones de La Unión, Desamparados y Aserrí. Se atienden desde bebés hasta jóvenes de 21 años.

Acompañados de una de sus profesoras y un psicóloga, Pamela Aguilar Ordóñez y Betsy Chacón Chaves, los estudiantes venderán allí comida casera incluidos almuerzos, postres, pan casero, frescos naturales y otros. El Minae les dará transporte para ir y venir con sus mercaderías y la oferta gastronómica se compartirá al personal del ministerio por correo electrónico.

El fin del proyecto es que Fernando (19 años), Kimberly (20 años), Nicole (17 años) y Yaoska (19 años) se sientan incluidos y útiles para otras personas y para ellos mismos. Que tengan roce con clientes, que aprendan a cumplir un horario y, principalmente, que sea visibles para los demás.

Ejercer algún oficio que reporte la sensación de ser útil y productivo es de las aspiraciones más importantes en la vida. Por eso trabajar es un derecho humano básico que centra el artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ese artículo dice textualmente lo siguiente:

“Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual”.

Luego de ese primer día, todos llegaron a contarles su jornada a sus padres; explicó su profesora Pamela Aguilar Ordóñez.

"Había mucha ansiedad pero, pasado el primer día, todos estaban muy emocionados y satisfechos. Incluso preguntaban que cuándo volvían. Hubo mucho apoyo de las familias porque, en dos casos, hasta se les compró ropa nueva para esa primera visita", explicó.

Para los jóvenes es la primera vez que se enfrentan a una situación laboral propia y fuera de la institución. Aguilar explicó que la pulpería es un proyecto existente desde marzo en el Centro de Integración pero, al estar afuera, cambia por completo el panorama.

“No es lo mismo esto en el Centro que en la vida real. Por ejemplo, su tiempo de almuerzo en el Minae es uno en específico y luego a trabajar de nuevo. Lo mismo el trato con adultos que, además, son clientes”, explicó.

El ingreso de sus ventas les servirá para comprarse un obsequio en Navidad para ellos y sus familiares u alguna actividad recreativa; como lo haría cualquier otro trabajador con su remuneración.

Sin embargo esta iniciativa tuvo varios tropiezos previos, entre ellos el rechazo y el silencio. Antes de ser recibidos en el Minae, varios ministerios declinaron involucrarse en el proyecto. Aguilar incluso recordó que intentaron en al menos 20 sitios, entre empresas privadas y públicas, antes de toparse con el ministerio.

“Algunos ni siquiera respondieron nuestros correos. En algunos casos, esperamos aún respuesta. Esta idea nació hace dos años y queremos mantenerla pero, por razones logísticas y de planteamiento de objetivos, hasta ahora pudimos”, aseguró.

José Rafael Marín, oficial mayor del Minae, explicó que en esa cartera están “encantados” con la idea de preparar a los estudiantes para un futuro laboral, con adiestramiento básico que les permita adquirir habilidades para luego ejercer alguna labor.

“Estamos muy contentos, satisfechos. Esto es ante todo un ejercicio de sensibilización de la población en general. Más bien ojalá más entidades del Gobierno Central se unan a este tipo de proyectos”, explicó Marín.

Costa Rica, como parte del trabajo realizado en eliminar la discriminación hacia población con alguna discapacidad, ha emitido legislación, como por ejemplo la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad (Ley N° 7600 de 1996) y la Ley para la Promoción de la Autonomía Personal de las Personas con Discapacidad (Ley n.° 9379 del 2016).